—Miren justamente aquí está, mira Neo estas paginas dicen como me acompañaste incluso estos dibujos se parecen a nosotros. Mira así era esa criatura.
—¿Cómo podemos creerlo? —dijo Silvia nerviosa y casi gritando—, apenas y salimos vivos. Me vienes a decir que este papel sabía lo que nos iba a pasar.
Abigail comenzó a mover los brazos en señal de que se calmara, quiso pedirle que respirara pero Silvia gritó.
—Puedo probarlo —dijo Abigail.
—¿Cómo? —preguntó Silvia.
—En el cómic, esta chica dijo que solo había una manera de lidiar con esa criatura, era con luz solar y que ella podía crearlo. Al principio yo tampoco creía, salí de mi trabajo justo a las ocho y fue cuando miré al cómic, ustedes estaban siendo seguidos por una criatura y después alguien los ayudaba, yo creía que iba haber alguien más, pero cuando vi cómo atacaba a Neo y no vi a nadie más. Se me ocurrió hacer lo mismo que la chica y Silvia por favor relájate.
Silvia se estaba moviendo de un lado al otro cada vez más frenéticamente.
—Mira por favor. —Silvia sacó un pedazo de papel de su mochila y lo colocó en la misma página de donde estaba la chica contra la criatura y dibujó el mismo símbolo que el cómic—. Luz...
En cuanto tocó el papel una pequeña luminosidad salió del papel y comenzó a flotar enfrente de los cuatro chicos, como si se tratara de la luz de una luciérnaga.
—El que use para alejar a la criatura era más intenso y tenía dibujos más complejos, creo que eso es lo único que se necesita —dijo Abigail.
—¿Cómo? —dijo Silvia.
—¿La criatura sigue aquí? —preguntó Erick alarmado.
—No lo sé, pero nunca se acerca a pueblos o lugares con algún tipo de luz.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Erick.
—También viene en el cómic, al parecer hay un libro de criaturas como esa en el cómic. No sé más de lo que este cuaderno sabe —dijo Abigail cada vez bajando más la voz.
—Creo que es hora de irnos.
En ese momento la ultima pagina del comic se lleno de color en presencia de los cuatro chicos. Se vio tan claro bajo dos luces que no podían decir lo contrario. Las páginas del cómic se habían coloreado enfrente de ellos.
—Nunca había visto algo igual —dijo Neo aún incrédulo.
—¿Cómo es posible que esto esté pasando?
—No lo sé —dijo Abigail mientras cerraba el comic.
Los cuatro chicos comenzaron la densa bajada del parque. La ciudad se extendía con calles iluminadas hasta donde parecía no tener fin y comenzaba la carretera. Abigail y Erck se separaron. Erick avisa que se quedará en casa de Abi y que llegará mañana a primera hora para cambiarse y estar listo para la escuela.
—¿Le diremos a nuestros padres? —preguntó Neo.
—Aun no puedo creerlo yo Neo, claro que no lo diremos. No hasta saber lo que está pasando.
—Por mi esta bien —dijo Erick—, no quiero que se enteren de que aun sigo pintando paredes, les dije que lo deje hasta el final del año escolar.
Silvia quería reírse, en serio quería reírse de ese mal chiste, pero con una leve sonrisa forzada. Neo no insistió más, Abigail se había adelantado varios pasos, en cuanto Silvia y Erick se alejaron y se despidieron con un sutil “hasta mañana”, Neo se apresuró a su paso.
—Muchas gracias —dijo Neo.
—¿Por qué? —preguntó Abigail.
—Por venir a rescatarnos, si no fuera por ti no sé lo que me hubiera pasado. No sé lo que le hubiera pasado a mis amigos.
—No te preocupes —dijo Abigail, mientras cruzaba los brazos.
—Espero no se enojen tus padres de que llegues tan tarde a casa —dijo Neo para relajarla.
—Vivo solamente con mi madre, mi papá no era de las personas que se preocupan por sus hijos.
—Lo lamento —dijo Neo tratando de dirigir la conversación.
—No tienes porque disculparte, es mejor no tener un padre que tenerlo y que siempre te está decepcionando.
—Lo...—Neo sabía que no podía arreglarlo—. Fuiste muy valiente, creo que no he conocido a alguien tan valiente como tú, entraste ahí y actuaste con mucha seguridad.
—Tenía miedo.
—Pero lo supiste enfrentar —dijo Neo mientras observaba la cercanía de la casa de Abigail.
—¿Crees que esto se haya terminado? —preguntó Abigail.
—No lo sé, no sé exactamente lo que pasó. Esto creo que nunca había pasado antes en este pueblo. Pero me alegra que fueras tú la que encontró el cómic y no alguien más.
—Muchas gracias, creo que nos vemos mañana.
—Nos vemos mañana.