Cuando Edward Hills, su hermana adoptada de 15, Emily Carrison y su familia se mudo a Natura&Forest, un pueblo en el norte de Brasil. La casa, despojada de un buen aire, el pueblo sombrío y un frezno inclinado eran lo que dejaba ver que esa casa, no tenia nada bueno que dar.
-Ni pienses que voy a dejar que no salgas a conocer gente.-Rugió el padre de Edward y en ese momento su hermana lo agarro del brazo para llevarlo afuera. *En el patio -Edward, no hagas enojar a nuestro padre, esta muy estresado con esto de la mudanza.-Regañaba Emily a su hermano mayor. -Ya lo se Em, pero algo me da mala espina de este lugar, algo... No se, simplemente no me gusta. -Bueno Ed, te vas a tener que acostumbrar. Vamos a hacer las compras mientras mama va a la escuela 'Green Forest' a inscribirnos.-Decía Emily para tratar de calmar a su hermano. -¿Te llevo a cocoyito como cuando eramos chiquitos?-Preguntaba riéndose. -Vamos Ed, ya estamos grandes para eso.-Decia con un gesto facial que expresaba su gracia. *En la tienda -Che, ¿Crees que este pueblo es normal?-Pregunto el hermanito mayor. -Jovencito, este pueblo es tan normal como tu y como yo.-Decia una monja que parecia muy anciana. -Ehhh... Perdone a mi hermano, tiene un año mas que yo pero parece que tuviese menos por su estupidez. -¿Son hermanos? Parecian novios, no tienen similitudes. -Es todo superficial anciana.-Respondio Edward levantando la voz. -No hace falta decir eso Ed. Vamos dejala y volvamos a casa. -Ok, vamos. *En el camino. -Em, no crees que era un tanto extraña esa monja, como si quisiese ocultar algo. Parece un cliche de pelicula de terror...-Aclaro Edward. -Si, supongo que si.-Dice Emily tomando conciencia. -Algo me huele mal.-Dijo Ed mirando a los lados. Despues de esa charla solamente quedo un día normal. Pero a la noche, algo toca la puerta de Edward. Se levanta para abrir, los golpes siguen y un pensamiento terrorifico diambula por su mente. Abre, y simplemente es Emily que se acerca a el lo empuja y se acuesta de un lado de la cama. -E..Em, ¡Que mierda haces!-Dice cerrando la puerta y de no gritar tan fuerte. -En mi pieza hay muchos ruidos, aca casi ni hay. Y además, ¿Siendo mi hermano mayor, no deberias cuidarme? -Em! Esto es un poco extraño... -No soy tu hermana...-Dice con un tono tierno y bajo- Es broma, pero encerio, en mi pieza hay muchos ruidos. ¿Puedo quedarme? -Okeyy... Pesada. *Al otro día. -Em?Em donde estas?-Al ver que su hermana no estaba, fue al piso de abajo para ver si sus padres estaban-Que raro, se debieron de ir a comprar o pagar impuestos.-Siguio su busqueda. Creo que Emily esta en el patio.-Deducio y se dirigio hacia su patio trasero. *En el patio. -Em?! Me tenias preocupado!-Grito. Em?Em que te pasa? -Eh?...Ah losiento, estaba viendo ese columpio y el niño que esta ahí.-Apuntando la amaca. -Em, ahí no hay nadie. -¿Que? -Vamos adentro, creo que tenes fiebre.-Dijo el mayor preocupado. -Ed...-El hermano se dio la vuelta y su hermanita, lo beso. -¡¿Que mierda haces Emily?! -El chico me dijo que haga lo que me parezca mejor... -Em, vamos adentro YA!-Rugio con temor el hijo de la familia Hills. Paso el día y Emily estaba encerrada en su habitacion, los padres no volvian ni contestaban las llamadas, algo estaba mal fue el pensamiento del chico que estaba cuidando a su hermana que parecia tener algo raro. Se hizo de noche y nuevamente sono la puerta con unos golpes debiles, diferentes a los de la noche anterior. -¡EMILY VOLVE A TU PIEZA!-Grito Ed pero aún asi los golpes siguieron azotando la puerta como si fuese un martillo.-¡Emily basta!-Dijo mientras se levantaba listo para abrir y mandar a su hermana a su habitacion. De pronto, una sencacion completamente nueva explora su cuerpo y los ojos, ya caidos, pronuncian su derrota. Antes de caer rendido lo que Edward pudo ver fue una silueta de baja estatura y cuadrupeda la cual por alguna razon que el desconocia, lo hizo sentir un temor increible, un temor inigualabre, tan grande que hacia que otras emociones que sintio sean inexplicables... Ese animal definitivamente habia dejado dormido a Ed. El sol pronunciaba con sus debiles rayos, una mañana nueva, una mañana sombria. El hijo mayor de los Hills se levanta y no recuerda lo que paso, baja y nadie esta, se dirije al patio y encuentra a su hermana clavando algo a una madera. -¿Emily?-Dice Edward. ... ... Emily se levanta y deja ver su obra, asi luego dirijiendose hacia dentro de la casa empujando a su hermano. Ed alcanza a ver lo que estaba martillando y ve dos dedos amputados, desangrandose y con anillos, siente como si esos anillos ya los habia visto antes, pero... ¿Donde? Un rato despues de pensar, le llega un vago recuerdo de sus padres, analiza el recuerdo con su mente y recuerda: ¡ESOS ANILLOS SON DE MIS PADRES!, grita y automaticamente vuelve a su casa, abriendo la puerta la habitacion de Emily y así dejando pasar un viento fuerte desde dentro. Emily extrañamente esta colgada, colgada a una extraña cuerda negra que parece goma, Ed la intenta sacar de ahí pero sus intentos fallan y los gritos de su hermanita dejan la pieza y llena los ojos de Edward Hills con lagrimas. Edward al no creer esto, escapa y se va a la tienda, la tienda a la que habia ido con su hermana, de seguro ahí estaban sus padres y ella comprando, de seguro Em habia dejado un muñero con un Woky Toky; Eso pensaba el chico mientras se dirigia hacia su destino. En la ida, se encontro con un gato, o eso parecia. Edward como si fuese un dia normal, acaricia al gato, pero su pelaje era duro y grueso. Ed se aparta de esa criatura y vuelve a sentir la sensacion que dias antes habia sentido, cuando llego y aquella noche que, por fin, habia recordado. Los ojos, con poca fuerza se vuelven a alzar y logra verse en la tienda, la señora del primer dia, sus padres y el cuerpo de Emily se encuentran allí. Todos colgados y rasguñados, el gato no era un gato, sino un demonio. La abominacion se acerca a Ed y el deja de sentir su cuerpo, se ve arriba, como si estuviese colgado. La noche se apodera del poblado y entre una niebla, se notan sus glaucos ojos. Entre las tienieblas desaparecen y solamente unas voces angustiadas murmuran: ''La propiedad North Hills''.