Los hijos del fuego.

Capitulo I : El despertar.

 


Un dolor intenso en mi pecho, me despertó en una madrugada fría y tenebrosa; aquel sueño confuso me había dado náuseas, lentamente trate de salir de la cama dejando la marca de sudor en las sábanas. Fuí al baño y me lave la cara quitándome el líquido que provocaba el dolor; observé cómo caían las gotas del agua en el lavabo, se oían fuertemente entre todo el silencio y aún más fuerte en mi interior. Podía sentir hasta el mínimo sonido en mis oídos... Oí unos pasos a través de la puerta, miré frenéticamente asustada, vi como la sombra se movía en el espacio que quedaba entre el piso y esta misma-¡Dios! Estaba paralizada del miedo- pensé; aquel espectro se paró de repente en frente, un solo muro separaba. ¿Acaso iba a morir? Trate moverme pero el terror me lo impedía.
La manija giro rápidamente como si tratarán de abrirla a la fuerza, estaba aterrorizada. Espere un par de segundos, trate de agarrar valor de dónde sea donde lo tuviera y abrí la puerta con temor a encontrar una de mis tantas pesadillas inimaginables entonces al encontrarme con los rayos del Sol en pleno amanecer supuse que todo había sido una ilusión ¿Me estaba volviendo loca? No, no era eso. Todo se volvía nada en un solo parpadeo, oscuridad sin más.

Me fui a mi cuarto sin hacer el mayor ruido posible, salté hacia mi cama tapándome hasta la cara dejando un pequeño espacio para poder respirar, me quede ahí transpirando el líquido salado, la terrible adrenalina -Qué para nada se sentía bien ese sentimiento- la ventana estaba abierta desde el día ayer junto con la cortina recogida en un moño para que entrara por lo menos un poco de luz pero en un instante un rayo impacto contra el césped del patio, su luz era anormal, plateada pero como un arcoiris vertical, era hermoso hasta fantástico, algo irreal que jamás vería nuevamente en la vida pero todo esos pensamientos bellos se esfumaron cuando ví a cinco personas con aspecto joven y con ropa rara. Dos mujeres y tres hombres se dirigían hacia la casa, caminando con decisión. ¿Qué carajo estaba pasando?

Mi hermano, Christopher, abrió la puerta de un golpe, sacándome de la cama a jalones. Recorrimos la casa con tanta rapidez pero sigilosamente avanzando para no hacer algún ruido y al llegar al sótano oscuro oía a mis padres estaban atemorizados como yo, nos vieron al entrar y se enderezaron tratando de mostrar un actitud de valentía cuando era claro que era mentira.
—¿Por qué tardaron tanto? Su madre está muy preocupada—preguntó mi padre que al parecer no estaba pasando una bonita noche.
—No sabía dónde estaba Sunny, estaba en su cuarto dormida—afirmó Christopher tratando de disimular su nerviosismo.
—¿Y Peter?—pregunté soltando un poco de aire por mi boca.
—Se supone que ese muchacho va a estar en serios problemas cuando vuelva-aseguró mamá.
—¿Más de los que ya tenemos? N-no lo creo—después de que Chris dijera eso todo volvió el silencio.

El horrible e incómodo silencio, quizás para algunos era paz pero para mí en este preciso momento me consumía completamente, cuando por dentro iba creciendo entonces empeoró. El miedo y la angustia se apoderaba de mi familia y de mi cuerpo. La curiosidad, la valentía me incitaban ver qué más había de aquel lado de la puerta en donde encontraría la mentira de nuestra vida o a la verdad de nuestra muerte; se quedaba solo en mí mente como un pensamiento pasajero que se acercaba cada vez más.

Las horas siguieron lentamente pero en un estruendo abrieron ese pequeño cacho que nos separaba con una patada, llegaron hacia nosotros, nos levantaron y nos hicieron llegar a la sala de estar con empujones y jalones. Ninguno habló por aproximadamente un minuto, eran las 2:59 AM, las manecillas sonaban al ritmo de la noche. Tocaron las 3:00 AM y uno de ellos alzó su boca y comenzó a hablar con una mismísima claridad. Su acento exótico me hacía entender de que ellos no eran de aquí.
—¿Quién es Sunny Hazel, Christopher Wallace y Peter Fletcher?—cuestiono el chico rubio-castaño, bastanteguapo por cierto.
Levanté mi barbilla indicando que era yo una de los mencionados, después Chris que también asintió y solo se les quedó mirando con aquellos ojos fulminantes cafés oscuros y en un segundo desvío su atención ante un pelirrojo.

