Se sentó y comenzó a abrir el cómic. Sus páginas mostraron la conversación que había tenido con Neo, aunque un poco diferente.
En grandes letras estaban Los Misterios de Tz y el número 2 enseguida. En la portada estaba un personaje en una posición defensiva en Karate, Silvia supo en ese momento la gravedad de la pelea. Quería tirarlo a la basura y seguir adelante, pero una vez más las palabras de Neo resonaron con fuerza, «la clave de la victoria se podría encontrar en sus páginas». Continuó hojeando hasta llegar a una especie de torneo donde ella era la ganadora, pasaron varias páginas en blanco y llegó hasta donde se encontraban los personajes parecidos a sus amigos. Voltear la página solo para ver a un monstruo, gigantesco, musculoso y preparado para un combate. El rostro de la luchadora tenía miedo y vio en sus ojos su propio miedo. Regresó hasta las páginas del combate en donde expresaban con dibujos como esquivaba los golpes de sus contrincantes, como respiraba profundamente y daba el siguiente golpe. Nunca se imaginó cómo se vería un combate en fotografías hasta que vio esos cuadros. «¿Si ese iba a ser el torneo?, entonces ¿quién es este monstruo?» pensó.
En la cueva del juego Abigail se encontraba atendiendo a los clientes mientras Erick veía algunos cómics de charli. En cuanto se abrió la puerta y entró Neo, una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Abigail.
—¿Cómo estás? —preguntó Neo desanimado.
—Ha ido muy baja la venta, entran muy pocas personas—respondió Abi intranquila por la actitud de Neo.
—Oye Neo, ¿has leído Charli?, está loco ese sujeto.
—Si, y no has leído sus primeros números, creo que al pasar los años es cada vez más cuerdo—dijo Neo.
—¿Cómo está Silvia? —preguntó Abigail.
—Está bien, no quería hablar mucho conmigo, pero le dejé el cómic para que pensara con claridad.
—¿Estás loco?, que tal si lo destruyes o algo.
—Creo que será lo mejor —dijo Neo.
—¿Por qué es mejor?, ese cómic podría ayudarnos en cualquier cosa. Predice el futuro.
—Bueno, Silvia no quiere saber sobre su futuro y está en todo su derecho—dijo Neo.
—A veces no les entiendo muchachos. Cuando pasa algo tan bueno y no lo quieren aceptar. Tu Neo, deberías estar feliz de que esto sucediera. Te encantan los cómics.
—Lo sé amigo, pero este es diferente.
—¿Por qué es diferente? —preguntó Abi quién se acercó después de terminar sus deberes.
—Miren, escuchen una de mis historias favoritas. El planeta estaba en riesgo de ser destruido, entonces el planeta eligió a un campeón para defenderse. Eligió a Spider Man, y Spider Man se convirtió en la Araña Galáctica, tuvo poderes increíbles más allá de sus sueños. Podía destruir a todos los super villanos enemigos de los Vengadores sin esforzarse, pero cuando llegó la amenaza del mundo, apenas y sobrevivió.
—¿Y? —dijo Erick.
—Pasa lo mismo con el Capitán América. El fue creado para combatir contra el cráneo rojo e hidra.
—¿Y? —dijo Erick.
—En cada historia de los cómics es igual. El destino te vuelve un campeón contra algo mucho más grande —dijo Neo—, y apenas y sobrevivimos a lo que estaba allá afuera en el bosque. No me imagino que más puede haber.
—Pero oye, nosotros tenemos a Abi, quien puede hacer esferas de luz contra esos monstruos —dijo Erick.
El rostro de Abi se sonrojó y tuvo mucha pena.
—Pero no sé ni siquiera cómo funcionan —dijo apresuradamente Abi.
—Creo que tienes razón Erick.
—¿En serio?, ¿en qué exactamente?
— Fue mala idea dejarle el cómic a Silvia. Si de algo estoy seguro, es que sin el cómic Abi nunca nos hubiera encontrado y no creo que hubiéramos salido de ese bosque. Estábamos solos, nuestros padres nos habían empezado a buscar hasta el día siguiente.
Erick sintió escalofríos al recordar ese día. Incluso sintió un poco de miedo al pensar en que debía regresar a ese lugar una vez más. Entró un cliente y Abi se tuvo que separar del grupo. Mientras atendía pensaba en cómo ayudar a sus nuevos amigos y se sentía responsable de lo que les pasaba. Después de varios minutos los clientes se marcharon y Abi regresó.