Los Niños de la Abuela

Los Niños de la Abuela

Diego forcejeaba con su madre, mientras ella lo subía a rastras al auto para ir a casa de su abuela, odiaba ir a esa casa no por qué no quisiera a su abuela, si no que odiaba pasar la noche en su casa y sobre todo en esa habitación. A pesar de su inútil esfuerzo por librarse de aquello ya estaba en el auto camino a casa de su abuela.

- ¿Por qué tenemos que quedarnos? - dijo el con molestia - odio quedarme en esa casa.

- no quedaremos por qué no hemos visitado a tu abuela en meses y por qué tu padre tiene turno de noche esta semana - sentenció ella sin perder de vista el camino - además tú no te mandas solo y si yo digo que vamos con mi mamá vamos - dijo terminando discusión.

 

Ante esa palabra no había nada que hacer, el solo tenía 13 años y no lo dejarían solo en casa, aun así, puso cara de molestia todo el camino hasta llegar a casa de su abuela.

 

Cuando llegaron a la entrada que daba a casa de su abuela Diego se puso a mirar los arboles de la entrada mientras pasaban por el camino de tierra, su abuela vivía en una gran casa de madera de estilo alemán muy comunes en el sur, su abuelo que ya había muerto heredó esa casa según su madre de unos alemanes que habían llegado a vivir al país, ellos habían perdido a sus hijos en Alemania y cuando los padres de su abuelo comenzaron a trabajar para ellos se encariñaron con él. Cuando la madre del su abuelo murió, su padre se dedicó más a beber que a trabajar, así que su abuelo comenzó a hacer los deberes por él, cuando los alemanes se dieron cuenta de esto ofrecieron adoptar al niño y compensarlo por eso, su padre que ya no pensaba en nada más que la bebida accedió de inmediato, dos años después su padre murió de una cirrosis causada por toda la bebida que había tomado.

Su madre le había contado un par de veces la historia y la razón de la cual provenía la casa y el dinero que tenían, le dijo que cuando su padre ya era mayor se casó con una alemana como era la costumbre de ellos, estés donde estés te casas con los tuyos, eso decía su madre que también se había casa con un joven de ascendencia alemana.

- abre el portón - dijo su madre sacándolo de sus pensamientos – mira, Roberto también está de visita - dijo su madre apuntando en dirección al auto que había en la casa.

 

Diego bajo del auto y abrió el portón mirando el vehículo estacionado, se sintió mejor al ver que el auto estaba allí, ya que si su tío estaba de visita entonces vendría con su prima Ani, mejor aún significaba que compartiría habitación con ella y no pasaría la noche solo en esa habitación, eso era bueno y se relajó al pensar que no sería un fin de semana tan aburrido.

- ya estoy en casa - dijo Daniela cuando entro a casa de su madre.

- vaya, vaya la chica de ciudad nos visita - dijo su hermano tomando su bolso y dándole un beso en la mejilla - ¿Qué tal el viaje?

- ha estado muy bien, aunque tuve que meter a este desordenado a la fuerza - dijo tomándole la cabeza a su hijo - pero al final soy yo la que manda - dijo aún con sus manos en su cabeza.

- vaya parece que estás empezando su etapa rebelde - dijo sonriéndole - ¿tendré que darte unas lecciones mocoso? - se acercó a su sobrino y le dio un fuerte abrazo, de esos que te dejan sin aire.

- claro que no tío, solo jugaba con mamá - dijo el luchando por salir de los brazos de su tío mientras reía - qué bueno verte, espero que hayas venido con Ani o si no me moriré del aburrimiento estos días.

- claro que vino conmigo, está arriba con tu abuela, sube a saludarla.

- voy ahora mismo - dijo sonriéndole u dejándole en la entrada con su madre, cuándo llegó a la escalera su sonrisa se volvió una mueca de disgusto y miedo, no por la vieja y oscura escalera, no por su abuela, por lo que había en la habitación contigua, la que tendría que usar esa noche.

 

Daniela aún estaba en la entrada, cuando Diego fue a saludar a su abuela su hermano la miro más serio, mientras con un gesto le indico que pasará a la cocina donde había un par de cervezas recién abiertas pues el vaho de hielo salía aún por las boquillas de estas.

- ¿Qué tienes, por qué esa cara? - pregunto ella al ver a su hermano.

- es definitivo, se van a separar - dijo el serio.

- creí que las cosas estaban mejor entre ellos, ¿qué ha pasado? - dijo ella sin esconder su sorpresa.

- fue Tom, volvió a hacer lo mismo, pobre Clara.

- pero que idiota - dijo ella conteniendo sus ganas de arrojar algo, si hubiera tenido a su hermano Tom en frente lo habría golpeado en la entrepierna sin piedad.

- lo sé, no entiendo cómo le puede hacer eso, ella es lo mejor que le ha pasado. Pero el tema no es ese, el caso es que Tomás se quedará aquí un tiempo, no quiere estar con ninguno de los dos - dijo el en tono triste - en lo personal me agrada la idea de que se quede aquí sería una buena compañía para mamá.

- tienes razón, le haría bien a mamá tener compañía aparte de la enfermera y ese par de muñecos.

 

Diego subió por la escalera hasta llegar a la habitación de su abuela, no sin antes mirar la puerta de la habitación del lado, apartó la vista y abrió suavemente la puerta. Cuando entro vio a su abuela sentada en su cama con María, la enfermera a su lado, saludo a María con una gran sonrisa la conocía de antes, era amiga de su madre, después se acercó a su abuela que lo esperaba con una gran sonrisa.

- hola abuela, qué tal estás - dijo el acercándose y dándole un abrazo.

- estoy bien mi niño, mejor ahora que vienes a visitarme - dijo la anciana con un cariño que solo una abuela puede dar - estoy muy feliz porque que mis nietos vienen a verme.

- el tío me dijo que Ani estaba contigo ¿dónde está?

- Ani está en la otra habitación con los niños - dijo ella jovialmente.

- ah... Ya veo - dijo el tratando de no verse nervioso frente a su abuela, cuando su abuela hablaba de los niños sentía un frío que le recorría la espalda, entonces esas cosas estaban en su habitación y tendrían que quedarse allí o su abuela se molestaría. Nunca olvidaría cuando dos años atrás había tomado esas cosas y las había movido al armario y los encerró ahí, al día siguiente su abuela monto un escándalo y le regaño por haberlos encerrado, su madre le dijo que ella los había metido para que su abuela no lo siguiera regañando ella respondió que los niños le habían dicho que había sido él.



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En el texto hay: fantasmas y presencias

Editado: 20.09.2019

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