Los misterios del Tzolkin

IV

—Yo también te veía, perdí ayuda sobre eso, creo que puedo ayudar al negocio, pero tengo que conocer primero cómo funciona. Tengo muchas dudas al decir verdad. ¿Podríamos vernos después de clases en la cueva del juego ?

—Aunque no me lo pidieras —dijo Neo

Muchas gracias, ¿a tí por qué te gustan los cómics?

—Creo que muchos cómics son historias llenas de reflexión, son de personas ya sea mejores o peores que nosotros, que no saben qué hacer con sus vidas. Pero en cada página logran dar un paso hacia la vida que quieren. A mi no me gustaban los cómics, pero una vez llegó a mis manos Spiderman número 700, nunca antes volví a ver a cualquier novela gráfica de la misma manera.

Abigail no había escuchado siquiera que un chico hubiera admitido llorar, y menos por un cómic. La conversación fue en una sola dirección a partir de ese momento, Neo se escuchaba muy entusiasmado por decir varios datos de escritores y personajes.

—Nos vemos mañana Abigail —dijo Neo justo cuando dejó enfrente de su casa.

—Abi —dijo la chica con un tono alto—, por favor dime Abi. Sólo los profesores y mi jefe me dicen así. Mis amigos me pueden llamar Abi.

Neo sonrió de oreja a oreja.

—Está bien, nos vemos mañana en la escuela Abi.

Al entrar a su casa por poco y pregunta si alguien se encontraba, se recargo un poco en la puerta y por fin se permitió sonreír lo más que pudo. Corrió hasta su cuarto, cerró la puerta y saltó a la cama. Sentía como su corazón latía un poco fuerte, se tranquilizó y comenzó a alistar sus cosas para mañana, en cuanto sacó sus cosas observo el comics que la haya metido en esta circunstancia, lo ojeo una vez más, en cuanto contó las páginas se dio cuenta que la mitad ya estaban completamente coloreadas, la otra mitad aún permanecía completamente en blanco. «¿cómo es que eso pasó?» pensó mientras revisaba las nuevas páginas en blanco.

En las penúltimas páginas observaba como una chica estaba pintando en un extraño papel algunos símbolos extraños, los acercaba a la pierna de un chico y este papel comenzaba a brillar. En cuanto retrocedió un poco más miro como una sombra similar a la de un lobo se presentaba ante tres chicos que gritaban con caras de pánico «¡AYUDA!», la sombra los empujaba por un despeñadero y atacaba a uno de los chicos hiriendolo en el hombro. Se fijó en los dibujos, poco a poco se dio cuenta que se parecían al rostro de Erick, de Silvia e incluso al rostro de Neo.

Creía que solo era su imaginación hasta que observó la página exacta donde había quedado el día anterior, vio cómo en cada cuatro, en cada viñeta se decía lo que había dicho, lo que había pasado incluso, él suspiro cuando cerró la puerta y ya no vio a Neo. No solamente era su día, también el de los tres chicos, observó como Erick hacía la tarea con Silvia, también lo que hizo Neo cuando se perdió de su vista, como corrió por la calle y subió hasta correr por algunas azoteas. Las páginas llegaban hasta el día de ayer, justamente unos chicos tendrán una pelea en el patio de la escuela por alguna riña tonta, entonces llegaría una persona similar al perfecto y los separaría.

Abigail se queda sorprendida con la fidelidad de los hechos, no sabía con exactitud lo que pasaría, «¿podría decirme lo que va a pasar?» se preguntó mientras se veía en el espejo de su habitación. Pero llegó a la conclusión de que si le decía con exactitud lo que pasaría ¿ella que podría hacer?  Se dirigió al baño para relajarse un poco más, el agua caliente calmó sus nervios, se puso el pijama y se acostó. Observó por algunos segundos, no quería pensar más del tema, pero el color blanco de su techo solamente le daba el espacio suficiente para pensar en el peor de los resultados.

A la mañana siguiente a las 6:30 Abigail se levantó, apagó su despertador y se preparó para la escuela, después de diez minutos bajó a la cocina donde se encontraba su mamá.

—Buenos días mamá —dijo Abi en cuanto se sentó a la mesa.

—Buenos días cariño, ¿cómo te fue el día de ayer?

—Me fue muy bien —respondió Abi—, termine la tarea justo antes de salir, me quedé unos minutos en la biblioteca para terminar mi tarea. ¿cómo te fue en el hospital?, ¿a qué hora llegaste ayer?

—Fue terrible cariño, algunos doctores no llegaron, algunos compañeros tampoco llegaron. Los recortes de presupuestos son terribles.

—Debe ser muy mala mamá, espero no haya más recortes.

—No te preocupes cariño, todo estará bien.

 



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En el texto hay: mayas, mayas y aztecas, criaturasmagicas

Editado: 29.09.2023

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