Había terminado la escuela hace algunas horas, el calor seguía igual de intenso, algunos chicos esperaban en las sombras a sus amigos mientras otros estaban en la Cueva del Juego, una tienda especializada en comics, mangas, videojuegos y novelas.
—Hola Neo —dijo Silvia mientras veía el cómic en las manos de Neo.
—Hola Silvia, ¿cómo estás?
—Has visto a Erick —preguntó rápidamente al observar hacia los lados.
—No Silvia —respondió Neo—, quede de verlo en las canchas en la tarde para entrenar.
—¿A qué hora? —preguntó Silvia con un rostro sorprendido.
—A las cinco de la tarde, exactamente cuando el sol baje.
—Entonces, ¿a qué hora haremos el trabajo? —se preguntó Silvia.
Rápidamente Silvia salió de la tienda azotando la puerta a su salida.
—No se azotó la puerta —gritó el dueño del local del otro extremo de la habitación.
Las grandes ventanas permitían ver con claridad cada página ojeada, algunos cuantos solamente se quedaban para leer gratis los volúmenes y los recurrentes en ese acto eran sorprendidos constantemente por él. La mayoría del tiempo el silencio era absoluto, dejando adentrarse en las páginas de cada pequeño cuadernillo, entrando a mundos muy lejanos sin importar la hoja, las grapas o el pegamento.
Justo cuando Neo estaba inmerso en esos mundos, el sonido de la puerta se escuchó por segunda vez, las campanillas retumbaron por toda la habitación y por algunos instante pensó en no voltear a ver. Pero una fuerza lo movió tan solo unos milímetros, para que el rabillo del ojo lograra mirarla. Las ondulaciones de su cabello se extendían por caireles más allá de sus hombros, mientras su piel morena como la canela relucía con intensidad, su sonrisa de un brillo espectacular ante la mirada de Neo. Quedó quieto por algunos segundos, concentró su mirada en los cómics para disimular y no respondió la sonrisa, la chica estaba un poco decepcionada al no recibir respuesta de aquel chico.
—Llegas tarde —se escuchó la voz del dueño.
—Lo siento —dijo rápidamente la chica mientras se acercaba al dueño—, no encontraba el local y me perdí una calle hacia adelante.
—No quiero escuchar excusas —respondió en cuanto estuvo cerca—, la próxima vez llegará a tiempo. Tengo poco tiempo y tengo que explicarte todo el procedimiento. Mira como veras casi todos los artículos de la tienda están en la computadora, únicamente deberás aprenderte el orden para decirle a los clientes donde encontrar los títulos, también deberás de aprenderte el orden de acuerdo al idioma; esta es la sección en inglés, francés, español, japonés, coreano. Tengo una sección para títulos únicos, hay un estudio donde tengo libros que no están en el catálogo de la computadora. Deberás de recibir las llamadas de los clientes y responder los envíos por Internet, la computadora siempre tendrá las puertas abiertas para responder y la paquetería normalmente llegará en las mañanas o las noches. Nunca se te olvide cerrar la puerta cuando te vayas y revisa dos veces los precios de cada título. ¿Alguna pregunta hasta el momento?
—NO —la chica respondió rápidamente mientras escribía en una libreta cada indicación.
—Muy bien, debo irme por el momento, tengo una reunión. Todo lo que tienes que hacer está en estas listas.
El dueño salió de inmediato del local, la puerta se cerró con calma y pronto volvió la tranquilidad en el recinto. La chica observó con cuidado cada una de las labores de las listas. Se movió de uno lugar hacia el otro, después fue al escritorio donde estaba la caja registradora y la computadora. La mente de Neo ya no podía concentrarse en las páginas de los cuadernos, solamente podía escuchar pequeños vistazos al escritorio.
—Hola, ¿Dónde están los cómics de DC? —preguntó un niño al entrar.
La chica ojeó varias veces las páginas que le habían entregado, pasaron varios segundos y el niño comenzaba a desesperarse.
—Está al fondo, la segunda repisa a la derecha o la cuarta si quieres las versiones en inglés —respondió Neo.
—Muchas gracias —dijo el niño.
La chica se quedó sorprendida, aún no estaba ni cerca de revisar esa sección y todas las secciones.
—Muchas gracias —dijo la chica—, es mi primer día, soy nueva en el pueblo y la verdad aun ni siquiera tengo la más mínima idea de los cómics.
—Creo que te recuerdo de una clase, bueno al menos tu voz, ¿tú expusiste sobre el pueblo?
—Si, en clase de historia. No te vi en la clase.
—Estaba hasta atrás —respondió Neo—, no estaba muy concentrado la verdad, el calor es horrible.
Aparecieron dos nuevos clientes justo después.
—Hola, disculpa. ¿Dónde están los cómics de MARVEL?
La chica observó a Neo implorando ayuda mientras sostenía las páginas. Al aparecer otros clientes la situación fue igual durante algunas horas siguieron con esa modalidad hasta la noche. Al salir el último cliente satisfecho por su compra entré Erick y Silvia corriendo. El escándalo sacudió toda la habitación, los gritos ininteligibles sorprendieron a los dos. Neo se adentro en un cómic enfrente de él.