En el receso, Carlos, Silvia y Jaime estaban conversando acerca de todo lo que había sucedido.
—¿Cómo ves, Carlos? —Preguntó Jaime—. Ya regresó el imbécil de Víctor, lo bueno es que no le pasó nada grave, además a estas alturas no creo que te haga más bullying…
—Me alegra que esté bien —dijo el castaño.
—Sí —concordó Silvia—. En la mañana lo vi con Eva. Se ven lindos juntos.
—¿Apoco piensas que se ven lindos? ¿Después de que ella te dijo gorda y él le hizo maldades a tu novio? —Al ver la mirada molesta que le dirigieron sus amigos, agregó—. Sin ofender…
—Jaime, ya —se quejó Carlos—. Cambia de tema.
—Está bien. ¿Qué creen? Ven que ya se acerca la graduación y todo el mundo ya está viendo con quién va a ir la fiesta de despedida.
—Sí.
—Pues ya sé a quién voy a invitar para que sea mi cita.
—¿A quién? —Preguntó Silvia.
—¡A Ximena!
—¿Te parece buena idea? —Preguntó Carlos.
—Sí, ¿por qué no?
—¿No te odia? —Preguntó la rubia.
—No, en el fondo me ama.
—Dices que se enojó desde que le pediste un beso —le recordó su amigo.
—Pero en el fondo le gusto. Hice todo el trabajo cuando ella no hizo absolutamente nada y sacamos diez, estoy seguro de que está tan agradecida que me ama.
Carlos y Silvia se miraron entre ellos pero ya no dijeron nada más.
—Es más, está por allá, ahora mismo le pediré que sea mi pareja en la despedida.
Sin agregar más, se alejó de sus amigos. Ambos lo quisieron detener pero no los escuchó.
—No, Jaime, espérate…
—Ella es un poco… ¿Cómo decirlo…? ¡Jaime! —Exclamó Silvia.
Entretanto, Ximena se encontraba platicándole a Ariana que había retomado su amistad con Víctor.
—¡Me alegro muchísimo! —Exclamó la morena.
—Sí, bueno, Eva tiene razón, la vida dura muy poco y él es mi amigo de toda la vida, no sería justo dejar su amistad…
En el momento en que Jaime se puso delante de ellas, Ariana lo miró con curiosidad y Ximena hizo una mueca.
—Ximena —dijo él, tratando de ser galante—, tengo que hablar contigo a solas.
—No, si me vas a decir algo, va a estar mi amiga aquí.
Ariana la miró con duda.
—Si quieres puedo irme…
—No te vayas. A ver, dime. —Se dirigió al chico.
—Es que… —En seguida perdió su falsa seguridad—. Bueno, quería saber algo… ¿Querrías ser mi cita en la fiesta de despedida?
—Iuu, no —dijo cortante—. Ahora vete.
—Pero…
—¡No! —Rodó los ojos y le hizo una seña para que se alejara. El chico se fue cabizbajo.
—¡Qué mala eres! —La regañó Ariana cuando el chico se alejó un poco más.
—Me cae mal.
—Eso no se hace, hubieras salido con él.
—No. Mejor sal tú con él.
—Amm… —Se quedó pensativa—. No tengo pareja todavía, nadie me ha invitado, así que por qué no.
—Espérate un poco, tengo entendido que Federico quiere ir contigo a esa fiesta…
—Tal vez deba probar ir con otra clase de chicos… Iré con Jaime —dijo con decisión.
—¿En serio?
—Sí —sonrió.
— ¡Qué rara eres! —Hizo una mueca de disgusto.
Por su parte, Jaime se dirigía con sus amigos. Al notar la expresión que tenía, supieron que lo rechazaron. Antes de llegar con ellos, Ariana lo detuvo.
—¡Jaime!
Él volteó hacia la chica y la miró con duda.
—¿Qué pasa, Ariana?
—Bueno, sé que querías ir con Ximena a la fiesta de despedida, pero si quieres puedes ir conmigo, ¿te parece?
Él la miró con estupefacción. ¿En serio una de las chicas más guapas de la escuela le estaba pidiendo salir con ella?
—¿Es en serio? ¿No es una mala broma?
—No.
—¿No me van a echar sangre de puerco?
—Eres gracioso —se rio—. ¿Qué dices?
—Amm, sí… ¡Sí! —Exclamó finalmente.
Ariana le sonrió y le dio un beso en la mejilla.
—Está bien. Te veo luego…
—Sí —respondió embobado.
Cuando Ariana se alejó de él, Carlos y Silvia se acercaron rápidamente.
—¿Qué pasó? —Preguntó el chico.
—Ximena me rechazó, pero Ariana me invitó —explicó.
Silvia y su novio abrieron los ojos con impresión.