Los misterios del Tzolkin

VI

—¿Alguna vez se los has contado? —dijo Abi. 

—No, nunca. Siempre me peleé con el polvo, antes tenía que lidiar con eso todo el tiempo. Luego comencé a colocarlos en bolsitas ya sea individuales o todo el conjunto. 

—¿Qué cómics querías que viera? 

—No eran cómics, son unos mangas que mi hermana compró, ya están completamente descontinuados y es difícil encontrar nuevos números, pero puedes divertirte con estas historias. 

Neo le entregó cuatro tomos de mangas a Abi. Ella los observó muy interesada al ver las portadas «que bonitas» pensó Abi, tratando de no gritarlos.

—Ya no te he visto últimamente en la tienda, ¿ya no te gustan los cómics? 

—No es por eso, resulta que estoy trabajando en los apuntes de Erick, los dibujos son buenos así que los escaneo para agregarlos a un archivo Word, voy a imprimir cinco ejemplares y pues, es pesado. 

—Si, ni me lo digas. No entendía ni una sola letra. 

—Si, pero aun así los textos tienen mucho contenido. Creo que lo más fácil de usar serían los cinco símbolos.

—¿Qué símbolos? 

—Le dijeron a Erick que le recomendaba usar los cinco símbolos para ayudarnos a saber quién creó el cómic—. Neo le mostró una libreta donde tenía dibujados los símbolos.

—¿que simbolizan?—preguntó Abigail.

—Bueno, no está claro, este por ejemplo tu lo utilizaste en el parque para crear luz y su significado es el sol, los otros no los he probado. Tenía la esperanza de que los probaremos los cinco, pero será mejor esperar a que se le pase el enojo a Silvia. 

—Ustedes han sido muy buenos amigos con Silvia—dijo Abigail—, creó que ella no podría tener mejores amigos que ustedes.

—¿Eso crees?
—SI.

—Bueno, creó que es suficiente pensar en ello para el día de hoy. ¿Qué te parece si probamos uno que otro símbolo en el parque?

—Claro que sí—dijo Abigail. 

Abigail pasó por la repisa de las fotografías tratando de memorizar un rostro o encontrar algún rostro similar en el futuro. Tardaron un par de minutos hasta llegar a la reja perimetral del parque donde Neo se dirigió alrededor del perímetro para evitar conglomeraciones, en cuanto estuvieron lo suficientemente lejos se sentaron en una roca. Neo había traído una tiza con él, espero no usarla.

—¿Qué pintamos primero? —dijo Abigail.

—El símbolo de la tierra, ¿qué te parece?

Abigail asintió con la cabeza, observó cómo tranquilamente dibuja el símbolo en una piedra, mientras tanto esperaba alejada por un breve temor. En cuanto Neo tocó el símbolo una pequeña área de la tierra se levantó, como si alguien hubiera empujado la tierra desde abajo y creado una mini montaña. 

—¿Qué sucede aquí? —preguntó Abigail. 

—Creó que la tierra se movió, no lo sé —dijo Neo. 

—¿Qué pasaría si lo escribieras en un papel? —dijo Abi.

Neo tomó un pedazo de papel para escribir el símbolo, mientras veía como Abi se alejaba lo tocó en el centro y varias rocas fueron arrojadas al papel, se hizo una esfera de rocas que cayó rápidamente al suelo. Observaron sorprendidos lo sucedido, revisaron con cautela el centro de la roca formada por pequeñas rocas, la hoja de papel estaba completamente destrozada.

—Muy bien—dijo Neo,—creó que es todo por el día de hoy. 

Abiga afirmó con la mirada al ver los pequeños fragmentos de la hoja. Salieron de la zona oculta, para dirigirse al parque, se acercaron a algunos juegos infantiles y Neo observó a la distancia el área de las barras. 

Los grandes árboles que rodeaba el parque ocultaban el cerro a sus espaldas, mientras los chicos reían, jugaban y se divertían algunos padres observaban celosos de que nadie pudiera cruzar la reja perimetral, la que no debía ser cruzada en ningún caso, entre las juntas más frecuentes de todos los vecinos el alcalde siempre tenía en prioridad arreglar la reja de algun desperfecto, en hacerla aún más grande e incluso en colocar algún tipo de guardia en el bosque para cuando los balones salgan volando hacia el bosque. Para ese problema se le ocurrió la brillante idea de colocar rejas de seis metros de alto con un techo para los deportes que lo necesitaran, así terminaron las canchas de fútbol rápido, la de basquetbol y las de voleibol. Pero aún con todos los intentos lograban de vez en cuando tirar una pequeña parte de las rejas por donde se escapaban los niños y disfrutaban los hermosos árboles plantados décadas atrás. 

 



#15721 en Novela romántica
#3527 en Thriller
#1811 en Misterio

En el texto hay: mayas, mayas y aztecas, criaturasmagicas

Editado: 29.09.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.