De los nueve reinos quedan cinco o cuatro según sea el caso ya que Hel sería difícil de derrocar e incluso se puede decir que sería el único que le podría dar muerte a todo enemigo, sobre todo porque debajo de él está la profunda raíz del árbol de la vida y el trabajo de los jardineros era excelente.
La vuelta a la nada de esos cuatro reinos tuvo repercusiones en los demás reinos ya que debieron volver a encontrar el equilibrio, algo que para Midgard sería difícil de conseguir sin dioses que le ayuden a hacerlo, sin embargo, lo pudo hacer a pesar de la dificultad, los dioses que restaban se concentraron en ayudar a mantener el equilibrio en los otros mundos, pudiendo así conseguir un poco más tiempo, calma y paz. Pero aun así los soberanos restantes, así como los dioses tomaron la fuerte decisión de ir a enfrentarlo solos sin los asgardianos esta vez ni Trude participaría se quedaría cuidando al ahora su pueblo. Por primera vez en milenios Hela, abrió las puertas de Hel a los otros soberanos y dioses se reunirían para reorganizar el contraataque, defender la vida ya como se conoce, todos llegan al lugar mencionado a excepción del rey de Midgard, si, también tenía su reino por ende su rey, todos concuerdan en que incluso un simple humano debería estar presente, Frey se ofrece para ir por él ya que era el único que conocía su identidad secreta del único humano inmortal, el único humano con la cualidad de cambiar su aspecto.
El imponente elfo de más de dos metros se prepara para el viaje, Vanir se pega a él, pues tenía curiosidad de saber cómo era el disfraz de esa persona que no veía desde su enfrentamiento con Odín. Sin el Bifrot el viaje sería más tardado y con dificultades ya que tampoco se podía ir por el rio, después de días de viaje divisan la entrada en la cual aún brillaba un buen pedazo de Bifrot en la isla Lauer en Noruega que no era otra que la isla de Laufey, madre de Loki, posan sus pies en esa tierra, Frey, proyecta un mapa, Vanir hace gala de su divinidad en segundos aparecen en donde se encontraba el antiguo reino, nunca se imaginaron que estuvieran ya bajo ataque por los gigantes, se sorprendieron como los humanos que se supone los había relegado a mitos estuvieran palmo a palmo con la reina defendiendo el planeta. Ejércitos de todos los países se unieron en uno solo, combatiendo por aire, mar, tierra, los aviones parecían avispas a lado de los gigantes y como moscas caían uno a uno ante tales deidades, por mar era casi el mismo panorama, los poderos navíos naufragaban con facilidad o eran reducidos a cenizas, sin embargo, por tierra el panorama era distinto era toda una algarabía, una joven no más de quince años era quien daba las indicaciones en diferentes lenguas, lenguas que los recién llegados dioses no entendían.
_¡Escudos al frente! ¡arqueros a la retaguardia! – se movían cual enjambre obedeciendo a su reina- _¡cañones listos! – se escucha un solo sonido metálico- _¿ARQUEROS?
_¡LISTOS! – fue la respuesta-
_¿CAÑONEROS?
_¡LISTOS! -A la voz de fuego, el cielo se iluminó, todos los proyectiles daban de frente a los oponentes-
_¡HECHICEROOOOSSSS!!! ¡ATAQUEEEEEENNNN!
Quien fijara su vista hacia ese lado solo vería fuegos artificiales nunca creerían que se estuviera llevando a cabo una feroz batalla. Los destellos eran ocasionados por el impacto de la magia contra el cuerpo de Surth y compañía, los poderosos gigantes no podían dar paso afuera de la pequeña isla de Pascua, las llamaradas constantes avivaron más a los ya volcanes despiertos, haciendo estremecer todo el cono sur, provocando la destrucción de ciudades.
Un ataque directo por parte de los gigantes golpea sin piedad al enemigo, el fuego va directo a la joven, pero es desviado por Frey, Vanir queda delante de ella protegiéndola de la estela de fuego.
_ ¡Vanir! Amigo.
_¡Brenda! Por poco no te reconocí, sigues igual de hermosa.
_Adulador como siempre ¡derecha! – gracias el escudo de Vanir no recibieron heridas-
_Creí que estarías en el norte.
_En el desierto de Siberia se está conteniendo a Helblindi, pero allá tengo ayuda.
_¿De quién?
_ Mi gente. – de sus manos una extraña luz marmórea forma calaveras, esas calaveras son impactadas contra le enemigo-
Entre fuego cruzado Brenda encuentra un momento para poder hablar con Vanir y Frey.
_ Se tardaron en venir, gracias por la ayuda.
_ De hecho, veníamos a pedir tu ayuda, pero ya vimos que no
se puede.
_¿Dónde está Thor? ¿Por qué no ha venido a ayudar? Es su deber protegernos.
_Está muerto, lleva tres años muerto.
_Imposible eso que has dicho, hace relativamente poco vi sus rayos en el cielo de Jöthumheim.
_ No era Thor, era su hijo.
_¿Era? ¿Qué paso?
_ Solo sabemos que todos los descendientes de Asgard han caído.
_ Estamos solos – Los negros ojos de ella se clavan en su espada- díganme que esos estruendos y la calma después no fue la destrucción de los mundos.
_Si lo fue – dice un apesarado Vanir, ella se aleja uno cuantos metros viendo la batalla-
_ Ya no hay marcha atrás sin los Aesir no podremos ganar, eso hasta tu Vanir lo debes saber.
Editado: 28.09.2024