Habitación de Lena en la Mansión Höller, vecindario privado de Renania, Santiago de Surco, Lima, Perú.
Tras la partida de Marianne junto a Kiram, Lena se sentía triste. La niña extrañaba a su madre y hermano mayor, por lo que Ravi se propuso animar a su pequeña hija. Todas las noches, antes que la pareja de compañeros eternos vaya a su habitación, contaba un cuento a la menor de sus hijos, para que los sueños que tenga sean bonitos, cálidos y brillantes. Ravi había tomado una de las muñecas de Lena, aquella que tenía el cabello ondeado y castaño como el de Marianne, y empezó a simular que ahí se encontraba su amada licántropa. A Lena le hizo mucha gracia escuchar a su padre tratando de imitar la voz de su madre, además de que entre la muñeca y el brujo compartían la narración del cuento. Los párpados de Lena empezaban a caer, estando muy cerca de quedarse dormida, cuando los gritos desgarradores de las tres ex Lunas Höller sobresaltaron a la pequeña, a la par que Ravi dejó la habitación de su menor hija para averiguar lo que ocurría.
Al subir las escaleras hacia la tercera planta de la mansión, donde estaba la habitación de Karl y Margot, pudo ver a Cassie en su forma de loba defendiendo a sus tatarabuela, bisabuela y abuela del ataque de un orco. Preocupado porque no veía a Ania en el corredor, ingresó a la habitación, donde su hija había alzado una barrera de protección para que las ex Lunas no sean dañadas por un mago oscuro al cual la adolescente tenía controlado.
Cuando Ravi llegó al final del corredor del tercer piso, vio que Cassie pudo destruir el cuerpo del orco y que el demonio estaba aturdido. El brujo abrió un portal por donde arrojó al maldito, y le pidió a su sobrina regresar a su forma humana. Cargando en brazos a Cassie, llegó a la habitación donde su hija mantenía la barrera de protección. Después de dejar a la hija de Haldir y Marion a salvo con Ania y las tres ex Lunas Höller, el brujo se dirigió al segundo piso, para poner a salvo a Lena.
El brujo caminaba alerta al bajar las escaleras, ya que podría haber algún otro seguidor de Satanás escondido, esperando el momento preciso para atacarlo, cuando un fuerte golpe sobre su cabeza lo desestabilizó, cayendo aparatosamente al suelo. Un orco de mediano tamaño había pasado inadvertido por el hechizo que el mago oscuro puso sobre él para que la energía demoniaca del ser que lo poseía y el olor putrefacto de los cadáveres que lo componían no sean detectados por ningún sobrenatural. Ravi no perdió la consciencia, pero el golpe había abierto una herida en su frente, por lo que la abundante sangre que empezaba a brotar no le permitía ver adecuadamente.
Ravi ignoró al orco poseído porque tenía un único objetivo: llegar a donde estaba Lena para ponerla a salvo. Tambaleando porque la pérdida de sangre empezaba a causar estragos en su movilidad, el brujo intentó avanzar, pero de la manera más cobarde, el orco lo golpeó por la espalda con el puño donde llevaba un enorme colmillo de paquidermo. La violencia con la que el seguidor de Satanás arremetió contra Ravi fue tanta que el colmillo atravesó el pecho del brujo, haciendo que vomite sangre y un gran agujero deje expuestos sus órganos vitales.
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Editado: 04.03.2024