Capítulo 14
Tras el éxito obtenido en la reunión extraordinaria ante el Consejo de Alfas, llegamos a la Mansión Höller en Lima con la misión de prepararnos para recibir al Señor Felino y su comitiva. Las más entusiastas eran Cassie y Ania, ya que Erik y Pietro llegarían a la mansión formando parte de esa comitiva junto a sus madres. Horas antes de que nuestros visitantes lleguen, estuve revisando los documentos contenidos en las bibliotecas de la manada para encontrar información sobre los felinos, pero mi búsqueda no tuvo mayor éxito. Sin embargo, recordé lo que Haldir dijo durante la reunión que tuvimos con el Consejo de Alfas y los líderes de las manadas, que los elfos nacen sabiendo toda la historia de su pueblo, por lo que imaginé que podría saber algo sobre los felinos.
- ¿Qué sabes sobre los felinos? –preguntó Haldir tras sentarse enfrente de mí en la biblioteca.
- Que es un pueblo sobrenatural que llegó a La Tierra con el fin de acompañar a los magos de la luz, ya que el poder que tienen de conectar con la divinidad y Celestiales lo compartían con aquellos que fueron instruidos en el correcto uso de la creación. Sin embargo, un día desaparecieron. Ellos huían de los humanos que se volvieron en su contra por los rumores infundados que Satanás y sus aliados desperdigaron por el mundo, y en la necesidad de escapar, también se alejaron de los otros pueblos sobrenaturales –eso era lo único que conocía sobre los felinos.
- Antes de ser llamado propiamente el Pueblo de los Felinos, ellos llegaron siendo gatos –comenzó Haldir a narrar la historia de este pueblo sobrenatural escondido-. Los brujos los presentaron a los magos de la luz, de tal manera que estos humanos los adoptaron como mascotas. Los gatos ayudaban a los hombres instruidos en el uso correcto de la creación a conectar con Los Celestiales cuando requerían guía directa de estos elevados. Es más, había un gato particular, el de pelaje completamente negro, que servía para conectar con la divinidad. Muy pocos hombres los usaron para conectar con el Dios Supremo, y quienes los utilizaron luego fueron llamados profetas. Los gatos negros eran más bien usados por los sobrenaturales para conectarnos con la Madre Luna.
- ¿Y cómo lograban conectar con Los Celestiales o la divinidad? –pregunté curioso por saber algo de ese ritual.
- Los gatos encierran en sus ojos la luz de El Creador, por lo que bastaba que un humano o sobrenatural se perdiera en la transparente mirada de estos pequeños peludos para lograr comunicarse con El Celestial o divinidad requerida. Por eso, tras los humanos ser engañados por los seguidores de Satanás sobre la procedencia y uso de los gatos, les arrancaban los ojos antes de matarlos, ya que se creía que hasta sin vida podrían servir de médium –Haldir hizo una expresión de lamento al mencionar ese hecho espeluznante.
- ¿De dónde se decía que provenían?
- Los magos oscuros que se hacían pasar por sacerdotes en las antiguas civilizaciones llegaron a afirmar haber descubierto que los gatos no eran un animal que provenía de El Creador, sino del que habita el Inframundo, y que su poder radicaba en invocar demonios para que se coman el alma de los humanos –lo dicho por Haldir me llenó de ira. Esos malditos habían mentido vilmente sobre el origen de los gatos a los humanos-. Según cómo los magos oscuros llegaban a formar parte de los gobiernos de las civilizaciones, según cómo aparecían, soltaban la mentira, por lo que los gatos, junto a los magos de la luz, con la ayuda de los brujos, elfos y hadas, debieron migrar periódicamente, pero cuando aparecieron los vampiros y los sobrenaturales debimos dejar solos a los magos de la luz y gatos por proteger a la humanidad, cientos de humanos instruidos en las artes de la luz y pequeños peludos angelicales murieron.
- No pudimos ayudarles, y por eso desaparecieron, ya que creyeron que era la única forma que tenían de sobrevivir –dije imaginándome que la decepción hacia los sobrenaturales fue lo que los empujó a desaparecer.
