Las horas seguían pasando y al salir del colegio, alguien me gritó:-¡Mauricio, espérame!-
-señora Aurora, ¿cómo ha estado?-
-preocupada por mi hija, se que está viviendo en tu casa-
-ella está bien, un poco dolida con usted-
-mi marido, me prohibió que la busque-
-Señora, Darly está bien, si quiere ir a visitarla; cuando quiera lo puede hacer-
-gracias, Mauricio, le puedes decir: que pregunte por ella-
-claro que se lo diré, seguro que se alegrara-
-gracias, por darle un techo a mi hija, ahora me sentiré mejor-
-hasta luego, señora Aurora-
Al llegar a casa le pedí la bendición a mi madre, fui a ver a Darly y le comenté:-me encontré a tu madre o como que ella me encontró a mi-
-¿qué te dijo?-
-pregunto por ti, quería saber si estas bien-
-mi madre, como la extraño-
-dijo: que tu padre le ha prohibido que te busque-
-lo sé, mi padre nunca me va a perdonar-
-solo venía a decirte eso, me voy a almorzar, luego me baño y a descansar-
-ja, ja, ja, hoy es viernes y te mereces descansar-
-ja, ja, ja, descansar de tantas tareas-
-gracias, Mauricio, por lo menos se que mi madre se acuerda de mi- dijo Darly y se acostó en su cama. La mire contenta con la noticia. Quien también está feliz y esperando a que llegue el domingo, es Carlos, quien exclama:-¿por qué pasa tan lento el tiempo?-
-ja, ja, ja, espera un par de días, mañana la vas a ver-
-sí, Pero quiero decirle que sea mi novia-
-¿por qué no se lo dices mañana?-
-no, mejor espero hasta el domingo-
Espero... hasta que se hizo domingo. Feliz, se baño, se arregló y fue a ver a Juanita, quien se ha puesto bien hermosa.
-me late que hay noviazgo- comenta la señora Bertha,
-ja, ja, ja, no diga eso, solo es una cita- contesta Juanita, peinando su pelo negro,
-¡ay Juanita!, ya te veo saltando en una pata-
-ja, ja, ja, creo que Carlos como otros, reunirá dinero y se va con Hernán a otra ciudad a conseguir mejores oportunidades-
-hija, yo si veo a Carlos muy ilusionado contigo-
-¡usted, cree!, hablando del rey de Roma, ahí esta-
-ve a recibirlo y que les vaya bien- desea doña Bertha, con una cálida sonrisa.
-hola, Carlos, pensé que no vendrias-
-me vine a pie, mira como quedaron de empolvados mis zapatos-
-ja, ja, ja, ya te paso un trapo para que los limpies-
-gracias, Juanita, tu que conoces estos lugares, ¿hay un lugar bonito por aquí?- pregunta Carlos, limpiándose los zapatos,
-ahora, si quedaste bien elegante-
-ja, ja, ja, y tú estás muy hermosa-
-vamos hacia esa loma, de ahí se mira a la distancia los sembradíos de fresas- propone Juanita, un poco sonrojada,
-vamos, seguro es un buen lugar para decirte algo-
-¿qué me vas a decir?- pregunta Juanita, mientras camina,
-cuando lleguemos, te lo digo-
Ella lo toma de gancho, le sonrió y siguieron caminando.
-tu y Hernán, ¿piensan irse de aquí?- pregunta ella, cuando llegan al lugar,
-Hernan, sí. Quiere ir a la ciudad a buscar otras oportunidades-
-y ¿tu?-pregunto Juanita, sentándose al lado de un árbol,
-no, creo que encontré al amor de mi vida y me quedaré con ella- dijo Carlos, sentándose a su lado,
-¿es alguna de las recolectoras de fresas?- pregunta Juanita, un poco triste,
-¡Juanita, estoy hablando de ti!-
-¿en serio, soy el amor de tu vida?-
-¡sí!, desde el día que te conoci-
-no eres el único que me lo ha dicho, Pero les digo que no, seguro que ahora me dices que sea tu novia-
-Juanita, te estoy diciendo la verdad, dame tu mano-
Ella le dio la mano y el le dijo:-desde el fondo de mi corazón, quiero que seas mi novia-
-es que todos, trabajan un tiempo y luego se van-
-Juanita, yo me voy a quedar, ya se lo he dicho a Hernán-
-¡es, en serio!-
-sí, solo dime: qué quieres ser mi novia-
Se quedaron mirando y se dieron su primer beso, el beso más sincero que se puede dar en el amor.
Ahí se quedaron, abrazados mirando el hermoso paisaje hasta el atardecer.
-¡vamos, Juanita!, te voy a dejar, no quiero llegar de noche al hospedaje-
-vamos, tengo que dejar preparando cosas para mañana-
Al llegar a la casa, se despidieron con un beso.
Hernán espera a su amigo anhelando que todo le haya salido bien.
Carlos entro gritando:-¡ya es mi novia!-
-ja, ja, ja, ¡sabía que eso iba a pasar!-
-pero, por poco que no me acepta-
-¿por qué?-
-puensa que los dos, vamos a trabajar un tiempo y luego nos iremos-
-quien diría, que de los cuatro, solo yo seguiría hasta Miami-
-lo siento, por no acompañarte. Estoy muy enamorado de Juanita y no la voy a dejar-
-tranqilo, me alegro por ti, pronto iré a la ciudad a buscar trabajo-
-puedes, venir a visitarnos-
-claro, que lo are-
Pasaron los días y llegó el momento de seguir su camino. Hernan guardo lo que pudo en su morral y otras cosas en el de Carlos, que se lo ha regalado. Guardo una cobija por si le toca dormir en la calle.
Le estrecho la mano a Carlos y le dijo:-cuando vuelva a Colombia, le diré a tu madre que conseguiste mujer por estás tierras-
-le dices que la amo, guarda bien la carta que le mando.Dile que estoy feliz con mi novia-
-gracias, Carlos, por todo; espero que tengas una familia con Juanita-
-Adios, Hernán, que te vaya bien- se despide Juanita, dándole un abrazo,
-sigue mis consejos, y nada te pasara-comenta don Manolo, estrechándole la mano,
-¡toma, Hernán!, te hice algo para que comas en el camino- exclama doña Bertha, dándole un caluroso abrazo,
-gracias, señora Bertha, por la comida y la cobija-
-¡qué te vaya bien!- le grita Juanita, antes de que Hernán se suba a la camioneta,
-¡espera,Hernán!- grita Carlos,
-¿qué nesecitas?-
-cuando vayas a Colombia, dile a las madres de Javier y Beny, que a ellos los enterramos en la selva-
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Editado: 08.12.2025