El mensaje llevaba lo que el pueblo esperaba (Reconocimiento y consuelo) pero también llevaba reprensión para la iglesia (Apo 2:4), lo cual ignoraban mientras estaban en la obra de Dios y Él les dijo: has dejado tu primer amor.
La represión que el Señor le dio es muy trascendental para la congragación porque cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, pues el Espíritu Santo nos acompaña y el amor de Dios nos llena por completo, de modo que Jesucristo se convierte en nuestro modelo de vida para poder adorar a Dios en espíritu y verdad además de saber cómo comportarnos con los demás, siempre actuando con la mansedumbre que Jesús mostro cuando le predicaba al pueblo, ahora bien, si nos enfocamos en el actuar de Cristo para hacer la voluntad del Padre (Juan 4:34), notamos que él lo hacía con una gran dedicación y amor hacia Dios, no importándole el desprecio o las constantes asechanzas de los fariseos y saduceos en el pueblo, al declararse como el Mesías entre los judíos. Esto nos muestra, que al momento de obrar para Dios lo debemos hacer con dedicación y amor dejando por un lado la frialdad y la indiferencia que es exactamente esta la parte en la cual erro la iglesia de Éfeso, porque bien lo dice el Señor, “has dejado”, o sea que ese amor para obrar les fue dado, pero 40 años después el Señor los reprende con esta falta, ya que hicieron por un lado aquel amor que los cubrió y que les dio ese impulso para obrar en la casa de Dios, lo cual no es una falta leve, al contrario es muy grave ya que por medio de esta perdida, el corazón del hombre se enfría y entra en un estado de religiosidad y no habría ninguna diferencia con los cultos paganos que se realizaban a su alrededor. La falta de interés y el endurecimiento del corazón son algunas de las causas por la cuales los miembro de la iglesia ya no sentían ese fervor de obrar para Dios (Romanos 12:11), porque la mente del hombre es rápida para generar pensamientos que le ayuden a vivir de una forma sistemática dejando por un lado la espontaneidad que le dará la dicha de experimentar lo que el Padre tanto desea para su hijo, amor, alegría, gozo y jubilo de estar con él cada vez que le sirve (Salmos 100:2), pero al no tenerlo, el hombre vera la obra de Dios como una responsabilidad y no como un deleite, y por ende viene la insatisfacción dentro del alma y una de las cosas más triste para la vida del hombre es obrar en vano;
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
1 Corintios 13:1-3 ( BLS)
El Señor nos recuerda que el amor es fundamental para poder agradar a Dios con nuestras obras ya sea para su Templo o para nuestros hermanos, esto no solo nos levantara en el ámbito Espiritual y emocional, sino que cambiara el ambiente de la congragación a una más fraternal haciendo que la armonía sea una base fundamental para las distintas obras que se tengan pensado realizar en la misma. Cuando analizamos la reprensión del Señor, podemos notar que las consecuencias de no atenderlas son fatales, ya que nos advierte con ser removidos de nuestro lugar o sea de su presencia ya que ahí es donde pertenece la iglesia y el resultado final de no acatar la palabra sería una iglesia sin Dios. Lo que el Señor pide es el arrepentimiento para ser renovados y volver a hacer las primeras obras de la manera correcta, pero para poder hacerlo debemos reconocer nuestras faltas, “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete”, en su palabra también nos recuerda que este aspecto es fundamental para ser parte de su pueblo cuando el regrese, “vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”, esta situación requiere de una sola forma para poder solucionarla “El arrepentimiento”, porque solo así podremos tener un encuentro a solas con el Señor en donde sentiremos ese amor que hemos olvidado.