Como prefacia les dejo una disculpa por la tardansa de la siguiente parte de esta historia. Este mes ha sido una montaña de emociones indescriptibles. Este fin les entregare las actualizaciones pendientes esperando que las disfrutes.
...
El sonido de la música le impedía escuchar más allá de un metro a su alrededor, los grandes y gruesos muros eran ásperos. Los rayones comenzaron a ser más complejos hasta volverse murales realmente complejos. En cuanto se dio la vuelta, la silueta oscura de un encapuchado le sorprendió.
—¿Qué carajos haces?—dijo Erick. Se quitó los audífonos y retrocedió.
—Me dijiste a donde iba—dijo Norma.
—¿No entiendes el sarcasmo o eres estúpida?—dijo Erick.
Norma se quedó callada.
—Lo lamento —dijo Norma—, creo que me equivoqué.
—No te disculpes, creo que fue mi culpa.
Erick buscó sus audífonos en el piso, Norma le ayudó a encontrarlos.
—¿Quieres saber un poco más del Hip Hop?
—No—dijo Norma—, quería saber más de ustedes.
—Pues no hay nadie más aquí así que te contaré más de graffiti. Mira lo que está aquí, parece más una pintura muralista. Aún no está terminado, pero pronto estará.
—¿Tú lo hiciste?, ¿por qué pierdes tu dinero en esto?—dijo Norma.
—El graffiti es algo que su función no es ser eterno como las pinturas, es representar lo que sentimos, sentimientos fugaces. Se han hecho intentos de volverlos murales. Pero esta es su esencia más pura. El graffiti comenzó en las calles de francia como una manera de oponerse a un gobierno, fue desobediencia civil ante los tiranos—dijo Erick mientras la veía a los ojos..
Norma en cuanto escuchó esas palabras observó con más cuidado el mural, noto los colores fluorescentes, los detalles en las letras e incluso los efectos de luz.
—¿Cuánto tiempo tardas en pintar uno así?
—Procuro no tardar más de una semana, pero esta vez es diferente, tardaré mucho tiempo más. Tengo un proyecto más grande y quiero terminarlo antes de terminar las clases.
—Faltan tres meses para eso, ¿que tienes planeado?
—Si quieres te puedo enseñar—dijo Erick—, solo tenemos que ir a unos lugares más para ver otros proyectos pendientes.
—¿Tienes más?, ¿no te da miedo que otros los borren?
—Hay un código de honor en el graffiti, “si no crees pintar algo mejor, no pintas sobre un graffiti”, así te das cuenta si es el trabajo de alguien que no sabe o si es de alguien que quiere ser grande.
—¿Enserio crees en eso?—dijo Norma.
—Si—respondió Erick mientras salía.
—¿A dónde vas?—pregunto Norma.
—Iré al otro lado de la ciudad—dijo Erick—tengo otros proyectos en las construcciones de ese lado.
Erick salió y observó hacia atrás. Norma salía entre algunos arbustos, trataba de acomodarse el cabello y quitarse algunas telarañas de la cabeza, no consiguió quitarse toda la basura al no tener un espejo.
—Sabia que vendrias—dijo Erick.
—¿Cómo lo sabías?
Eric únicamente se dispuso a responderle con una sonrisa. Sostuvo su patineta, camino hasta el asfalto y espero a Norma quien se subía en su bicicleta. Norma se emparejo a Eric y se fueron juntos, el otro extremo de la ciudad estaba tan solo a unas cuadras en línea recta.
—¿Qué es lo que haces aparte de pintar?—pregunto Norma.
—Escucho música y trato de moverme al son de ella—dijo mientras se ondeaba como un barco—. ¿Tu aparte del Karate que haces?
—Estudio—dijo rápidamente.
—Una vez vi el video de un estudiante de karate que bailaba breakdance. Podrías intentarlo.
—No lo creo, a mi mamá no le gustaria eso, no creo que le parezca que pierda el tiempo bailando y mucho menos bailando esas cosas.
—Tal vez si le dices que hay competencias te deje entrar—agregó Erick—. Siempre te veo con el equipo de Karate de la escuela, deben ser muy buenas amigas. Yo solo estoy con Silvia y Neo.
—¿En serio y que hacen?—dijo Norma aprovechando lo que para ella era la oportunidad perfecta.
—Vamos de aquí para haya revisando mis creaciones, después pasamos a La Cueva del Juego y últimamente la chica nueva es nuestra nueva amiga. Aunque ciertamente es una chica muy callada como tú, le gustan otras cosas.
—¿Cómo qué?—pregunto Norma.
—Le gusta leer novelas románticas, la he visto estar siempre en esa sección en la cueva del juego, a mí me regaña por leer comics de Archi, el dueño es un poco extraño y nos corre frecuentemente.
—No sabía que aquí había un lugar donde venden novelas románticas—dijo Norma—, en la ciudad hay muchas, pero cuando llegué aquí no creía que hubiera. Desde que llegue las pido por internet, pero no son más caras con el envío y todo.
—Cierto, eres de la ciudad—dijo Erick—igual ella es de la ciudad. Tal vez vivían cerca.