Los Lios De Serena

Capítulo 8. El Relevo

Ella se retiró a su recamara a refrescarse y al salir lo hizo con un atuendo parecido al de la noche anterior, y con una sonrisa pícara se metió en la cocina a preparar la cena; cuando Max entro donde estaba, se le quedo viendo; su cara no reflejaba nada, ni un musculo se movía en esa cara de piedra, solo se le notaba que una vena del cuello latía demasiado aprisa para el gusto de Max.

  • ¿Qué te dijeron, te informaron cómo se encuentra?- pregunto

  • Si me dijeron que ya está fuera de peligro – le contesto tranquilamente

  • Me alegro por él y por ti

  • Serena, quiero pedirte que no salgas hasta que no llegue mi relevo, tengo que salir, por lo que Iván Ferrell te acompañara.- le dijo seriamente

  • ¿va a quedarse aquí, conmigo?, pero este lugar es muy pequeño, ¿Cuándo regresas?- le pregunto alarmada

  • Si no quieres que este aquí dentro se quedara afuera, en el coche; llegara antes de que yo me valla; pero no sé cuándo pueda regresar, solo espero no tardar demasiado-

  • Bueno, ven, come algo antes de irte.- y se dirigió a la mesa, y ante el silencio de Max le pregunto

  • ¿ahora qué?-

  • Nada Serena, siéntate y come

 

Media hora después llego el relevo de Max, y este le pidió que esperara un momento y entro de nuevo, ella esperando que hablase lo veía pasearse sin decir nada y como y ya la tenía nerviosa le pregunto

  • ¿Qué diablos te pasa, deja de pasear de un lado a otro como si estuvieras enjaulado y habla?-

  • Serena, quiero pedirte otro favor ya que aceptaste que Iván se quedara dentro del departamento-

  • ¿bueno, y que favor es ese?-

  • Podrías …podrías cambiarte, no quisiera que nadie te mirara así como estas- Max tenía la cara tensa, pues no sabía cómo reaccionaría ella; Serena sin decir ni una palabra se fue a su recamara, y al salir cinco minutos después, llevaba puesta una camiseta larga que le llegaba hasta las rodillas

  • ¿estoy bien así?- pregunto y en su cara se notaba que a duras penas podía contener la risa; y acercándose a Max le dijo

  • Max; ese vestuario es solo para beneficio tuyo y de nadie más-

En la tomo por los hombros y la acerco a su pecho.

  • ¿sabías que eres un demonio provocador?- pregunto y dándole un beso en la frente, salió para darle instrucciones a Iván.

     

     

    Después entro seguido por un hombre muy parecido a él, las únicas diferencias que había entre ambos hombre era que mientras Max tenía el cabello castaño oscuro el otro lo tenía rubio, que Max tenia ojos gris acero, e Iván los tenia de un color café tan oscuro que parecían negros; que Max tenía una cara de piedra, e Iván una sonrisa abierta; y cuando Max los presento, las facciones se le endurecieron más todavía.

     

  • Señorita Serena Maxwell, él es Iván Ferrell

  • Hola ¿así que tú vas a ser mi nueva niñera; será un buen cambio?- esto lo pregunto Serena como si en realidad lo sintiera, pero a ella lo que más le gustaba era fastidiarlo; y Max salió del departamento con el sabor amargo de los celos; molesto consigo mismo y refunfuñando se dijo a si mismo

     

  • Mira nada más, de quien te viniste a enamorar a tu edad; mira que a tus treinta y tres años venir a perder la cabeza por una chica problema-

Al día siguiente Serena salió de su recamara se encontró con que Iván al igual que Max ya tenía el café listo, por lo que mientras ella tomaba un poco, Iván entro al cuarto de baño, y minutos después salió bañado y cambiado, listo para llevarla a comenzar su día

  • Buenos días Iván; ¿descansaste?-

  • No muy bien, en realidad, pero tu sofá es mucho más cómodo que el asiento del coche ¿no crees eso?-




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