—¡Buenos díaaaaaas a mi hermosa fammmmilia!—gritó exageradamente fuerte Peter al abrir la puerta con una entrada "dramatica".
—¡¿Dónde e-estabas?!—pregunto casi susurrando/gritando mi madre.
—En la casa de Noé...
—¡¿Quién es Noé?! 
—No'e de tu inconveniencia—soltó una carcajada.
Mi madre que casi se estaba muriendo del enojo qué solamente lo fulminó con la mirada a lo que Peter ni siquiera le interesó.
>>¿Quién es son estas personas y estás her-mo-su-ras?—mientras hablaba  se acercaba a la misma chica de cabello platinado que se me había aparecido, ella hizo un gesto desagradable y la otra de cabello castaño corto ondulado lo miró seriamente y este mismo se retiró lentamente sentándose a lado de nuestro padre.

Peter James Fletcher, era una sorpresa viviente, no sabías lo que sentía o pensaba ni lo que iba hacer. Un chico pelirrojo con un autoestima en los cielos. Era bastante engreído pero carismático e inteligente y por mucho un popular y galán chico además ¿Cómo no enamorarse de un chico pelirrojo con ojos azules?
Nunca tuve una relación muy buena con él pero sabía que podía contar para lo que fuera necesario, por que mientras los hermanos estén de hombro a hombro nadie podrá con ellos...

—Mjmm... Ahora que están todos presentes, iré al grano —añadió la joven de pelo corto y ojos color miel con tez súper morena—Soy Athenea, la diosa de la sabiduría y la guerra, ellos también son dioses—los señaló extendiendo su brazo derecho hacia ellos.
>>Por ahora somos compañeros pero luego nos separaremos y cada quien tomara su rumbo como ustedes cuando terminen su época entrenamiento también lo harán. Él es Ἀїδωνεύς—pronuncio algo que no entendía—mayor conocido como Hades, dios del Inframundo y también líder de este escuadrón—se señaló así misma y a los demás—el es Apolo, el dio-
—¡El dios más guapo de TODOS los olímpicos!—gritó el joven rubio y con sonrisa hermoso—Soy el dios del brillante Sol en general pero tengo muchos más cargo-
—¡Cállate Apolonio!—con enojó dijo Athenea.
—¡Ya te dije que no me dijeras Apolonio! No me compares con tal morta—suplicó.
—Ya, los dos...
Frenéticamente pararon cuando ella habló, un escalofrío recorrió la sala.
>>Soy Selene, diosa de la luna y de la noche; mi compañero de mi derecha es Eros, dios del amor—el chico pelirrojo pero con el cabello afro levanto la mano un poco temerario como si nosotros le fuéramos a hacer daño—¿Alguna pregunta?—su tono era intimidante y serio.
—¿E-es real todo esto?—pregunté.
—El cuento de hadas es real, los demonios existen, los dioses existen y para los humanos, como personas y almas y sus destinos depende de cuál elijan seguir. Venimos de Niarac, un mundo mágico en dónde conviven todas la criaturas angelicales tranquilamente, ahí mismo está el Olimpo pero solo los dioses de sangre pura pueden entrar y obviamente los πρόεδρος que son el cargo más alto de un Dios ¿Alguna otra pregunta?—me respondió Selene.
—Tienen miedo por eso ni siquiera asienten—resaltó Hades lo que era más que obvio—Ve al grano.
—Ustedes fueron elegidos para ser semi-dioses, que es realmente extraño por que casi nunca sucede que un humano se vuelva algo tan poderoso comparado con τους ανθρώπους pero de todos modos es un puesto alto y que con lleva una gran valentía para ustedes—respondió Eros que su voz era hipnotizante y romántica, quizás era una de las razones por la que no hablaba.
—Ay, que aburrimiento—exaltó Athenea—luego les explicaremos todo lo que desean...¡Bueno viene la pregunta del millón! ¿Desean ser semi-dioses o prefieren ser unos inmundos humanos que no se saben defender y nosotros vamos a tener que proteger su trasero aguado—Apolo que estaba a lado de ella soltó una carcajada y parecía que ha Selene también le hacía causado risa—hay que ser sinceros, ¿No?



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En el texto hay: mitologia griega, amorjuvenil

Editado: 11.02.2020

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