Los Montruos

Capítulo 7

Mis ojos no creían lo que veían. Todo lo que estaba frente a mí, podía considerarse feo en los altos estatus de los seres mágicos, los hermosos colores oscuros y extraños, solo se iluminaban por la luz de la luna plateada, que daba a todo, un toque místico, misterioso y relajante.

Esos árboles eran extraños, y cuando toque una de las hojas, que había caído en mi hombro, entendí que era del mundo humano. Era fácil darse cuenta por la rigidez de los troncos y las hojas sin la suavidad característica que nada más el contacto de la magia puede crear.

Había una hermosa roca enorme, justo detrás de mí, y la textura me encantaba, era algo extraño, pues no podía sentir más que la misma existencia de la roca en el espacio-tiempo, pero no sentía la energía mágica que tiene todo en el reino. Sentía algo vacío, pero lleno al mismo tiempo, algo tan simple que me causaba envidia, puesto que yo jamás podría ser así de simple.

Todo lo que sentía era maravilloso, la tierra en mis pies descalzos, y el inconfundible olor a tierra mojada, la penetrante luz de la luna en mi piel, y el viento que susurra el silencio, lograba que me sintiera en casa. En un hogar que no sabía que tenía.

El frío pasó por piel y llegó a mis huesos, pero no me importaba mucho, puesto que la sangre del elfo era caliente y picaba en mi piel, a pesar de la venda.

Sentí como mi cabeza se enfriaba, mi cuerpo temblaba, pero todos esos ecos en mi mente que golpeaban constantemente como punzadas en lo profundo de mi consciencia, se iban encerrando en un lugar dentro de mi mente, y una extraña paz recorrió por mi piel erizándola, en mi cabeza todo se estaba apagando, mis sentimientos, las sensaciones, incluso mis propios recuerdo y la pesadez de la consciencia; tantas cosas que se iban, empezaron a causarme un sentimiento de calma, hasta el punto en que mis ojos se estaban cerrando.

Y luego, escuché el sonido de ramas rotas, y quise ignorarlo, para mí sonaba un animalito y como no sentía ninguna energía mágica, pensé que sería algún animalito del mundo humano, un de esas criaturas suaves y peludas que tienen varios colores. Cuando me giré, me quedé estático al verlo, frente a mis ojos estaba ese chico. Ese guerrero que había matado a un guardia; estaba con una espada extraña hecha de un material que no logro reconocer, pero que tenía una suave aura a su alrededor.

Sus ojos eran llamativos para mí, ese color tierra que brillaba por la duda, seguramente no quería matarme, o estaba en duda de cómo matarme, pero en lo profundo de su intensa seriedad, se podía ver que ocultaba algo.

Le dije que lo hiciera, si se atrevía; pero, él solo se sentó en el piso, y se quedó ahí, hice lo mismo porque creía que me vería ridículo estando parado. Y después de amenazarlo, él simplemente sonrió y me insistió en hacerlo. No lo entendía, él estaba lleno de dudas, dudas existenciales que no lograba comprender, entonces me percate que era humano; caí en cuenta que era un ser humano, una criatura naturalmente débil. Aunque me parecía algo extraño, puesto que su energía se veía reprimida, como si inconscientemente ocultara algo incluso a él mismo. Y aun así, únicamente miraba el lugar como si estuviera buscando algo, anhelando algo con mucha desesperación.



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En el texto hay: reyes, magia, boylove

Editado: 29.06.2024

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