Caminando hacia el parque, Sandra comenta:-que dices si vamos a la casa de Mauricio-
-vamos y le doy las gracias a la señora Amalia; por ayudarme en el hospital-
-es verdad, ni siquiera nos despedimos de ella- expresa Sandra, moviendo la mano, como cuando uno se quema.
Darly no quería saber nada de Hernan. El y sus amigos intentaban seguir hacia el sueño americano.
-¡muchachos, descansemos! ya no puedo seguir- advierte Beny, dejándose caer entre unas ramas,
-sí, también estoy muy cansado- repica Hernan, sacándose su morral,
-vamos hacia ese árbol y pasemos la noche ahi- aconseja Carlos, ayudando a ponerse de pie a Beny,
-¿creen que seria mejor cocinar algo mañana? ya casi no tenemos nada- sugiere Hernan, buscando entre su morral,
-si, mejor descansemos y mañana preparamos algo de arroz-apoya Carlos, colocándose un buzo,
-Beny, miremos como esta esa herida- dice Hernan, quitándole la venda,
-¡no, Beny, parece que se esta infectando, está peor que antes!- exclama Carlos y queda mirando a Hernan, quien dice:_y ahora ¿qué hacemos?-
-no es para tanto, muchachos_contesta Beny, sonriendo un poco,
-¿tienes agua, hernan?- pregunta Carlos, extendiendo la pierna de Beny,
-si, ya te la paso-
-haz fuego e hierve un poco, para colocarle paños de agua callante-ordena Carlos, tomando una camisa y rompiéndola,
Después de limpiar la herida los tres cayeron bajo el dominio del sueño.
Sin saber lo que pasa con los aventureros, Sandra y Darly, llegan a la casa de mi madre, quien les dice:-¡muchachas! pensé que ya no las volvería a ver. Como me dejaron botada en la esquina-
-señora Amelia, que pena con usted, pero de tanto llorar no me di cuenta de eso- se excusa Darly y le da un abrazo,
-si, señora Amelia, y por eso venimos a pedirles disculpas-apoya Sandra, dándole un abrazo,
-tambien quería darle las gracias por haberme acompañado a ver al doctor-agradece Darly, tomándole la mano,
-tranquilas, entren y les doy café con empanadas-
-muchas gracias- agradecen al unisono,
-señora, Amelia, ¿Mauricio, por donde anda?- pregunta Sandra,
-aqui, ayudando a mi madre a hacer empanadas- interrumpo,
-ja, ja, ja, así es que quería verte: con delantal y haciendo empanadas para mi-comenta Sandra,
-apurese, joven- ordena Darly, tocando la mesa dos veces,
-ja, ja, ja, ya se las va a servir mi madre-
-¡Mauricio, ven por las empanadas, que yo llevo el café!- interrumpe doña Amelia desde la cocina,
-¡apurese, joven! que me muero del hambre-exclama Sandra,
-tomen sus empanadas, ¡ojala se atoren!- les digo, enojado,
-¡Mauricio! ¿qué es eso? ¡respete a sus amigas!- me regaña mi madre,
-si joven, que es esa manera de atender a sus clientes- reclama Darly y sonríe,
-ja, ja, ja ya paren, me voy a quitar el delantal y vengo a tomar café con ustedes-
-ja, ja, ja, ve, para que vengas a hacerle compañía a estas hermosas clientes- grita Sandra y las dos se rÍen.
-miren, muchachas, natilla para acompañar el café- interrumpe, la señora Amelia, mientras hay explosiones de pólvora,
-muchas gracias- dice Darly,
mi madre mira a Darly, le sonríe y le comenta:-que bueno verte sonreír y tan alegre-
-si, señora, gracias a Sandra que me trajo a su casa-
-bueno, aqui estoy; sin delantal- les digo y me siento al lado de Darly,
-¡esperen! voy por mi café, me siento con ustedes y charlamos un rato-comenta mi madre.
La noche estuvo amena, a pesar de los estallidos de papas, cuetes y sirenas; propios de un 31 de diciembre, olvidamos por un momento el embarazo de Darly.
Ella se quería quedar más tiempo con nosotros, pero sabia que su padre ya esta en casa. Así que la acompañamos a su vivienda y con Sandra nos fuimos al parque. Conversamos un rato, y antes del año nuevo nos dimos un feliz año y fui a casa a pasar el año nuevo con mi madre.
Un nuevo año, una nueva década y Hernan continua la travesía por esa selva del Darien.
-¡Carlos, Beny esta hirviendo de fiebre!-grita Hernan,
-es la infección, Beny ¿contesta?- grita Carlos, moviéndolo
-¡despiertalo, mientras le quito la venda!-vuelve a gritar Carlos,
-¡no reacciona!-grita Hernan,
-¿qué pasa?, muchachos- murmura Beny,
-amigo, estas muy mal; debemos quedarnos aquÍ hasta que mejores-aconseja Carlos, dándole un poco de agua,
-ayudenme a pararme, que yo puedo seguir-
-no, Hernan, ayudame a buscar leña para cocinar el arroz y hervir un poco de agua-ordena Carlos, dándole otro sorbo de agua a Beny.
Lejos de Beny, Carlos comenta:- Hernan, ¿que piensas de Beny? yo lo veo muy mal. Si la infección sigue, el se va a morir-
-espera, no creo que sea para tanto-
-sin antibióticos y en esta selva, la muerte de nuestro amigo va a suceder-deduce Carlos, tomando leña del piso,
-tenemos que esperar el tiempo que sea necesario para que se recupere- aconseja Hernan,
-sí, es mejor que descanse y mañana veremos lo que tenemos que hacer-
Con escasa comida y lejos de la civilización, detuvieron su marcha, rezando por la salud de Beny. En la ciudad, también lo hacia Darly; para que su padre no se entere de su embarazo.
-¡Darly!- grita don Manuel,
-si, padre-responde ella, bajando por las escaleras,
-que le pasa a la señorita, anoche no comió nada con la escusa que le dolía el estomago-
-es que, comimos: natilla con empanadas donde la mama de Mauricio-cuenta Darly, sentándose en el comedor,
-¡eso espero! o vaya a ser que estés en embarazo-sugiere don Manuel, mirando fijamente a Darly,
-¡no digas eso! como vas a pensar que mi hija esta en embarazo-interrumpe la señora Aurora,
-no, padre, solo fue la natilla y las empanadas-
-sí, Manuel, y no vuelvas a decir eso de nuestra hija-
-¡ay, Aurora! no sera la primera ni la ultima que cometa esa irresponsabilidad-
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Editado: 12.10.2025