El clima lluvioso me transmitía una paz liberadora. Inhalaba mientras cerraba los ojos, el olor, la brisa , las gotas cayendo por todo mi rostro, era una de las mejores sensaciones que podía tener. El viento alza la camisa gigante que tengo puesta. Tengo frío pero me gusta la sensación del agua cayendo por toda mi cuerpo.
El día de ayer, había sido de los días más ajetreados y confusos que había tenido. No estaba sola, lorena había decidido que hoy era un buen día para salir y ahora estaba en el baño.
Olía a cigarrillo, y eso me recordaba a que al lado tengo una chimenea con patas. El olor a cigarro me da dolor de barriga, lo cual hasta me da risa porque cada vez que a mi nariz le llegaba ese olor me daban ganas..... echarme algunos peditos.. me río. La verdad es que nadie sabe eso, y creo que nunca lo diré porque realmente es bastante estupido y hasta penoso
— ¿ya te volviste loca? La voz de lorena me asusta un poco y volteo a mirarla mientras se intenta poner unos zapatos
— ¿crees que hace un buen clima como para salir a caminar? Puede gustarme mucho la lluvia pero prefiero que caiga sobre mi cabeza estando en un solo lugar y no en plena carretera con muchas probabilidades de morir atropellada.
— no voy a caminar. Voy a salir en mi carro aún lugar x
— No estamos en pleno ataque, a donde vas. Me fastidio. Preguntaran que si todo está bien en mi casa o que si soy hija de primos. ¿Conocen a alguna persona que nunca se sale de su papel? Esa es lorena. Una cosa sencilla la convierte en un plan de ataque o estrategia para desactivar una bomba.
— Iré a ver al ruso. Alzo una ceja
—¿ y él no puede esperar hasta que deje de llover? Se empieza desenredar el cabello con los dedos.
— Estoy en misión, no puedo hacer esperar al sujeto. Ya
— ¿acaso ya no van a meter preso? Se altera
—¡NO!- intenta disimular —osea todavía no, esto lleva tiempo, pero de que se pudre en la cárcel se pudre. Aja
Intento molestarla
— escuché que el comandante está buscando una orden para apresarlo sin tener en cuanta su testimonio. Realmente no sé de qué estoy hablando pero eso parece sorprenderla y asustarla un poco. Se queda tiesa y luego como si yo no la conociera se ríe.
— Que maldito.. — lo escuché. — me parece lo más adecuado, no es bueno que sepan los demás que ahora mismo es un objetivo y decida eliminarlo. Aja
— El comandante también me informó de la llegada de unas fotos al correo del ultimo encuentro del ruso con una de sus mujeres. La miro.
— desgraciado. Eso también lo logro escuchar. Puede engañar a medio mundo, pero una vez conozcas lo suficientemente a una persona puedes saber que tan buena puede llegar a ser fingiendo. — El día que lo atrape el escuadrón me voy a asegurar que el comandante le dé una paliza por ser un maldito men... criminal. La veo quitarse rápidamente los zapatos mientras se quita la blusa con algo de agresividad.
— ¿ ya no saldrás? Le pregunto sólo por joder. Me mira
— creo que el clima no está muy bueno para salir.
— ¿Qué no ibas a una misión? Fingo sorprenderme.
— como que no es muy importante. Cierra la puerta y solo se logra escuchar el sonido de la lluvia mientras golpea el suelo.
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He llegado temprano a la base. No quiero encontrarme a gente indeseable tan temprano. El comandante no ha llegado y tengo que aprovechar el momento. Saludo a algunos agentes mientras trato de que nadie me entable conversación. Benjamin y González afortundamente han salido baleados de su último operarivo, así que no serán un inconveniente y si lo fueran yo mismo los lesiono. Las pocas celdas que tiene este lugar son bastante escondidas y con bastante seguridad así que si en algún momento alguien decidiera entrar sin permiso y sin conocer el lugar, probablemente no saldría. He tardado alrededor de quince minutos mientras coloco las claves y recorro los pasadizos. Se exactamente donde está él. Me escondo de las cámaras, tendría problemas y como tan tonta no soy, he utilizado la tarjeta del soldado infiltrado por suarez.
Me acerco a La última celda y abro la pequeña ventanilla que tiene en la parte superior , y ahí lo veo. No sé ha dado cuenta de mi llegada. Abro la puerta y el sonido lo pone alerta. Me mira
— creo que alguien le llegó visita. Cierro la puerta y eso logra despertarlo un poco más. No sé si tiene miedo o si solo lo estoy aburriendo, pero lo que sí sé, es que yo no me voy a aburrir.