Varios minutos pasaron, los chicos de repente entraron sonriendo y se dieron cuenta del mal ambiente en cuanto observaron los rostros de Silvia y Neo.
—¿Dónde estaba Silvia?—preguntó Erick.
—No lo sabemos—respondió Neo—, solo me dijo que me pudriera y salió corriendo. No quise perseguirla. ¿ustedes saben por qué está así?
—No—dijo Norma—, de hecho no ha ido a los entrenamientos, ni siquiera les ha dicho algo al equipo. He tratado de convencer a la profesora que no la corra, pero no se que mas hacer, le envió varios mensajes al día y creo que ya la fastidie.
—Voy a tratar de hablar con ella—dijo Erick.
—Bueno, no creo poder con dos cosas a la vez—dijo Neo.
—¿Cúal es la primera?—respondió Erick.
—El cómic me dijo algo muy malo—dijo Neo—, creo que me estoy debatiendo entre saltar o no saltar.
Erick observó el cómic, notó la oscuridad del abismo y como esta lo consumía todo a su alrededor. Noto algunos paneles anteriores y no se percató de algo. Mi mucho menor algo importante en los dibujos. Su mente estaba desviada en una plática con Norma hace algunos minutos. Siguieron hablando de los posibles escenarios, Neo siempre que podía trataba de evitar el tema enfrente de Abigail. terminaron su tarea entre todas las posibles conclusiones. Varios minutos después de terminada la conversación se escuchó la puerta.
—Hola—susurró Erick.
—Hola—respondió Silvia sorprendida—,¿qué haces aquí?
—No llegaste a la reunión del día de hoy—dijo Erick.
—Si llegaste, tú eres el que llegaste tarde el día de hoy—dijo Silvia.
—¿Por qué no me esperaste?
—Siempre te espero—dijo Silvia molesta.
—No recuerdo que te espere muy seguido, al contrario siempre llegas tarde—dijo Erick.
—No siempre llego tarde—dijo Silvia.
—Bueno, ¿me podrías dejar pasar?
—¿Para qué?—preguntó Silvia.
—Para hablar, necesitamos hablar.
Silvia abrió completamente la puerta, la dejó entrar y después cerró la puerta, todo estaba siendo observado por una mirada curiosa a la distancia. Moviéndose lentamente para que nadie pueda reconocerla.
—¿De qué querías hablar?—preguntó Silvia.
—Hoy me enteré que Neo estaba en riesgo—dijo Erick—tal vez necesitamos hacer un plan para lograr que todo esté bien.
—¿Una planta?, yo necesitaba un plan y nadie me ayudó.
—Estuvimos siempre cerca Silvia—dijo Erick—, ¿por qué no nos pediste ayuda?
—Porque era obvio que la necesitaba.
—Tal vez tengas razón—dijo Erick—, no hablaste con nadie, no nos buscabas e incluso me ignoraste. Tal vez esa era la señal, pero si tan solo hubieras dicho un par de palabras, hubiera sido suficiente para que nunca me separe de ti, pero no dijiste nada.
—Tenía miedo.
—Yo también tenía miedo—dijo Erick—, cuando colocaron mi cabeza en esa oscuridad, pensé en todo momento que tú nos salvarás y lo hiciste.
—Yo no lo hice sola—respondió Silvia—, tu super amiga Norma llegó y salvó el día.
—Ella nunca nos hubiera encontrado si no fuera por ti, ella salió de la escuela persiguiéndote porque vio algo en ti. No entiendo porque te sientes así, pero ayúdame a entender. Dime que te tiene a tí.
—No lo sé—dijo Silvia mirando hacia los lados.
—Entonces no te vayas.