⸺Nada de lo que yo haya hecho se parece a esto ⸺dijo Aion, luego de contarle lo que había pasado con Ego.
Iván Prado asintió mirándolo pensativamente con mentón afirmado en su puño mientras sopesaba cada cosa que Aion le decía.
⸺Había oído hablar de la serpiente serbia, pero no pensé que se atrevería a pisar Wintercold. El hecho de que te haya buscado a ti me sorprende, y a la vez no ⸺concluyó, encogiéndose de hombros⸺. No te puedo ayudar con esto, lo siento.
Aion abrió la boca intentando protestar, pero estaba perplejo ante la indiferencia del hombre.
⸺¿Vas a dejar que ella ande sembrando caos en las calles, así como si nada? ⸺finalmente protestó⸺. Porque casi mueres persiguiéndome a mí por mucho menos. No creo que esto te traiga sin cuidado. ¡No lo acepto, agente Prado!
⸺En primer lugar… ⸺Iván se enderezó⸺, no soy un simple agente, soy director. Y, en segundo lugar… Bueno, podría encerrarte de nuevo en prisión y volverían a darme una buena recompensa por eso ⸺comentó, alzando una ceja.
⸺¿Qué, atravesándome el hombro con otro maldito gancho como si fuese un animal? Porque no vas a vivir lo suficiente como para que eso vuelva a pasar, no lo permitiré, Iván ⸺contestó Aion profundamente ofendido. Su mano fue directo a la herida en su hombro de forma inconsciente.
Iván lo miró inexpresivo antes de inclinarse hacia atrás en su silla, y dijo:
⸺Salvé tu vida.
⸺¡Yo salvé la tuya en primer lugar! ⸺bramó Aion perdiendo la compostura⸺. ¿Piensas que Gabriel te habría dejado ir con vida? ¡Iba a vaciar un cartucho entero de balazos en ti!
Iván chasqueó la lengua y apartó la vista con una mueca de disgusto en su rostro, pensando en el pasado mientras Aion intentaba sosegar sus nervios.
⸺¿Qué te ha hecho Ego que tanto quieres deshacerte de ella? ⸺cuestionó.
⸺Secuestró a mi hijo ⸺respondió Aion con sequedad.
Iván alzó las cejas con sorpresa.
⸺¿Un hijo? ⸺murmuró incrédulo⸺. ¿Tuyo y…?
⸺De Gris, sí.
⸺¿Qué pasó con ella? ¿Por qué no está aquí?
La mandíbula de Aion se tensó.
⸺Ella murió ⸺dijo, amargado.
Podía sentir el nudo formándosele en su garganta, y se obligó a parpadear y apartar la mirada.
Iván lo miró fijamente sin palabras. Estaba profundamente sorprendido, pero luego apretó los labios y pareció aceptar lo que Aion acababa de contarle, como si siempre hubiese estado preparado para recibir aquella trágica noticia.
Aion no podía culparlo, todos los que se habían relacionado con él de alguna manera, terminaban muertos o exiliados bien lejos de él, y eso era todo.
El rubio buscó algo que decir sin mucho éxito, pero no importaba, nada de lo que pudiera decir para reconfortarlo podía ayudar a Aion. Era ridículo que el hombre con el que alguna vez pelearon a muerte, intentara siquiera comprender ese dolor.
⸺¿Sabes qué? Esto es estúpido. Esto fue… realmente estúpido ⸺concluyó Aion, poniéndose de pie para irse⸺. Discúlpame por hacerte perder el tiempo.
No esperó que Iván dijera nada, simplemente se marchó antes de permitirle hablar, con lágrimas picando detrás de sus ojos.
Ahí había dejado toda esperanza. Ya nada podía salvarlo. Rastrilló su cabello con sus dedos y dejó escapar un suspiro de frustración.
Incluso en su angustia y un ataque de nervios aproximándose, no dejó de pensar en el próximo paso que tenía que dar. Nevan lo necesitaba, y él no podía quedarse ahí parado sin hacer nada.
La amargura de su desesperación oprimió su pecho, afirmó una mano contra la pared buscando soporte, porque le costaba mantenerse de pie mientras intentaba respirar correctamente para no tener otro colapso mental ahí mismo.
No sabía que se sentía tan frío hasta que una tibia mano se afirmó en su espalda.
⸺Lo siento ⸺dijo la voz de Iván detrás de él, tan mansamente como su voz se lo permitió.
Genial, no podía ser mejor, pensó Aion. Ahora era un buen momento para ponerse a llorar y dejar que el hombre le diera un abrazo mientras lo consolaba diciéndole que todo iba a estar bien.
Qué porquería. Qué absurdo y sinsentido era el mundo a veces.
Aion no se lo permitió. Enjugó sus lágrimas con el dorso de su mano sin voltear a verlo, porque no quería dejar que Iván presenciara lo frágil que se había vuelto. No quería revelar más puntos débiles a nadie nunca más. Aion asintió, aún de espaldas a él, mientras la mano del hombre seguía apoyada en el espacio entre sus escápulas.
Ni siquiera era reconfortante.
⸺Gracias ⸺dijo, casi con desprecio e incluso con culpa.
Iván le dio palmaditas en la espalda.
⸺Si te sirve de algo… ⸺empezó⸺, mandaré a investigar a Ego de cerca. Te avisaré a dónde va y lo que hace. Y tal vez… ¿Quién sabe?, quizá sepa donde tiene a tu hijo ⸺murmuró, echando un suspiro.
Aion asintió sin palabras, pero no esperaba que Iván hiciera algo por él en absoluto, así que se limitó a eso, y cuando sintió que sus piernas no iban a fallarle, empezó a caminar hacia la puerta, sintiendo cómo la mano de Iván se deslizaba de su espalda mientras se alejaba.
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Editado: 10.12.2024