- No precisamente –dijo Haldir, y yo presté más atención-. Antes que llegara El Hijo del Dios Supremo a La Tierra, el hombre era más oscuro que lo que es ahora, por lo que era muy fácil y común que aparecieran magos oscuros o simples seguidores de Satanás interesados en ganarse su favor, por lo que, cuando fueron los gatos casi exterminados, eran miles de miles los que estuvieron detrás de ellos, contra los pocos cientos de magos de la luz que los protegían. Además, no podían permitir que sus cuerpos inertes sean retenidos por los seguidores de Satanás, ya que, al igual que sucede con el cuerpo de un sobrenatural en manos de las huestes del embaucador, con ellos podían obtener poderes que no debían quedar en dominio de estos infelices. Los ojos de los gatos, aunque ya estén muertos, podían abrir portales directos a Los Cielos, a donde habita El Todopoderoso, y Satanás quería regresar de donde fue expulsado.
- Entonces, se han mantenido ocultos para evitar que Satanás los utilice para regresar a Los Cielos –llegar a esa conclusión no fue difícil, pero sentía tristeza por los gatos, cuando los felinos aún no evolucionaban.
- Pequeños peludos indefensos temblando de miedo por todos lados del planeta, tratando de no ser atrapados fue lo que la Madre Luna vio, y decidió entregarles los medios para que puedan sobrevivir. Ahí fue que los dotó de una forma humana, y ahí recién fueron llamados El Pueblo de los Felinos –Haldir narraba la historia de tal manera que no podía desprender mi atención de él. Creo que estaba utilizando su poder mágico, como cuando era niño y me contaba las historias de su pueblo para entretenerme-. El lucir como los hombres no fue lo único que les entregó. Los dotó de fuerza, agilidad, rapidez, sentidos agudos, como los licántropos, con la diferencia que cuando adoptan su forma animal, no son unos pequeños mininos, sino enormes bestias que caminan sobre dos patas, con una larga cola que les sirve para la batalla, garras y colmillos afilados que pueden desgarrar hasta el acero. Los felinos son guerreros extraordinarios, superiores a los propios licántropos, los únicos que les pueden dar batalla a los hijos que Satanás tuvo con Lilith.
- ¡¿Qué?! –solo atiné a soltar esa expresión, ya que pensé que los licántropos éramos los más fuertes entre los sobrenaturales.
- Así como oyes, Stefan. Y que los felinos sean más fuertes que los de tu especie se debe a que sus enemigos naturales son más fuertes que el enemigo natural de tu pueblo. Los hijos de Satanás con Lilith son seres excepcionales que ni tú, el Alfa más poderoso entre los sobrenaturales, les podría dar batalla. Su naturaleza, mitad demonio, mitad humano, hace posible que los hijos del embaucador con la pecadora que dejó El Paraíso sean casi indestructibles, si no fuera porque la Madre Luna dotó a los felinos del poder para ir en contra de ellos.
- Y si Satanás tiene hijos tan fuertes, ¿por qué no pelean a favor de su padre? –pregunté sin entender el motivo por el que en cientos de años no se ha sabido sobre la prole del embaucador.
- Porque en el primer y único enfrentamiento que tuvieron en contra de los felinos, hace más de dos mil años atrás, los hijos de Satanás con Lilith quedaron muy mal heridos, tanto así que hasta la fecha no se recuperan del daño que les hicieron los que escaparon para sobrevivir –esa información me dejó en shock. Era cuestión de horas para recibir al líder de los sobrenaturales que marcarían una diferencia en la lucha contra Satanás, y yo recién me enteraba de lo que ese pueblo era capaz de hacer en batalla.
- Por eso se les hizo muy fácil a Erik y Pietro enfrentar a Lucian sin hacer uso de su forma animal –lancé esa reflexión al recordar que ese par de híbridos de felino y humano le dieron dura batalla al Príncipe Dracul.
- Y eso que aún son unas crías de dieciséis y catorce años. Creo que, si ese par no oculta el color de sus ojos, es porque ante los humanos son mestizos de dos etnias distintas, lo que da a suponer que esos tonos claros en sus iris son herencia genética de sus padres europeos, pero en realidad no es así, es su esencia divina contenida en sus ojos.
- ¿De dónde proviene el alma de los felinos?
- De espíritus que El Padre Celestial encontró en su recorrido por el universo, su creación. La historia de los felinos es muy parecida a la de los licántropos, sobre la procedencia de sus espíritus –dijo Haldir sonriendo levemente, ya que a él no se le daba bien eso de mostrar alegría. Mi cuñado elfo era muy serio.
- ¿Algo más que debería saber antes de la visita del Señor Felino? –pregunté a Haldir esperando que me dé alguna recomendación.
- Que, si ha dejado el anonimato para venir a Perú y presentarse ante ti es porque, de seguro, necesita de tu ayuda –lo dicho por Haldir me tomó por sorpresa-. Dale todo el apoyo que pida.