Los misterios del Tzolkin

IV

—Vivía muy bien—dijo Norma con melancolía—, siempre salíamos al cine o al menos habían como diez películas para escoger, íbamos a cafés, centros comerciales y de vez en cuando a un museo. Eso último me molestaba, mi papá nos hacía levantar temprano para ir a uno los domingos.

—Suena genial, aquí solo hay como dos películas al mes en el pequeño cine y si te tardas más de una semana quitan la película. Una vez Silvia nos convenció para ir a una función de medianoche, la íbamos a ver antes que todos los chicos de la escuela, pero justamente los papás de Neo entraron a misma sala, tuvimos que salir antes que acabara la película, les contamos a todos lo que trataba la película y les dijimos que podíamos contarles el final porque era increíble. Pero en realidad nos enteramos del final días después cuando fuimos con nuestros padres, ja.

Erick comenzó a sonreír y a carcajear al recordar los rostros de sorprendido de sus compañeros cuando dijo eso. Norma simplemente se reservó a hacer unas muecas de disgusto, no solía salir con sus amigas y mucho menos en una función de medianoche. 

—¿Les gustan mucho las películas?

—No mucho—dijo Erick—, pero era sobre un personaje de cómics que se le hacía interesante a Neo y Silvia dijo que sería muy divertido. Tuvimos que correr hacia nuestras casas como locos, pero creo que cumplio su objetivo. Oye hablando de café, acaban de abrir una cafetería en el pueblo, es muy popular, el dueño dice que será la novedad.

—Enserio, ¿en donde es?—pregunto animada Norma. 

—En la cueva del juego, podemos ir después de revisar algunos grafitis.

Erick se apresuró a llegar al otro lado de la ciudad, las construcciones para las nuevas residencias aún estaban desoladas. Entró a varias casas donde se encontraban sus pinturas, reviso por cada minúsculo lugar en la pared buscando algún indicio, al intentar tomar una foto se dio cuenta que la batería de su teléfono se había terminado. Se encontró con mucha basura en algunas, lo cual sabía que era mala señal, significaba que alguien había estado ahí y en algunas ocasiones podía estar muy cerca, se apresuró y le indico a Norma que saliera deprisa. 

—Creo que iremos más rápido a la cueva del juego que lo que esperaba—dijo Erick. 

Los dos tomaron marcha a la calle principal, después descendieron para estar enfrente de la cueva del juego, abrieron la puerta, se escuchó la campanilla y entraron. Abi quería saludar como le habían dicho que saludara a todos los clientes, pero en cuanto observó a Erick se quedó callada para observar a la chica que lo acompañaba. El olor a café recién hecho, los granos de cafe molino y el pan inundaron el olfato de Norma quien empezó a salivar intensamente, no pudo saludar debido a eso. 

—Hola Abi, ella es Norma, es la co-capitana del club de Karate de la escuela—dijo Erick.

—¿Cómo sabes eso?—dijo Norma.

—Se anunció en el blog privado de la escuela—dijo Erick—, ¿no estás inscrita?

—¿Quien lee los blogs?—pregunto Norma. 

—Oye, fue lo primero que pudo hacer el internet—dijo Erick—, pero en fin. Por ahí está la cafetera, puedes pedir el café que quieras adelante. 

Norma no escuchó nada más en cuanto le dijo donde se encontraba.

—¿Por qué la trajiste?—pregunto Abi.

—Desde temprano ha estado vigilando a Silvia y Neo—dijo Erick—, quería darles un descanso sobre todo a Silvia. Creo que a ella le afectó más que a todos. Por cierto te puedo encargar mi teléfono para cargarlo unos minutos.

Erick le dio su teléfono a Abi.

—Oye, a nosotros nos secuestraron y te preocupa lo que sintió Silvia—dijo Abi molesta.

—No recuerdo nada de lo que pasó, de igual forma tú, también Norma nos ayudó en eso y por lo que dijo Silvia también ella tiene que ver con nosotros—dijo Erick.

—No lo creo, ella no apareció en el comic hasta mucho después—dijo Abi.

—Lo sé, pero estuvo intentando preguntarme cosas de nosotros, no creo que eso sea normal, debe ser por algo. 

—¿Qué dicen los chicos?—pregunto Abi.

—No lo sé—dijo Erick—, ellos no quieren salir, estaban en sus casas. Les dije que tenía un plan sobre qué es lo que puede estar afectando a algo. 

—¿Qué cosa?

—Creo que alguien está marcando su territorio, vi una marca única en la pared. Esa marca es única y creo que tiene que ver todo esto. Estuve revisando como loco las construcciones alrededor y no encontré nada. Quería ir a los depósitos de agua, pero me tope con Norma, iré al deportivo para revisar los alrededores. Me pregunto si te puedes encargar de ella por unos minutos

—¿Estás seguro con eso?—pregunto Abi—, no creo que debas ir sólo. Dile a Norma que te acompañe, ella una karateca que ya se ha enfrentado a ellos

—Esa es una muy buena idea—dijo Erick.



#15721 en Novela romántica
#3527 en Thriller
#1811 en Misterio

En el texto hay: mayas, mayas y aztecas, criaturasmagicas

Editado: 29.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.