Los Hilos Del Amor

DECISIONESY PELIGROS

Con el miedo en sus cuerpos y mentes, comieron en silencio. Solo se escuchan sonidos

de animales en la oscura selva.

-bueno, tratemos de dormir. Apenas aclare nos vamos de aqui- fue lo último que expreso Beny.

Aquella noche, nadie logro conciliar el sueño. Lo mismo le pasa a las madres de los aventureros y mi amiga Darly menos. Desde que se fue Hernan, no ha dejado de llorar. Lo lamentable es que vendrían días más difíciles para ella. Lo bueno es que siempre contaba con el apoyo de Sandra.

-¡holo, Darly!-saluda su amiga,

-¡Hola, Sandra! Que bueno que llamaste. No hay nadie en la casa, ¿será que puedes venir? Quiero contarte algo-

-¡claro! Estoy llamando desde el parque. me queda cerca tu casa, ¡esperame!-exclama Sandra y se va corriendo del parque,

-¿sandra, a dónde vas?- le gritó,

-¡hola, Mauricio! Voy a casa de Darly ¡ven acompañame!-me dice, luego de saludarme con un beso en la mejilla,

-no puedo. Voy a ver a la madre de Beny, quiero saber si tiene noticias de ellos-

-ve, voy a ver a Darly, que quiere hablar conmigo-dijo, y se fue corriendo.

Seguí mi camino hacia la casa de Beny. Al llegar miro a su hermana, sentada en las gradas del patio, con cautela le pregunto:-¿señorita, está su madre?-

-¡no! ¿para qué la necesita?-me responde, poniéndose de pie,

-queria averiguar por Beny ¿se ha comunicado con ustedes?-

-otro que viene por lo mismo, ¡no, mi hermano no nos ha llamado!-me contesta furiosa,

-es que, un amigo se fue con el y no sabemos nada desde entonces-

-les toca esperar a que lleguen a Estados Unidos y llamen. Ademas, nosotras no tenemos teléfono-

-lo siento, pero solo estoy preocupado por mi amigo-

-tambien estoy preocupada por mi hermano, pero nos toca esperar a que les vaya bien y logren llegar a EE.UU.-

-de todas formas gracias-le dije y me fui como vine, sin información y a pie.

De la misma forma como me vine de la casa de Beny, Hernan iba haciaEE.UU.

-¡vamos, muchachos! que parece que va a llover-anima Beny, tratando de espantar a unos mosquitos,

-¡ya empezó a llover!-exclama Carlos, acomodándose el morral,

-ya hemos caminado varios días ¿crees, que ya vamos a salir de esta selva?-preocupado,pregunta Javier,

-¡sí! tranquilos, atravesaremos un rio y estaremos cerca de salir. Así que no se preocupen-exclama Beny,

-¡miren! por alla, hay humo-exclama Hernan, soltando su morral,

-silencio, ocultémonos-aconseja Beny, agachándose detrás de unos matorrales, y lo mismo hicieron los demás,

-¿creen, que sea la guerrilla?-nervioso, pregunta Javier,

-no, tal vez, son migrantes como nosotros-contesto Carlos,

-sí, se escucha a dos personas hablar, iré a ver y averiguar si ya nos falta poco-propone Beny, caminando hacia el humo. Luego de un momento llama a sus amigos, quienes corren para ver que pasa.

Al llegar se encontraron con un padre e hijo, quien yacía enfermo al lado de un gran árbol,

-¿qué pasa, Beny?-pregunta Javier,

-el hijo del señor esta muy enfermo, ya lleván, tres días sin comer-cuenta Beny, dándole

una botella de agua al señor, quien con sus pocas fuerzas agradece.

Beny se lleva a los muchachos lejos de ahi y les comenta.-no podemos hacer nada por ellos, es mejor seguir nuestro camino-

-no podemos dejar que mueran en esta selva-en voz baja, dice Carlos,

-sí, creo que debemos ayudarlos-afirma Hernan.

-¡acaso no miran como están! No podemos hacer nada, solo les haríamos compañía hasta que se mueran-con enojo, exclama Beny,

-pero podrían ser uno de nosotros-murmura Javier,

-¡acaso no los miran como están, en unos días van a morir con o sin nuestra ayuda!-molesto, dice Beny,

-por lo menos, dejemos algo de comida-aconseja Carlos,

-sí, dejémosles comida y agua-manifesto Javier, sacando una botella con agua de su morral,

-¡vamos a dejarle la comida!-ordena Beny,

-yo no voy, no seria capaz de mirarlos a los ojos y decirles que los vamos a abandonar-interrumpe Hernan, entregándole una bolsa a Beny,

-ve tu, Beny, tampoco me atrevo a hacer eso-afirmo Carlos,

-¡esta bien! pasen lo que les van a dejar-

Solo se escucharon los agradecimientos y sollozos del padre. Aquellas personas no saldrían de la selva.

Caminaron en medio de una llovizna por un par de horas sin decir una palabra. Aquella decisión les ha quebrantado el espíritu.

-Creo que debemos protegernos, la lluvia esta muy fuerte-aconseja Carlos,

-¡sí, muchachos! busquemos un lugar-apoya Beny, dándole una palmada a Javier,

-¡vamos a ese árbol!-grita Hernan,

-coloquemos la carpa en ese lugar, nos espera una tarde y una noche de mucha lluvia-comenta Beny, mirando hacia el cielo,

-pobre el señor y su hijo-murmura Javier,

-¡Javier, deja de pensar en ellos! y ayudame a armar la carpa-exclama Carlos, quitando unas piedras del piso,

-¡sí, muchachos! hoy solo nos queda dormir y comer cualquier cosa que podamos. Sera una noche muy larga-propuso Beny.

La noche llega y con ella una gran tempestad. los rayos iluminaban la oscura selva y los truenos opacaban los gritos de los monos aulladores.

-esta lloviendo muy duro, pobre señor y su hijo- vuelve a decir Javier,

-¡javier, no podíamos hacer nada! El hijo estaba hirviendo en fiebre y su padre no tenia las fuerzas ni para pararse-aclara Beny, acurrucándose en el rincón de la carpa-

-solo le pido a Dios que no nos pase lo mismo-murmura Hernan,

-esos mosquitos no nos van a dejar dormir-exclama Carlos, haciendo sonar sus palmas en medio de la oscuridad.

Fue una noche de lluvia que no amaino sino hasta el amanecer y aun lloviznando decidieron seguir la marcha entre el lodo y el frio.

Si en la selva llovía, en Bogota se asomaba el sol. Me levante temprano para ayudarle a mi madre y luego ir a ver a Sandra. Tal vez, Hernan llamo a Darly y por eso quería hablar con ella ayer.




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