Nuevo Día, Nuevas Preguntas.

Hoy Lunes 6 de abril me levanté con pocas ganas, pues en la noche me la pase viendo televisión, casi nunca lo hago, prefiero jugar videojuegos o ver vídeos pero en esta ocasión me llamó la atención un documental llamado "¿Qué pasaría si los humanos desaparecieran de repente?", esa pregunta me llamó tanto la atención que no me importó desvelarme.

El documental planteaba la idea de un mundo en el cual desapareceríamos de la noche a la mañana. Ciertamente me recordó a esos videojuegos de zombies o guerras donde uno debe sobrevivir.

Aún acostado y desganado con pereza me deje caer suavemente al suelo, tratando de no hacer esfuerzo tocaba el suelo buscando las sandalias, una vez que las sentí me senté para ponérmelas. Cuando de repente escuché que tocaron la puerta de mi habitación, era mi madre.

— ¡Jack levantate no seas flojo!. — Abrió la puerta y se sorprendió al mirarme en el suelo.— ¡Oh! ¿estas bien? ¿Era otra pesadilla?. —

Ese tono de preocupación por las pesadillas me hacia sentir incomodo pues me sentía como un bebé llorón.

— Si estoy bien má solo necesito un rato.—

Su cara cambio a un estado de preocupación a tranquila.

— Ok pero baja rápido esta listo el desayuno. —

En cuanto se retiro me levante para tomar mi uniforme de la secundaria, me dirigí al mueble y al abrirlo lo encontré a simple vista pues era horrible... ese color mostaza con negro que tanta vergüenza me da usar, desde primer grado me sentía como un bicho con esos colores, por supuesto mi madre me obligaba a usarlo por que tanto era el odio a esa ropa que me iba siempre de civil a la escuela y era víctima de los maestros por el "reglamento escolar" (Llevar siempre el uniforme completo). Recuerdo que en ese tiempo los maestros me dejaban en dirección hasta que se hartaron de que no hiciera caso, mandaron a llamar a mi mamá para hablar con ella y regresarme a casa, aun recuerdo que ese mismo día me golpeó con la chancla voladora.

Ya puesto el horrible uniforme bajé a la cocina, mi madre estaba sentada frente a la mesa leyendo el periódico...
sigo con esa indignación ¿donde esta mi padre? Se supone que el debería estar sentado con ella en la silla que sobra.

— Buenos días mamá.— Le dije cuando me senté.

Ella sin mirarme y centrada en el periódico me respondió.

— Buenos días.— Con tono de voz amable.

Tomé el cereal y la leche, traté de servirme los dos al mismo tiempo el resultado fue victorioso, seguí mirando a mi mamá, me sorprendía como miraba el periódico era como si fuera arte así que me anime a preguntar.

— ¿Qué estas leyendo? —

Sin mirarme respondió.

— Los horóscopos a tu padre le encantaba que los leyéramos juntos. —

¡O DIOS MIO! ¡Una nueva oportunidad para preguntar sobre papá!, siempre que lo menciona responde algo, pero tengo que preguntar con cuidado.

— ¿A papá le gustaba eso?. —

Aun con la mirada en el periódico respondió.
— Si, mucho, todos los días se ponía a leer. —

Podia hacer otra pregunta, mamá se veía tolerante, era la oportunidad perfecta para saber más.
— ¿Por qué entonces no esta ahora leyendo contigo?. —

— Porque no esta. —

- ¿Y por qué no esta?. —

— Trabaja. —

— ¿De qué trabaja?. —

Quitó la mirada del periódico para mirarme fijamente.
— ¿A caso no haces muchas preguntas sobre tu padre?, Él está ahora en su trabajo y está muy ocupado ¿algo mas que quieras saber?. —

Me sorprendió su reacción pero tomé valor y abrí la boca.
— ¿De qué trabaja?. —

Su mirada cambio a enojada y contestó.
— ¡No necesitas saberlo!. —

En ese momento me pareció graciosa una pequeña broma.
— ¡Ah! esta bien pero... —

Aguardé un momento y la mirada de mamá se volvió pesada.
— ¿Por que no?.— Dije con tono de voz bromista.

Mamá se levantó de golpe y me gritó.
— ¡Tienes 60 segundos para tomarte el desayuno ir por tus cosas e irte a la escuela!. —

CONTINUARÁ...