El Concilio

En el antiguo testamente el pueblo de Israel a sus inicios específicamente en el Éxodo, cuando aún no tenían un cuerpo judicial ni mucho menos un rey que los rigiera en los asuntos de guerra y de justicia, Moisés fue el encargado de atender los asuntos o problemas que había entre los israelitas. Hasta que llegó el momento en el que Moisés ya no podía mas con semejante responsabilidad por la gran cantidad de personas que se le acercaban, pero más adelante su suegro Jetro seria quien le aconsejaría que en vez de que el resolviera todos los asuntos del pueblo, mejor designara a jueces quienes atenderían los asuntos más fáciles y que Moisés atendiera los más complicados (Éxodo 18:21-22). Desde entonces el pueblo de Israel ha consultado a los ancianos de las doce tribus para resolver sus problemas, pero desde que Dios estableció un reinado en Israel, tanto los ancianos de Israel como el propio rey, corrompieron sus corazones y el poder judicial de la nación de Israel fue manchado por las constantes injusticias de sus líderes; 
Rey de Judá, tú que te sientas en el trono de David, escucha el mensaje del SEÑOR. Deja que tus ayudantes y tu pueblo también escuchen. Esto dice el SEÑOR: Sean imparciales y justos. ¡Hagan lo que es correcto! Ayuden a quienes han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. ¡Abandonen sus malas acciones! No maltraten a los extranjeros, ni a los huérfanos ni a las viudas. ¡Dejen de matar al inocente! 
Jeremías 22:2-3 NTV 

Por esta y otras razones Dios envió a distintas naciones (Asiria y Babilonia) para que llevaran cautivos a los habitantes y líderes de Israel, siendo este el castigo que acumularon durante varios reinados. Desde entonces el pueblo de Israel decidió consolidarse a la ley de Dios luego de que volvieran del cautiverio, prometiendo que la guardarían y ejecutarían con justicia por las reformas del sacerdote Esdras y de Nehemías. 
En el nuevo testamento todo el poder judicial de la nación de Israel recayó sobre los escribas y fariseos quienes tenían el mayor conocimiento de las leyes mosaicas para absolver y determinar sentencias. A los ojos de muchos fue lo mejor para el pueblo, el problema es que los que decían esto eran en su mayoría comerciantes ricos, familiares o conocidos de los escribas y fariseos. Como ya sabemos las injusticias no cesaron ya que ahora no es que se haya olvidado la ley de Dios como ocurrió antes del cautiverio, sino que los escribas tergiversaron la ley, aplicándola a su manera con el fin de sacar provecho de los juicios que hacían. Todas estas injusticias salieron a la luz, cuando Jesús denuncio de acuerdo a lo que estaba escrito en la ley; 
¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas, pero pasan por alto los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes. 
Mateo 23:23 NTV 

Jesús les muestra a los fariseos lo parciales que son al momento de aplicar la ley en el pueblo y de las injusticias que cometen delante de Dios. A pesar de las múltiples evidencias que Jesús le revelo al pueblo acerca de las injusticias que cometían los fariseos, la mayoría siguió confiando en estos y con el pasar del tiempo les dieron más poder, fue por esta razón que el Concilio conformado por los sacerdotes mejor conocido como el Sanedrín, oprimieron a los creyentes durante mucho tiempo en Jerusalén, pero el poder que poseía el concilio se entendía más allá de Jerusalén. Las comunidades judías que se reunían en las sinagogas instaladas en las distintas provincias de Roma, también se regían de acuerdo a la ley que establecía el Sanedrín desde Jerusalén que vendría a ser el centro religioso y judicial de todo el pueblo judío. Las injusticias que cometía el Sanedrín no tenían limites, porque incluso el mismo Señor sufrió por ello, cuando fue interrogado por escribas lo único de lo que se le acusaba era de decir la verdad, e incluso el mismo Poncio Pilatos reconoció que Jesús no había cometido ningún delito (Lucas 23:4) al igual que Herodes (Lucas 23:15). Esto nos deja más que claro que si Jesús padeció por las injusticas del Sanedrín cuanto mas no lo padecería la iglesia entre el pueblo gentil en este caso la de Filadelfia y Esmirna que tuvieron el mismo problema, por el constante acoso de los judíos al tratar de judaizar a los cristianos; 
Mira, a esos que pertenecen a la sinagoga de Satanás —esos mentirosos que dicen ser judíos y no lo son —los obligaré a que vengan y se postren a tus pies. Ellos reconocerán que es a ti a quien amo. 
Apocalipsis 3:9 NTV 

Dios siempre a lado de pueblo, aquel que padece para mantener firmen su fe en medio del contante ataque su adversario y en este pasaje el Señor promete hacerle justicia a su pueblo, no en un concilio humano, sino en un concilio celestial en el cual Él será el juez justo y verdadero, siendo el único que puede juzgar a las personas incluso luego de que estos mueran; 
Pero recuerden que ellos tendrán que enfrentarse con Dios, quien juzgará a todos, tanto a vivos como a muertos. 
1 Pedro 4:5 NTV 

En un juicio siempre habrá alguien que dice la verdad y otro que miente, en este caso saldrá también a la luz aquellos que verdaderamente son judíos para separarlos de aquellos que no lo son. Este es un tema que abordo el apóstol Pablo con mucha profundidad ante los judíos; 
Pues no se es un verdadero judío sólo por haber nacido de padres judíos ni por haber pasado por la ceremonia de la circuncisión. No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios. La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu de Dios. Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente. 
Romanos 2:28-29 NTV