En el receso, tanto Amanda como Erick tuvieron que lidiar con los cuchicheos de sus compañeros. En cuanto vio a su amiga, Ariana se dirigió con rapidez a ella para comentarle lo sucedido. Ximena puso una expresión de incredulidad.
—¡Nooo!
—Sí.
—¡Noooooo!
—¡Que sí!
—¿Pero por qué?
—Ya te dije, se pusieron a interpretar una escena de Romeo y Julieta y de repente él la besó porque así era el acto. —Frunció el entrecejo.
—¿Así nada más?
—Sí.
—¡Qué raro…! Pero si a ella no le gustan los chicos, ¿o sí? ¿Es bisexual?
—No sé. —Se encogió de hombros—. No creo porque se enojó, le dio una bofetada y luego salió corriendo.
—¿Y él qué hizo? ¿Se molestó?
—¡No! —Exclamó la morena—. Eso fue lo peor, que él la fue siguiendo.
—¿Ah, sí? —Puso cara de confusión—. ¿O sea que a él le gusta ella?
Ariana se quedó pensativa.
—No lo sé —dijo luego de unos segundos—. Digo, no es secreto para nadie que ella es lesbiana pero… ¿Tú crees que a él le guste?
—¿Quién sabe? —Se encogió de hombros.
—¡Agh, qué cosas! Todo es tan extraño.
— Bueno, pues Amanda no es tan fea, pero no serviría de nada que a él le gustara si no es correspondido —mencionó Ximena.
—O a lo mejor y es bisexual y sí andan.
—¿Crees?
—Ay, no sé… Igual yo estoy más bonita, ¿verdad, amiga? —Le preguntó para darse ánimos, pues sabía que la apoyaría.
—Ay, por supuesto que sí, amiga, tú estás mucho más bonita y eres mucho más agradable.
—¿En serio?
—Claro que sí.
—Ay, amiga —exclamó Ariana—, ¿qué haría sin ti?
—Te mueres.
Ambas rieron y siguieron platicando. Ese tipo de conversaciones estaban en boca de todos en torno a Erick y Amanda. Incluso Eva se sorprendió cuando se enteró. El chico decidió saltarse las clases para no escuchar todos los comentarios, así que la que tuvo que lidiar con ellos fue la pelirroja.
—Erick, ¿es cierto que besaste a esa chica Amanda? —dijo Eva cuando se sentó junto a su hermano en la cafetería.
—Agh, pero qué rápido corren los chismes —se quejó.
—¿Era ella la que estaba llorando en el baño?
—Sí —respondió seco.
—Con razón estaba llorando. Pobrecilla.
—Ja, ja —rio sarcástico. Sin ser consciente de sus actos, levantó el rostro y comenzó a buscar a Amanda con la mirada.
—Está del otro lado —murmuró Eva al darse cuenta de sus intenciones.
Erick bufó y volvió a ver su comida.
—Sí, no me importa.
—Mmm… —Lo miró con atención.
—Deja de verme.
—¿Te gusta esa chica?
—Obviamente no.
—Ah… ¿Y por qué te preocupa?
—Te vale. ¿Por qué no mejor le prestas atención a Víctor, o al rarito que te ayuda a estudiar?
Eva frunció el entrecejo y dejó de verlo.
—Cállate, idiota.
—Tú empezaste.
Después de clases, Erick se acercó a Amanda con aparente desinterés. La chica estaba guardando sus cosas en el casillero. Cuando notó la presencia del chico, dio un pequeño brinco.
—Me espantaste.
—Sí, lo que sea, solo quiero avisarte que el profesor Guerrero me dijo en el pasillo que, ignorando el golpe que me diste, nuestro proyecto fue el mejor, así que exentamos.
Amanda sonrió ligeramente.
—Eso me alegra. El problema es que ahora hay rumores acerca de nosotros. Unos dicen que somos pareja, otros que tú estás enamorado de mí, y los demás andan comentando que soy bi…
Erick se encogió de hombros.
—Sí, bueno, la boca de los demás es algo que nunca he podido controlar. Que piensen lo que quieran.
—Bueno, eso sí.
—Pero, a pesar de todo, me agradas, Amanda —le enseñó una sonrisa de medio lado—. Me gustaría conocerte mejor y, ya sabes, tal vez podríamos ser amigos.
Amanda alzó una ceja.
—¡Wow, wow! Esto es algo que nunca me imaginé: el grandísimo Erick Quintana —dijo a modo de burla— diciendo que puede ser mi amigo. —Se puso una mano en el pecho—. Debe ser mi día de suerte.
—Ugh, ya entendí, no es necesario tu sarcasmo.
—Ya, hombre, no seas sentido. —Le dio un ligero golpe en el hombro—. Admito que también me gustaría ser tu amiga.
—Mínimo, está bien mejorar un poco tu círculo social.