Todos dejan el palacio, Frey queda enfrente de lo que fuera el más bello de los nueve mundos, observa todo a su alrededor, usa su magia para que el palacio arda en llamas, Idunn se queda viendo el atroz espectáculo, las cupulas cayendo, paredes derrumbándose, no pudo evitar que sus lágrimas salieran de sus ojos, el movimiento de mano que Frey hace la vuelve en sí, toma rumbo a una de sus embarcaciones. Ya van vario kilómetros agua dentro aun podía ver el fuego de la que fuera su casa por milenios.
El fuego provocado por Frey es mágico, no por eso menos letal, se podía ver por los nueve ochos mundos, de Hellheim se veía llamas negras, en Midgard un extraño fenómeno meteorológico un cielo en tonos rojizos cual señal apocalíptica, en Jötumheim se alzaron gritos de victoria, que Asgard ardiera significaba la victoria para ellos, significaba que la hora había llegado, regresarían a las mismas raíces de Yggdrasil para terminar el trabajo, derribar el fresno. Suth y Helblindi se pone en marcha junto a un puñado de soldados sabían que pasarían por Svartalheim y ahí no era bien recibidos, sin embargo, cuando pasaron por ahí, nadie les hizo frente de hecho nadie se veía a simple vista, era como si se los hubiera tragado el rio, pudieron ver las murallas reconstruidas pero nadie alcanzó a ver ni un alma, ni un ser, supusieron que era por miedo a ellos y eso les infló el ego, en tres días pasaron Svartalheim, en una semana llegaron al bosque de Hel, era un bosque donde la luz nunca brilla, toda clase criatura nocturna habita en él, los ruidos extraños son comunes ahí, esos ruidos causaban escalofríos a quien los escuchara, no exentaban a los gigantes que por ahí atravesaban, los soldados se estremecían, incluso unos que dieron gritos de miedo, aunque los reyes no lo decían también les provocaban escalofríos, salen del bosque, era muy notorio porque a pesar de ser el bosque de Hel, había vida, pero al salir de él la vida se iba de eso se dieron cuenta a la mala cuando uno de los soldados dio un paso en el estéril suelo en el acto sus ojos se pusieron blanco, la carne se desprendió de su cuerpo cayendo a pedazos para cuando giro ya era el puro esqueleto, con eso las negras puertas de Hel se abrieron de par en par de ella sale una bella joven con cada paso que da se agiganta hasta quedar de la altura de Surth, diez metros, para cuando llega al frente su cuerpo había cambiado por completo, mitad viva, mitad muerta para sorpresa de todos un joven de cabellos rubios, ojos azules, portando escudo y hacha con sus manos brillando por los rayos.
_ A menos que estén muertos no pueden pasar.
_Debemos ir a la raíz de Yggdrasil, este es el único camino.
_No pueden pasar.
_Déjanos pasar sobrina.
_No puedo, no debo.
_¿Por qué no?
_ Solo los muertos sin honor pueden pasar, ustedes los vivos no pueden.
_Pasaremos con o sin tu ayuda sobrina.
_Hagan lo que quieran, están advertidos.
Dicho eso deja el lugar con los indeseados en su frontera, se levanta el campamento Jöthum y Muspell se unen para encontrar una solución al problema.
Hela no los dejaba pasar, cierto día le hablaron para convencerla de dejarlos pasar, ella solo sonrió, se hizo a un lado dejando pasar al contingente, llevaban cien metros, volvió a pasar, los atrevidos perdieron la vida casi en el acto, ella solo se encogió de hombros.
_Ya no está en mí, es tarea divina de todo mi mundo no dejar pasar a nadie vivo, así que propongo que regresen por donde vinieron,
_Dime ¿Por qué a tus hermanos si los tenías contigo?
_Fácil, llevamos la misma sangre, sangre de Loki, eso era los que los mantenían aquí.
_¿Qué hay del Trudenson?
_- Se encoje de hombros- _Invitado especial. Así que, por favor, den la media vuelta.
_Y regresen por donde han venido.
Derrotado lo que queda del contingente dan la media vuelta y regresan, aun así, los reyes van observando posibles rutas alternas, así durante todo el viaje de regreso sin tener respuesta alguna, se dieron cuenta que ya no iban a poder secar las raíces, entonces si no se puede desde abajo seria desde arriba después de todo Asgard ya no existía.
Todos con un nuevo objetivo en mente marchan a la extinta ciudad de los dioses, pasan por los cielos de Midgard, cualquiera que viviera en el hemisferio norte podía ver auroras boreales de diferentes colores cosa que asustó a la comunidad científica, también a todos aquellos midgadianos que fueron llamados vieron a los gigantes y todos aquellos que la magia corría por sus venas sin saber cómo elaboraron una especie de domo, sitios sagrados en el norte del globo se podían sentir energías que no se veían ni se sentían desde los primeros pobladores, los refugiados de otros mundos todos aquellos que aun tenían magia o restos de ella supieron que pasaba, supieron que ya no tenían protector, ignoraban que Magne vivía, Trude desde el gran Cañón supo que todo estaba perdido, solo se ilimito a rezar, ella aun no sabía de la existencia de su hermano mayor.
El contingente se fue de largo hasta llegar a Asgard, lo que una vez fuera una floreciente civilización ahora no, es más que escombros, cenizas, del “árbol” caído hacen leña saquean todo lo que pueden después de todo armas son armas, buscan por todos lados desesperadamente el martillo sin lograr encontrarlo, dejan los escombros de palacio se dirigen a la copa de Yggdrasil, donde Surth da la orden de empezar a talar, él ordenó y se cumplió la orden, por cada hachazo que el árbol recibía los mundos se
Editado: 28.09.2024