Capítulo 16
Durante el departir que tuvimos las horas previas al almuerzo al que invitamos a nuestros visitantes, y ellos aceptaron gustosamente, pude conocer mejor a las madres de Pietro y Erik. Wang Xiuying me agradeció por el aprecio que había demostrado por su hijo al llevarlo a casa tras los funerales de la Hermana Cordelia, por haberlo invitado a pasar una divertida tarde con Ania y Lena y por haberlo invitado a mi boda con Amelia. Park Ji-woo hizo lo propio por la invitación que extendimos a Erik para que asista a la boda. Las dos mujeres de la comitiva felina dialogaban amenamente con Amelia, las ex Luna Höller, las compañeras del séquito y mis hermanas. Ambas madres congeniaron bien con Marion y Marianne, lo cual era muy bueno, por la relación que había entre sus hijos. Los ex Alfa Höller, mi Beta, Gamma y Delta, así como mis cuñados Ravi y Haldir conversaban amenamente con Wang Qiang, Wang Baihu y Park Tae Hwa. Mis sobrinos Elrond, Caroline, Kiram y Lena interactuaban bien con Erik y Pietro. Cassie y Ania estaban felices de ver a sus predestinados y sus familiares, que a la vez eran líderes de los felinos, interrelacionándose de maravilla con los miembros de nuestra familia.
Al recordarme Patrick que podíamos aprovechar la visita del Señor Felino para invitarlo a que firme La Nueva Alianza que nos hacía aliados de Los Dracul y cualquier otro clan o grupo de vampiros dispuestos a alejarse del pacto con Satanás, Wang Qiang no dudó en hacerlo. Ahí fue que recordé lo que Lucian comentó sobre el primer vampiro por nacimiento, y lancé mi pregunta directamente.
- Wang Qiang, ¿tienes estrecha relación con el primer vampiro por nacimiento y su predestinada? –el felino me miró con duda, lo que me animó a cambiar mi pregunta-. ¿Sabes que entre los tuyos permanece escondido el primer vampiro por nacimiento y sus progenitores?
- Sí, por supuesto. Fui yo quien los ayudó a cruzar hacia Asia y acogerlos en una de nuestras colonias –dijo Wang Qiang mostrando seguridad y obviedad.
- Entonces, ¿por qué la cara de duda cuando te pregunté si conocías al primer vampiro por nacimiento y a su predestinada? –la amistad que había nacido entre nosotros me permitía ser directo con el líder de las colonias. Él demoró unos segundos en responder. Me pareció que había entrado en trance porque sus ojos se pusieron opacos.
- Stefan, hay verdades que no puedo compartir contigo porque aún no es el momento. Solo te diré que no te preocupes por el primer hijo de las tinieblas con alma, que está bien protegido. En su debido momento, todo se sabrá –con Amelia ya había aprendido que los tiempos de la divinidad son perfectos, así que no iba a insistir-. Algo más, ya que yo te tuteo, haz tú lo mismo conmigo. Mi nombre es Qiang, evita decir mi apellido.
Tras el almuerzo, coordinamos la incursión a Tokio, por lo que de inmediato me comuniqué con Thomas y Killari. El ex guardián de las piedras de luna se encontraba junto a Catalin, Katha y Klaus en Bran, Rumania, mientras que la bruja de los Andes Peruanos había regresado junto a Helmut a su hogar en Cerro de Pasco, Perú. Al informarles que debíamos evitar que Satanás logre su propósito y poner a buen recaudo a Caín, los seis aceptaron la misión. La bruja y su predestinado irían a Bran por los demás, y de tierras Dracul partirían hacia la Colonia de Corea del Sur, para encontrarse con Park Tae Hwa y Park Ji-woo, ya que la madre de Erik participaría de la incursión.
Mientras hablaba con Thomas, Patrick recibió la respuesta del Pueblo de los Brujos y Hadas sobre La Nueva Alianza. Declan, el Brujo Supremo, y Eleazar, el Gran Hada, habían firmado. Los seis pueblos sobrenaturales tenían un pacto nuevo, uno que nos acercaba a la unificación. Pedí hablar con Lucian para darle la buena nueva, pero como la Reina Reyhan ya había despertado, fue Morgan junto a su compañera eterna quienes se unieron a la llamada y agradecieron todo lo que hacía por ellos, además de pedir perdón por todos los altercados que hubo entre nosotros. Al compartir con ellos las novedades, les informé que en unas horas una pareja de poderosos brujos llegaría a Bran para que junto a Sasha puedan enviar alertas a las manadas por si son atacados por otros clanes. Asimismo, les comenté que las hadas ingresarían a territorio Dracul para estar atentas a la incursión de cualquier grupo que tenga intenciones de atacar, para lanzar la alerta. De esa manera estábamos dejando protegidos a Los Dracul mientras nos ocupábamos de encontrar a Caín.
