Los Ojos De Mi Otra Mitad | Asura #1

Capítulo 33: Un Invitado Inesperado

ALEXANDRA

Bill y yo nos separamos. Parecía que el mundo se había detenido a nuestro alrededor, solo existíamos él y yo… Hasta que Emma decidió incorporarse con un chillido lanzando sus brazos alrededor de mi cuello, parecía que empezaba a aceptar muy bien mi relación con el sueco. No podía decir lo mismo de mis padres que, aunque no habían hecho comentario al respecto, no me pasaban desapercibidas sus miradas.

–Eso fue hermoso. –sonrió Emma dando brinquitos, cuan niña en su vestido rosa.

–Sí, –sonreí devolviéndole el abrazo. –mi mamá se esforzó en que fuera una hermosa ceremonia.

–Sí bueno, Maya y Brian hacen una pareja bellísima, pero no me refería a eso tonta. –dijo, me vio con un brillo travieso en los ojos, Bill levantó las cejas de forma interrogante.

–¿De qué hablas, entonces? –le preguntó confundido.

–De ustedes dos bailando como si nada más existiera a su alrededor. –soltó dando un suspiro dramático y una mirada soñadora, se llevó las manos a sus mejillas y yo sentí como me ruborizaba. –Supongo que eso me confirma que ustedes dos van muy en serio. –murmuró con voz pequeña.

– ¡Oye! –exclamé indignada.

–Como tu mejor amiga tengo derecho a vigilarte para que no cometas locuras, –soltó con aire de suficiencia. –además de que Bill estaba en periodo de prueba. –levantó sus palmas hacia nosotros y su expresión no daba paso a reproches.

–Vaya, me siento extraño ahora. –dijo Bill haciendo una mueca y acomodándose el nudo de la corbata. –Hieres mis delicados sentimientos.

Emma y yo soltamos una carcajada. Guié a ambos hacia una mesa, los tuve que dejar allí y me dirigí al lado de mi madre para hacer el brindis. Compartíamos una mesa larga los novios, mis padres, mi hermana, el padrino, Michael y yo. Mientras que esperábamos a que todos tomaran asiento, mi madre se giró hacia mí con expresión de recelo.

–Hija, –su voz era suave, tomé su mano por debajo de la mesa y mi papá nos veía desde su asiento a su lado. –tengo que admitir que verte bailar de esa forma con ese muchacho fue algo emotivo y muy lindo, pero… –se detuvo, parecía medir sus palabras y yo la miraba con atención. –Solo espero que sepas lo que haces y que esto no sea una vía de escape a tu ruptura con Dylan.

–Yo… –murmuré, me dolía que pensara eso, pero entendía que sacara conclusiones con lo rápido que pasó todo. –No puedo culparte por pensar así, ambos saben cómo terminaron las cosas con Dylan y no voy a negar que me duele que haya sido de esa manera, pero… –apreté los labios un segundo, tomé una respiración profunda y ellos me miraban con compresión y cariño. –Bill no es un escape o algo parecido. No puedo explicarlo con palabras, pero el tiempo les hará ver que vamos muy en serio, solo les pido que le den una oportunidad.

–Bueno, pulguita. –dijo papá. –Tu mamá tiene razón, aunque parece un buen muchacho, no queremos que salgas lastimada. –me dio una sonrisa ladeada que no pude evitar devolver.

–Lo sé. –murmuré.

–Igualmente, le tendremos un ojo encima. –soltó rompiendo el momento, mi mamá y yo reímos. –No podemos dejar que se confíe, tiene que saber que lo vigilamos. –hizo un gesto dramático llevando sus dedos índice y medio a los ojos y luego a dónde estaba sentado Bill para reflejar sus palabras, la bajé riendo antes de que Bill pudiera notarlo.

–Oh, vamos a empezar. –mi madre se reacomodó en su asiento y dirigió la mirada hacia donde estaban sentados los novios, Michael se había puesto en pie.

Este tomó su copa y le dio con el tenedor, todos hicieron silencio. Siempre me pareció un truco interesante, yo de seguro rompería la copa como una tonta. Poco a poco, todos fueron volteando hacia donde estaba Michael de pie, se veía serio y regio. Las únicas veces que lo he visto sonreír ha sido cuando se ha dirigido a Maya, por lo demás permanece sobrio.

–Buenas noches, –su voz tenía un acento marcado. Era suave, como la seda, pero varonil y firme. –primero que nada, me gustaría agradecer a la familia Alamilla por la cálida bienvenida que me dieron hoy, –le dio una pequeña sonrisa a mis padres y a mí me vio de forma seria. –pero, creo que la mayor gratitud que les tengo, es la bienvenida que le han dado a mi hermana mayor dentro de su familia. –dirigió la mirada a Maya y el amor que se veía en los ojos de ambos era palpable. –La familia es algo complicado, pero especial e importante. Hoy noté que no estás con personas cualesquiera, –miró de reojo a donde yo estaba y me tensé. –estas con personas unidas y llenas de amor entre sí, la energía que se puede palpar en el ambiente es hogareña. Así que, Brian, –subió su copa de champaña y le dio una sonrisa abierta a mi hermano, me tomó por sorpresa ver que se veía apuesto con el cambio de expresión. –sé que mi hermana está con alguien que la ama de corazón y que contigo tendrá la felicidad que merece. Tal vez soy solo su hermano mayor, pero tengan ambos mi bendición y les deseo largos días juntos que estén llenos de felicidad.

Levantó su copa y todos pronunciaron “salud” para luego beber de sus copas, tomé un sorbo del champán y por encima de esta vi como Michael volvía la vista hacia mí nuevamente. Me ponía nerviosa, sé que ser asura como Bill es algo que le desagrada, pero no entendía por qué sus ojos me perseguían tan a menudo.

Vacié la copa con una mueca y empezó a sonar la música, tal vez no debí beberme eso. Todo el mundo empezó a dirigirse poco a poco a felicitar a los novios, a charlar alegremente en sus mesas o a dirigirse a la pista de baile. Mis padres y los novios se pusieron de pie para bailar, en la mesa quedamos Michael, el padrino, mi hermana y yo. Iba a ponerme en pie para dirigirme nuevamente hacia Bill y Emma, pero Michael se puso en pie y se dirigió a mí.




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