Los pecados de nuestra sangre

Capítulo 2 Ep. 1

⸺Nunca cambias, ¿verdad? ⸺sonrió Sebastián con un leve deje de amargura en su expresión.

Aion no respondió inmediatamente. Aún estaba agotado, aún se sentía culpable y el dolor de cabeza comenzaba a fastidiarle desde muy temprano. Miró la botella de licor en su mano. Le parecía un refugio cada vez que necesitaba huir de sus problemas. Tenía los ojos inyectados en sangre y le costaba mantenerlos abiertos, quería seguir durmiendo, pero se rehusó a verse más patético frente a Seb.

Levantó la cabeza lentamente y lo miró a los ojos.

⸺Cállate ⸺profirió, casi con rencor⸺. No necesito tu lástima o tu compasión.

⸺Te diría que siento lástima por ti, pero no me das lástima, Aion. Me provocas todo excepto lástima.

Aion desvió la mirada de él y guardó silencio, se sentía atacado por las palabras de Seb, porque era verdad. Provocaba de todo menos pena en las personas que lo conocían, y él era el único responsable de eso, no tenía excusa razonable que pudiera justificar el haberse convertido en quién, era su propia elección.

Sebastián lo miró consternado al notar cómo Aion lo ignoraba solemnemente, y sus labios se curvaron en una sonrisa triste otra vez.

⸺¿Así es como vas a tratar a tu mejor amigo después de todo lo que pasó? ⸺continuó, y Aion volvió a sentirse atacado.

Apenas un par de palabras intercambiadas con Sebastián después de meses sin saber de él, y ya empezaba a fastidiarle de nuevo. ¿Por qué siempre era la misma historia con él? ¿Por qué siempre fueron las mismas acusaciones y el mismo juicio?

La vida lo había apuñalado por la espalda, estaba solo, y le dolía mucho, pero en todo caso, ¿qué le importaba a Sebastián?

Su voz era seria, su mirada dura, y el tono amargo cuando le contestó a Seb:

⸺Cállate, simplemente, cállate.

Sebastián jadeó cerrando los ojos un momento, como si no pudiera creer que Aion aún fuera tan terco.

⸺Vamos, amigo, ¿en serio quieres alejarme y que me vaya sin antes hablar?

Aion jadeó con sorna.

⸺Entonces aún somos amigos ⸺dijo, mientras fingía sorpresa⸺. No puedo creerlo.

Sebastián lo miró con una expresión indescifrable por largos segundos, apretó la mandíbula, ya empezando a molestarse por su actitud tan cínica.

⸺Yo tampoco, teniendo en cuenta que te estás comportando como un imbécil ahora mismo ⸺dijo molesto, y luego exhaló⸺. No vine para perdonarte, o darte las gracias por salvarme la vida, ya que básicamente me disparaste en el estómago y fue por tu culpa que corriera el riesgo de morir en primer lugar… ⸺espetó, sacudiendo la cabeza negativamente cuando miró a otro lado⸺. La verdad no sé por qué lo hago.

Aion le echó un vistazo y apretó los labios, antes de que su mirada culpable cayera al piso de nuevo. La amargura de su amigo sólo lo hizo sentir más culpable, era cierto, casi lo había matado disparándole en el estómago y luego lo salvó fingiendo que lo había matado frente a Gabriel, combinación confusa que le hirió.

Con fastidio, Sebastián sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta y se lo lanzó. Aion lo atrapó en el aire y luego notó que eran sus favoritos. El gesto significaba mucho para él. Por más que pelearan y discutieran, Aion todavía se preocupaba por Sebastián y viceversa.

Se llevó un cigarrillo a la boca y buscó un encendedor.

⸺Aquí, toma. ⸺Seb se puso de cuclillas frente a él y le ofreció fuego.

Aion dejó que lo encendiera por él, mientras inhalaba profundamente el sabor del tabaco. El aire era frío en ese lugar, y el humo entibiaba su cuerpo haciéndolo sentir más tranquilo.

Musitó un “gracias” y permanecieron en silencio por unos cuantos segundos hasta que habló de nuevo:

⸺¿Cómo me encontraste? ⸺preguntó con apatía, aunque no esperaba que fuera Sebastián el primero en dar con él cuando llegó a Wintercold

Sebastián ladeó la cabeza con una sonrisita.

⸺Hay algunas cosas de las que preferiría no hablar ahora mismo.

Aion miró a Sebastián fijamente, extrañado ante aquella respuesta evasiva. Dio una larga calada al cigarrillo y cerró los ojos, tenía una leve sonrisa irónica en su rostro mientras exhala el humo.

Abrió con calma los ojos y le respondió:

⸺No te preocupes, no te voy a preguntar nada ⸺suspiró con cansancio y añadió⸺: Pero no has venido a visitarme solo para decir «Hola» y saber cómo estoy.

Seb sonrió.

⸺¿Sabes que vales dos millones?

La sonrisa en su rostro desapareció tan pronto como escuchó aquello. La idea de valer tanto era increíble para él. Sabía que era peligroso y buscado por sus crímenes, pero nunca imaginó que valía tanto.

Se quedó mirando a su amigo por unos largos segundos.

⸺¿Dos millones?... ⸺preguntó en un tono bajo y muy serio⸺. ¿Una recompensa?

⸺Una recompensa ⸺confirmó Sebastián.

Aion mantuvo sus fríos ojos grises en él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.