Fue cuestión de horas para que el Equipo Höller de rescate nuevamente estuviera envuelto en una misión. Tras dar por finalizada la visita del Señor Felino y su comitiva, se retiraron haciendo uso del poder mágico que poseían. Qiang y los Terratenientes Park Tae Hwa y Wang Baihu abrieron portales que los llevarían a sus destinos. Erik y Pietro se despidieron de mis sobrinas con un fuerte abrazo, ya que ellos estarían formando parte de los grupos que se encargarían de las colonias mientras el Señor Felino estaba ocupado presentándose ante la liberadora de los Caídos arrepentidos.
- ¿Debemos preparar algún área especial para resguardar en ella a Caín? –pregunté a mi Luna, ya que no tenía ni idea si necesitábamos acondicionar alguna parte de la mansión para que la estadía del primer asesino sea de su agrado.
- Creo que el sótano está perfectamente acondicionado para él –decía mi Luna mientras caminábamos hacia esa parte de la mansión.
- Pero ahí resguardamos las piedras de luna –no podía confiar en que Caín sería un bien portado huésped, por lo que me preocupaba que tratara de tomar alguna.
- No te preocupes, que Caín no puede estar cerca a nada que emane energía divina –lo dicho por Amelia me tranquilizó-. Hay que cerrar esta zona, haciendo un dormitorio y un baño.
- ¿Y sabe lo que es una cama y usar los servicios higiénicos? –pregunté recordando que la primera vez que Satanás lo halló fue en una cueva, donde vivía como un animal.
- Caín ha sabido evolucionar con la modernidad. Cuando lo veas, te vas a sorprender –dijo Amelia haciendo un gesto de asombro, el cual hizo que naciera en mí la curiosidad-. Démosle comodidades propias de un ser humano, aunque el pecado que cometió lo hizo acreedor de tan terrible maldición.
- Amelia, si sabes cómo luce Caín, imagino que también sabes dónde está. ¿Por qué la Madre Luna no te pide que vayas por él y lo protejas? –pregunté ello al pensar que nos evitaríamos correr tantos peligros y la posibilidad de perder algún guerrero al incursionar en el principal barrio rojo de Tokio.
- Porque la divinidad solo guía y alerta. ¿Acaso crees que el Dios Supremo no puede acabar con Satanás y los demonios? Por supuesto que puede, pero permite la existencia de ellos porque el fin que tienen es poner a prueba a la humanidad.
- Pero cuántas veces sus secuaces han matado humanos inocentes. Eso se pudo evitar –dije recordando todas las fechorías cometidas por los magos oscuros y los vampiros.
- Es parte de esta vida, Stefan. La humanidad pudo gozar de una existencia carnal sin dolor, pero prefirió no honrar al Dios Supremo al tomar lo que no debían. Ahora habitan un mundo material donde las decisiones erróneas afectan a todos. Por eso es tan importante que la humanidad aprenda las consecuencias de ejercer la libertad sin responsabilidad, de lo que podría ocurrir al cometer actos indebidos. Siempre hay un afectado cuando se elige mal, así como hay beneficiados cuando se decide apropiadamente. Por eso el hombre se organiza y crea un sistema de justicia, un fuerza policial y militar para atrapar, corregir y juzgar al que comete malos actos. Esa es una respuesta a la necesidad que se presenta al tener personas que actúan libertinamente, porque una libertad sin responsabilidad es libertinaje, demostrando que la humanidad está más inclinada al bien que al mal –mi Luna tenía razón. Si la humanidad debía experimentar una vida llena de sufrimiento, es producto de que eligieron ir por ese camino lleno de tentaciones y constante pruebas, que, al rechazar y superar, permite que el espíritu se eleve, haciendo posible que algún día lleguen a existir al lado del Dios Supremo.
- Lo siento, mi Luna, por insistir sobre este tema. Es que a veces pienso que se pudo haber evitado tanta desgracia, que estaba en nuestras manos aliviar la triste existencia material de inocentes humanos –dije con voz sentida, ya que en verdad me molestaba el no poder hacer nada por aquellos que son víctimas de las circunstancias. Amelia se acercó a mí, y me abrazó.
- Lo haces porque entiendes tu misión en este mundo, que has encarnado para ayudar a la humanidad, y por eso te afecta ver que por más esfuerzos que hagas, algunos humanos no cambian. Cumplamos con realizar nuestra misión de vida lo mejor que podamos, y roguemos para que los humanos puedan ser mejores cada día.