El fin del camino que juramos recorrer juntos. El final del capitulo 3 como autor me genera más preguntas que respuestas. El evento de los hechos los observo como si estuvieran pasando todo al mismo tiempo, los personajes tratan con ingenuidad escapar de sus propios destinos, cuando cada una de sus decisiones los dirige directo a esa convergencia.
Por poco y no logro cumplir con los tiempos y el horario de entrega, espero mejorar con el tiempo. Sin más que decir un nuevo capitulo.
...
—Son tratados de lo que ven e investigan—dijo Erick—, y mira. Neo nos dijo que ese nombre le era familiar, justo el libro que toma Abi en el cómic tiene ese nombre, es el libro que le enseñó a usar el primer símbolo.
—¿Cuántos símbolos hay?—dijo Silvia.
—Me dijo que más de 228—. Silvia quedó hastiada en cuanto escuchó el número
—, pero los fundamentales y los que me aconsejo conocer son 5. Ya conocimos el primero, el cual simboliza el sol y la luz, tiene muchas variantes y cada una es más compleja que la otra, pero el original se ve así.
Erick le mostró el dibujo original, había tenido mucho cuidado de hacerlo lo más parecido. Silvia sabía a la perfección como se veía, no necesitaba ese dibujo.
—Muy bien—dijo Silvia,—manos a la obra.
—¿Quiere ayudarnos?—pregunto Erick.
—Si, conozco tu letra muy bien así que será más rápido si lo hacemos los tres.
Así fue como iniciaron su larga labor, cada mañana justamente Silvia repetía la misma rutina con un ejercicio menor, mientras trataba de despejar su mente. Llegaba justo a la casa de Erick cuando Norma llegaba, la saludaba cortantemente. Mientras Neo y a veces Silvia los acompañaban para informarse lo que escribían. La complejidad del texto no era únicamente en leerlo, sino en comprender las palabras que decía, algunas veces llegaron a pensar que aunque lo terminaran, no lo entendería por completo. Neo de igual forma revisaba cada vez más minuciosamente el cómic junto a Abigail, en la cueva del juego, para así nunca faltar a su trabajo, le explicaba la diagramación en algunos comics, que a veces las cosas más importantes estaban ocultas a plena vista. Descansaban de vez en cuando y fueron dos ocasiones más al parque para visitar a donde estaba Ichcanzihó, quien le estaba entregando su confianza a los jóvenes. Las horas de plática no siempre se reflejaban en entendimiento, los términos que usaba eran complejos o incluso en otro idioma. Después de una semana anunciaron la reapertura de la escuela y su último fin de semana lo utilizaron para ponerse al corriente en todos sus proyectos pendientes, no habían tenido mucho tiempo y mucho menos el interés de hacer un informe detallado de los héroes a quienes fueron recordados al nombrar las calles de la ciudad. Silvia la última mañana de sus vacaciones forzadas se encontró primero a Neo.
—Hola Silvia—dijo Neo.
—No bastante me jodes la semana—dijo Silvia—ahora me molestas en las mañanas.
—¿A qué te refieres?—dijo Neo.
—A que trajiste a las personas que menos soporto a estar juntos todo el día.
—Nos dijiste que no te importaba el torneo—dijo Neo.
—Claro que no me importa, lo que me importa es que ella siempre me ganaba. No podía perder contra cualquiera, pero justo siempre perdía contra ella. Así que gracias por recordarmelo.
—¿Cuándo te lo he recordado?—preguntó Neo.
—Cada mañana que la veo aquí, para chingar más justo la veo después de ver mis medallas de segundo lugar—dijo Silvia.
—¿Qué es lo que te pasa?— preguntó Neo.
—Nada, no me pasa nada, Estoy bien y apurate, hoy también tengo hacer tarea.
Silvia entró furiosa y como ya era costumbre no saluda a la hermanitas de Erick. Pero esta ocasión no la esperaban, siguieron en lo que hacían ignorandola. Después entró Neo. Varios minutos más tarde se escuchó la voz de Norma y un grito de alegría de parte de las niñas.
—Niñas molestas, no se pueden callar—dijo Silvia mientras trataba de leer un texto.
Después de varias horas habían logrado terminar las notaciones y las tareas, estaban nerviosos de los exámenes a final de mes. La plática entre siguió con una Silvia muy poco interesada. El sonido de un ave se escuchó en la habitación de Erick.
—Creo que había escuchado ese sonido antes—dijo Abi.
—Es imposible—dijo Erick—, ese sonido es de una flauta de los aluxes. Están por irse.
—¿En cuanto tiempo?—preguntó Silvia.
—Es hora de ir a investigarlo—dijo Erick.
El grupo se dirigió directo al parque, era una sensación extraña, ellos no habían tenido el tiempo de asimilarlos. Ichcanzihó los estaba esperando solo, los veía con calma y una leve sonrisa se reflejaba en su rostro.
—In lak´ech—dijeron al unísono al estar cerca.
—ha lank en—respondio Ichcanzihó—, les invito a sentarse a mi lado. Encontramos la forma de irnos. Pero no podíamos irnos sin decir adiós.
Ichcanzihó observó los puños de silvia y reconoció inmediatamente las cicatrices.
—Creo que ya han experimentado el poder que tienen enfrente, no sabemos cómo llegamos hasta este lugar, ¿puedo ver tus manos?
Señaló a Silvia. Ella se retrajo ocultando sus manos con su playera, negó con la cabeza.
—Es una herida seria—dijo Ichcanzihó.
—Estoy bien—dijo Silvia.
—Tal vez tengan miedo, pero no pueden dejar que los consuma—respondió Ichcanzihó. Se hizo una marca en la mano igual a la de Silvia, la luz comenzó a emanar de su alma—. Un pequeño rayo de luz en el momento correcto puede significar la más grande de las esperanzas en la oscuridad profunda—. Su mano comenzó a tener cicatrices de quemadura y su rostro mostró dolor. —Pero si no se le respetan pueden crear un profundo daño en la persona que lo ejerce.
Ichcanzihó cerró su mano y la luz desapareció, sacó un frasco, colocó un poco de su contenido en su mano quemada. Las cicatrices comenzaron a desaparecer. Silvia observó con cuidado y acercó su mano dejando que la curara. En cuanto sano le entregó el frasco con cuidado en la palma de la mano.