Los Hilos Del Amor

SECRETO Y VIAJES

En la aldea fueron cuidados por las mujeres Emberá, aunque no entendían su lengua, se sintieron cómodos en la aldea. Pasaron varios días recuperándose

-¿cómo te sientes, Hernan?- pregunto Carlos, con un mejor semblante,

-muy bien, gracias a los cuidados de las señoras. Han sido muy buenos con nosotros-

-¿crees, que puedes seguir el viaje?-

-esperemos un par de días y retomamos el viaje- contesto Hernan, ayudando a lavar unos pescados,

-esta bien, ademas voy a salir con los cazadores, tal vez aprenda sus técnicas para sobrevivir en esta selva-

-ve, y aprende de ellos a convivir con la naturaleza- aconsejo Hernan.

Con los ánimos renovados y dispuestos a esperar unos días para seguir en la travesía, contrastaba con lo mal que lo pasa Darly, que seguía llorando a escondidas de sus padres.

-Irma, dile a mi hija que baje a almorzar-

-sí, señora-

-señorita, su madre la espera en el comedor, su padre ya esta por llegar-

-dile que ya bajo- contesto Darly, dirigiéndose al baño a lavarse su rostro y ocultar que ha llorado.

Bajo al comedor y ya esta sentado su padre, quien le dice:-¿ qué te pasa, Darly?-

-la bendición, padre. Solo fui al baño- contesto, sentándose para almorzar,

-tu madre, me ha dicho: que otra vez estas encerrada en tu cuarto-

-sí, Darly lleva días en ese cuarto- interrumpe su madre,

-solo quiero descanzar-

-no sera que estas extrañando a ese muchacho- exclamo don Manuel,

-¡no, padre!, ya me olvide de el-

-ese muchacho, no te convenía, termina el colegio y te mando a una universidad al exterior- sentencio su padre,

-como digas, padre-

-bien, hija, tu padre solo quiere lo mejor para ti. Ahora recemos y demos gracias al

señor-dijo su madre.

Con su pensamiento en Darly y su madre, Hernan se disponía a subir a una canoa rumbo a Yabiza; lugar donde ya se asomaba la civilización.

-vamos, Hernan, sube a la canoa-grita Carlos, sentándose en ella,

-solo estaba, despidiéndome de las mujeres y los niños-

Navegaron rio abajo, por muchos kilómetros hasta llegar a Yabiza, esto significa que lograron salir de la selva.

Agradecieron a sus salvadores y buscaron una embarcación para adentrarse en Panama por el rio Chucunaque.

-otra vez, navegando- comenta Hernan, mirando la orilla del rio,

-la selva se quedo con nuestros amigos- comento Carlos, con voz nostálgica,

-sí, eso es algo que voy recordar toda mi vida-

-sí, amigo, es algo que no vamos a olvidar- replico Carlos, sintiendo las pequeñas gotas de agua en su rostro, que levantaba la embarcación,

-gracias, por no abandonarme-

-ja, ja, ja, nunca te habría dejado en esa selva, pero si los cazadores no me encuentran, hubiéramos muerto el uno lejos del otro-

-pero gracias a ti, hoy seguimos vivos- aclara Hernan, sujetándose fuerte a la embarcación.

Tras varios kilómetros de recorrido, salían de un rio para seguir en otro; hasta llegar cerca de la Ciudad de Panama.

-¿ahora, qué hacemos?- pregunta Hernan, bajándose de la embarcación,

-el señor, del bote me dijo: que consigamos un autobús o un camión de carga, hasta la capital- contó Carlos, arreglándose su morral en la espalda,

-vamos y busquemos un autobus- aconsejo Hernan, comenzando a caminar,

-ahi, viene uno, levanta la mano- ordena Carlos,

-¡esta parando, vamos!-exclama Hernan, empezando a correr,

-¿señor, a la capital?- grita Carlos,

-sí, suban, hay puestos a tras- dice el chofer,

-sigue, que ya estoy cansado de llevar este morral- exclama Hernan, pidiendo permiso a la gente,

-crees que lo que nos falta sea así o habrá mas selva-comenta Carlos, acomodándose en el asiento,

-no sé, pero no creo que haya otra selva como esa que atravezamos-

-creo que lo más difícil quedo a tras- dice Carlos, comiendo un banano,

Luego de estar sin comer durante días en la selva, iban con sus morrales llenos de frutas, obsequio de los Emberá.

Las cosas mejoraban para ellos y empeoraban para Darly. Cada día que pasa se evidencia más su secreto.

-sandra, crees que debo abortar- pregunta Darly, sentada en la banca del parque,

-¡qué! ¡cómo vas a pensar en eso!, es tu hijo- exaltada, contesta Sandra, parándose de la banca-

-no sé que hacer, seguro mi padre me sacara de la casa y no se a donde ir- entre lagrimas, comenta Darly,

-tranquila, amiga, si pasa eso; tu, te vas para mi casa- conforta Sandra, abrazando a su amiga,

-crees, ¿que me reciba tu madre y tu padre?-

-mi madre, sí, mi padre casi nunca esta en casa-

-¿y cuando mi hijo, llore?-

-ja, ja, ja, no había pensado en eso, creo que nos acostumbraremos-

-¡ay, Sandra!, le tengo tanto miedo a mi padre-

-si no se puede en mi casa, lo convencemos a Mauricio para que Convensa a su madre de darte posada-

-ja, ja, ja, no creo que acepte-

-solo son los dos, ademas doña Amalia es una buena persona-

-la verdad, es que tu suegra me cae bien- dice Darly y sonríe,

-¿cúal suegra?, que pasa, ¡nunca!-

-ummm, ustedes son el uno para el otro-

-en serio crees, eso-

-sí, Sandra, tu y Mauricio hacen buena pareja, pero no cometas mi error-

-no es un error, es consecuencia de su gran amor-

-ja, ja, ja, ahora eres filosofa-

-no, pero te voy a decir algo-

-¿qué?-

-hace unos días, estaba Mauricio con unas amigas-

-¿en dónde?-

-aqui en el parque en esta misma banca y me dijo que le gustaba una y otra, el muy descarado-

-ja, ja, ja, y por que no le pegaste su cachetada-

-ganas me sobraban, pero me contuve-

-ja, ja, ja, se la hubieras dado-

-y no crees, que serian muy evidentes mis celos-

-ja, ja, ja, luego dices que no te gusta-

-sí, pero no se lo vayas a decir-

-ustedes, van a terminar como novios-

-quien sabe, tal vez le de la oportunidad-




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.