Los Montruos

Capítulo 1

Estaba cansado, mi respiración se entrecortaba, y el frío me provocaba un ligero temblor en el cuerpo. Estaba sobre una colina, mi familiares estaban detrás mío, haciendo guardia. Mi hermano mayor, serio, fijándose en la oscuridad del bosque que estaba a mis espaldas, también estaba alterado, y yo estaba peor.

No quería demostrarlo, él sabía que no quería hacerlo; no quería disparar una flecha a un ¿Indefenso? Bueno, tampoco era eso. Es un príncipe, uno de nuestros enemigos, uno de mis enemigos, enemigo de mi familia, de mis ancestros, de mi especie. Volví a soltar el aire retenido en mis pulmones, queriendo ignorar a todos a mi alrededor, me prepare cuando llegó ese carruaje y paró frente a la entrada.

«Hay muchos guardias» pensé, mientras veía la interminable fila de cabezas cubierta por un casco puntiagudo, todos guardias reales. La verdad no me repuse en contarlo, no tenía ganas de hacer matemática, y posiblemente me regañarían en casa, pero me daba igual. Todos mis pensamientos se disiparon cuando escuche un:

—Ahí viene —por parte de mi primo.

Volví a contener mi respiración, mis manos temblaban ligeramente, y la ballesta me pesaba por la posición en la que estaba, pero no quería soltarla, tenía que acertar al blanco. Me fijé en el lente, diseñado específicamente para ver desde lejos, y entonces nos encontramos.

Primero fue su cabello muy largo, tan blanco que parecía brillar en todo el ambiente lúgubre, su mano pálida salió del carruaje, y cuando sacó su cabeza, sus ojos se fijaron en los míos. Me había visto, desde más de cien metros de lejos, nuestros ojos se encontraron.

Y entonces, un fuerte pesar me golpeó el pecho. Sus ojos, su mirada estaba opacada, parecía neutral, pero había una niebla de muchos sentimientos que la hacían opaca, sus ojos grises casi blanco, estaban llenos de tristeza. Pero había algo más ahí, un abismo oscuro, y por un momento pude ver un destello de esperanza en ellos.

Él quería morir, no, lo deseaba. Me miraba con anhelo para que lo matara, pero no podía, y no quería matarlo. Ya había matado antes, pero todo en un campo de batalla, y aunque el remordimiento no me dejaba dormir por las noches, en ese punto, era matar o morir.

Pero esto no era bueno, mi corazón latía rápido, como si me faltara el aire, y por la forma tan extraña en que me miró, supe que él también lo había sentido.

Pero esos escasos minutos, en que nuestras miradas se conectaron, en que ambos sentimos algo similar, se cortó, debido a que lo llevaron. El príncipe se había ido de mi punto de mira, pero aquel guardia que lo tomó tan bruscamente, no estaba lejos, y cuando lo vi empujarlo, dispare.

La flecha atravesó su cabeza, y no solo murió al instante, sino que la magia también hizo efecto. Mi hermano se dio cuenta, y me tomó del hombro para salir de ahí, había delatado nuestra ubicación. Si no nos íbamos, terminaríamos sacrificados.

El bosque era difícil de noche, pero mis primos y hermanos, podían atravesarlo fácilmente, yo por otro lado, tenía cierta dificultades. Lo peor, es que el encuentro que tuve con el príncipe del medio, dejó estragos en mi cuerpo, me sentía débil y ligeramente sensible, tanto así que hasta el mínimo rasguño, se volvió un dolor inmenso, casi rayando lo insoportable.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, «No voy a lograrlo» ese pensamiento atravesó mi mente, cuando caí de rodillas totalmente rendido. Mi hermano se dio cuenta, y con su magia, las ramas de los árboles empezaron a enredarse a mis espaldas, y luego sentí a alguien tomarme la muñeca, era mi hermano mayor, Elián, con su mirada fría y calculando si debía estirar mi brazo o debía alzarme. Al final, ambos corríamos, con él sujetando mi brazo, con cierta fuerza, que me dejó varias marcas. Cuando llegamos al límite, y lo pasamos, ambos caímos rendidos, detrás de unas rocas talladas.

Yo estaba todavía nervioso, con la respiración agitada, y mi cuerpo temblando por las constantes ráfagas de viento fresco que pasaban. Cuando abrí mis ojos, mi primo Dorian y mi hermano, estaban juntos hablando entre ellos. Y luego, mi hermano se acercó a mí, mientras yo tomaba asiento en el piso.

—¿Qué pasó? —me preguntó, serio mientras se arrodillaba frente a mi, para quedar a mi altura.

—Falle —murmuré mirando hacia abajo, no queriendo enfrentarme a su mirada azulada.

—No es solo eso, estabas preparado, lo tenías en la mirada, ¿Qué te pasó? —preguntó Dorian, mientras su cabello negro se movía por el viento.

Yo me quedé callado, no quería contestar, porque no sabía qué contestar. No tenía idea de lo que había pasado, pero no dudaba que si yo mismo lo consideraba irreal, mi familia creería en una maldición. Escuché un suspiro, uno cansado, que me decía "estoy decepcionado".

—Vamos a casa, hablaremos después de esto —comentó. Y el miedo invadió mi ser, de forma repentina la imagen de mi familia me daba escalofríos.



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En el texto hay: reyes, magia, boylove

Editado: 29.06.2024

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