Los hijos del Caos

Coraje

Las explosiones estaban por todos lados, llamas por doquier al igual que cadáveres y los enemigos de Asgard habían penetrado las últimas defensas. Diez almas corren por los pasillos estrechos sorteando uno que otro ataque, uno de esos ataques va directo a ellos, una delgada y espigada figura se pone enfrente de las personas, sus ojos brillan al igual que sus manos levanta un muro invisible con el cual repele el ataque, pero el ruido hace llorar a unos de ellos. Da la espalda a sus atacando he inicia su andar por pasillos secretos a toda prisa a los calabozos más profundos aquellos que estaban destinados a los peores criminales, después de tanto correr por fin llegan, es un lugar lúgubre sin nada de luz, pero ese no Fue problema ya que el líder del pequeño contingente sabía por dónde ir, bajan cinco pisos más, llegan a una habitación especial. La guía enciende una luz, era una habitación blanca no había más nada que unos pilares retorcidos.

Un mes antes…

En palacio dorado están por iniciar la fiesta de la cacería salvaje, en el salón de Odín sus guerreros están reunidos para la celebración.

Del otro lado de palacio un atractivo pelirrojo rodeado por sus hijos todos en silencio total sentado en su sillón con libro en mano, alza la mirada o mejor dicho la baja y ve a los siete chicos viéndolo con curiosidad. De golpe cierra el libro, se pone de pie, toma a la octava bebé en brazos, baja la mirada entre cierra los ojos, frunce el entrecejo.

_ De pie los siete, iremos por comida a la cocina.

_ ¡SIIII! – todos obedecen-

_ Su abuelo no nos va a amargar la celebración, si nos deja estar en la fiesta, nosotros nueve haremos una.

_ Yo te apoyo papá, quiero un tarro grande de hidromiel.

_ Yo quiero mucha fruta.

_ Pueden tomar lo que sea, después de todo son príncipes, están en su derecho. ¿Y tú pequeña Annika, que vas a querer? ¿Leche o fruta?

Uno de los niños de tan solo tres años choca contra una pierna forrada en metal, el pequeño alza la mirada topándose con el rostro enojado de su

abuelo.

_ Te dije que no quería verte a ti ya tus engendros merodeando por el castillo, mucho menos en la fiesta.

_ No son engendros son tus nietos y no te preocupes, solo vamos a la cocina.

_ Así es abuelito, vamos por comida para realizar nuestra propia fiesta.

_ ¡Perfecto! Vayan a la cocina y regresen rápido a su habitación, no quiero verlos.

_ Son tus nietos, no los trates de esa manera.

_ Esas cosas no son mis nietos.

_¿Cosas? Ofenderme a mi lo soporto, estoy acostumbrado pero a ellos no.

_ Tu eres un ser antinatural, eres hombre, naciste siendo hombre y engendraste a estos monstruos.

_Retractare de tus palabras.

_¡Nunca!

_ ¡Oígan! ¿Que pasa?

_ Tu padre está ofendiendo a mis hijos, les ha llamado “cosas, engendros, monstruos”

_ Si lo piensas bien es verdad.

_ - Los ojos verdes del ofendido se tornan brillantes - _ Niños, regresan a la habitación – los siente asienten, la mayor toma en brazos a la bebé –

_ Los dejo, no me gusta meterme en peleas de pareja.

_- El pelirrojo de espiga figura, de piel nívea, nariz recta, labios delgados, vestido elegante, ya a pesar de la diferencia de estatura entre él y su esposo, lo toma del cuello, lo jala llevándolo a la fuerza y ​​abriendo la primera puerta que encuentra lanzado al corpulento rojizo dentro haciendo que cayera al piso por el empujón y por la ebriedad del grandote- _ Eres su padre, tu deber es defenderlos.

_ Pero lo que dice mi padre es verdad, ellos no son naturales

_¿What? –sin poder creer las palabras-

_ Eres hombre, los hombres no engendran aunque sean dioses, es anti natural, tu y tus hijos son anti naturales.

_ - Cierra los puños tratando de contener su ira- _ Tú…tú…no los hice solo, hasta donde recuerdo cada uno de ellos ayudaste a engendrarlos.

_ Bueno…si…ni puedo negar que de mujer eres bella, de hombre lo eres de mujer más. Me deje llevar por mis impulsos, me conoces sabes como soy incluso antes de estar juntos.

_¿Me estás diciendo que todo este tiempo solo te ha quitado las ganas y todas tus palabras de amor fueron mentiras?

_ No dije eso, dije que ya me conoces como soy y lo mucho que me gustan las chicas lindas.

_ Resulta que despues de dos mil años juntos solo te gusta mi belleza.

_ Eso es más que evidente.

_ - Abre los puños en señal de derrota- _ Es la última vez que me ofendes, tu también sabías lo que era y aún así dijiste amarme, casi mueres, casi muero por estar juntos, renuncie a mi corona por ti… -{ el tono de voz es calmado y frio-

_ No me asustes, no me gusta cuando hablas serio, tu voz es gélida.

_ He soportado mucho por ti, por qué realmente me enamoré de ti, pero tú de mi no…pero ya no más.

_ ¿A qué te refieres? – asustado –

_ Tú y tú familia están condenados.

_ Somos tu familia también al condenarnos te condenas tú.

_ ¿Y crees que me da miedo irme a Hel? – la sonrisa que se me dibuja asusta a su esposo –

_ Estoy ebrio, no se lo que digo, mañana hablamos con calma.

_Ajá si, como no, por mi la calma te la puede meter por dónde no te llega el sol.- Loki da la media vuelta y sale enojado dejando sin hablar a Thor, para cuando reacciona sale corriendo detrás de él sin darle alcance, llega a donde cree que él se encuentra su parte favorita de palacio, la biblioteca sin éxito-

Thor corre con su marcha torpe sin poder darle alcance.



#5012 en Fantasía
#5801 en Otros
#688 en Aventura

En el texto hay: hermanos, magia, bxb

Editado: 28.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.