El día jueves temprano, antes de que iniciaran las clases, Amanda se dirigió hacia Erick con rapidez.
—Hey, hola.
—¡Erick! —Exclamó—. Necesito tu ayuda.
—¿Qué pasa?
—Mi abuela junto con mis tíos y primos van venir este fin de semana a visitarnos.
—¿Y?
—Ellos creen que tú eres mi novio.
Erick casi se ahogó de la impresión.
—¡¿Por qué?! —Preguntó cuando pudo recuperarse.
—Lo que pasa es que mamá empezó a contarle a mi abuela acerca de ti. Te mencionaba para todo y mi abue me preguntó por teléfono si eras mi novio, ya que nunca me ha conocido uno y… le dije que sí. Ahora te quiere conocer.
—¿Pero por qué?
—Ella no viene mucho. Quise complacerla por esta vez, vive muy lejos y no sé cuándo podré volver a verla.
—¿Pero por qué complacer a tu abuela fingiendo ser alguien que no eres? No soy nadie para criticarte, porque lo hice mucho tiempo, ¿pero tú? Creí que no te avergonzaba ser como eres.
—No me avergüenzo pero… con mi familia es diferente. Mi abuela es muy conservadora.
—¿Y eso qué? A mis padres siempre les importa quedar bien delante de todo el mundo y eso es algo que estoy tratando de no hacer. Prefiero ser yo mismo que complacerlos.
—Te entiendo perfectamente, pero no estoy lista para enfrentar a mi familia. —Bajó la mirada—. Aunque si no quieres no hay problema, diré que me terminaste o algo así.
Erick suspiró.
—Lo haré por ti.
—¿En serio? —Lo miró con expresión feliz—. ¡Gracias, gracias, gracias!
—No estoy de acuerdo con esto, pero si es lo que deseas, te ayudaré.
—Prometo decirles todo pronto. —Lo abrazó. Después se alejó de él—. Ahora necesito que me ayudes a conseguir un vestido.
***
Después de la escuela, Amanda y Erick decidieron ir al centro comercial. Tuvieron que decirle a Eva que los acompañara, ya que ella ayudaría a escoger el vestido. Al principio no quería ir con ellos, pero cuando la pelirroja le explicó que necesitaba escoger un vestido para una cena con su familia, aceptó como si no tuviera opción.
—No soy tan mala como para dejarte con mi hermano para decidir acerca de un vestido. Erick no va a poder ayudarte, así que iré.
Estaban esperando a la chica en el auto. Erick miró el reloj con fastidio.
—¿Por qué tarda tanto?
—De seguro llega pronto —dijo Amanda para calmarlo.
En ese momento vieron que se acercó pero su sorpresa fue al ver que no iba sola sino que estaba nada más y nada menos que con Víctor. Una vez que estuvieron frente a ellos, Erick se quejó.
—¿Él va a ir? No es por ofenderte pero me molesta tu presencia —le dijo al rubio. El chico lo miró con diversión.
—Ay, cállate, que de por sí tenía planes con él y los tuve que dejar de lado para ayudar a tu amiguita —le respondió su melliza.
—Amm… Gracias —dijo Amanda sin saber qué más agregar.
—Ustedes vayan para allá, nosotros los alcanzamos.
—No, qué va, mejor que él nos alcance, tú vienes con nosotros —dijo Erick.
—Ajá, sí. —Lo tiró a loco y se alejó con Víctor.
Se subieron al auto y Erick manejó hasta el centro comercial. Una vez allí estuvieron buscando boutiques y encontraron una donde vendían vestidos de toda clase. El muchacho le mandó un mensaje a su hermana diciéndole dónde se encontraban y Amanda comenzó a buscar entre todos los estantes en lo que llegaba Eva.
Una vendedora se acercó a ellos con rapidez.
—¿Buscabas algo en específico? —Le preguntó a Amanda.
—Quiero un vestido sencillo pero que sea lindo —explicó.
La chica estuvo buscando varios modelos y se los entregó. Posteriormente vio a Erick y sonrió.
—Ay, qué lindo que tu novio te acompañe a escoger un vestido, pero así ya no será sorpresa para él cuando te vea —le murmuró a la pelirroja.
—Ah, es que no iré con él, es para otro evento —se inventó—. Por eso me ayudará a darme su opinión.
—Aww, qué tiernos. Iré por allá —dijo de repente, viendo llegar a otras clientas—, pero si necesitas más modelos o si te interesa alguno me dices. Si no me encuentras, pregunta por Lily.
—Muchas gracias, Lily.
En ese momento llegaron Eva y Víctor.
—¿Y bien? —Le preguntó Eva cuando estuvo frente a ella—. ¿Ya escogiste alguno?
—Este me gusta. —Le señaló un vestido sencillo de color marrón.
—No, no, ese está feo. —Se lo quitó—. Pruébate este. —Escogió uno rojo y escotado y se lo extendió—. Mientras buscaré otros.
Amanda se metió al probador y Eva siguió buscando entre los vestidos. Víctor se sentó junto a Erick, que tenía cara de aburrimiento total. Después de estar un rato en silencio, el ojiverde habló.