No hubo mensajes de Romania al día siguiente, ni nada que ir a buscar a lo que había quedado de su casa.
Ego se arreglaba el cabello, se pintaba los labios y ajustaba bien su ropa interior. Aion la observaba afirmado contra la puerta de brazos cruzados. Le agradaba verla siendo tan tentadoramente femenina. Despertaba el instinto más primitivo y bestial de su cerebro mamífero, su boca salivaba con el deseo de poseerla otra vez. Le gustaba que Ego fuera capaz de provocar eso dentro de él, pero odiaba lo que ella era.
La mujer se puso su falda y Aion sonrió con satisfacción al notar cómo ella tomaba su blusa destrozada del piso.
⸺¿Vas a ponerte eso? ⸺Alzó una ceja y luego dirigió la mirada a su propia camisa rota y llena de sangre, arrugada unos metros más allá. Volvió a mirarla a ella⸺. No puedo salir con eso.
⸺Ya me ocupé de los dos ⸺dijo Ego con calma.
Su vista se dirigió hacia la puerta detrás de él.
Aion primero frunció el ceño y luego volteó, sorprendido de encontrarse con Romania. La joven asistente llevaba dos bolsas de compras con ropa. Roma intercambió una mirada pausada y silenciosa con él, haciendo que Aion se sintiera incriminado y culpable por alguna razón desconocida.
Ella soltó un leve suspiro y agachó la cabeza cuando pasó por su lado. Miró el interior de una de las bolsas.
⸺Esto es para usted. ⸺Se la extendió a Ego. La mujer tomó la bolsa y sacó una blusa idéntica a la que él había destrozado la noche anterior, haciendo que el rostro de él se endureciera con irritación. Roma agregó⸺: Y esto supongo que es para ti.
Le entregó la otra bolsa a Aion, visiblemente incómoda ante la desnudez del atlético y trabajado torso de él, y luego se fue sin decir una palabra más.
⸺Entonces ya estamos. ⸺Ego lo despachó de su oficina mientras él se acomodaba su camisa nueva.
Aion salió de allí sintiéndose sucio y usado, pero no le importó. Lo único que tenía en mente era la expresión de confusión y desengaño en el rostro de la joven. Pensaba en ello cuando cruzó a Romania afuera en el estacionamiento.
⸺Hola. ⸺Saludó a la chica que estaba de espaldas a él mientras abría la puerta de su auto.
Ella volteó y lo miró de arriba abajo.
⸺Te queda bien. ⸺Indicó su camisa y luego suspiró al cielo⸺. No puedo creer que Ego hasta sepa tu talla.
Aion pasó su lengua por el interior de su mejilla, recordando la bofetada que Roma le había dado el día anterior.
⸺¿Estás enojada conmigo? ⸺le preguntó.
⸺¿Por acostarte con mi jefa o por haberme dicho en la cara que fui solo un experimento para ti? ⸺replicó Roma con resentimiento.
⸺Elige tú ⸺dijo Aion alzando una ceja provocadora, haciendo que ella revoleara los ojos y se metiera a su auto.
Aion suspiró y afirmó sus manos en el capó, impidiéndole su avance.
⸺Roma… ⸺dijo suavemente, su mirada era suplicante mientras ella lo miraba fijamente detrás del volante⸺. Roma, lo siento, ¿sí? ¿Puedes bajar del auto para que hablemos, por favor?
Romania apretó la mandíbula, el sonido del motor rugiendo reflejaba la ira que sentía.
⸺Muévete, o te atropellaré ⸺amenazó seriamente.
Aion apretó los labios en una delgada línea y se hizo a un lado para dejarla ir. Romania aceleró dejándolo solo otra vez. Al parecer, Aion la había cagado feo esta vez, pero no alcanzaba a sentirse responsable por los sentimientos de Romania.
Fue a ver a Iván a eso de las seis de la tarde. Lo esperaba en su oficina mientras el rubio buscaba algo en el depósito, y le trajo una caja con unas pocas cosas.
⸺Esto es todo lo que pudimos rescatar del incendio. No es mucho, lo siento ⸺dijo Iván.
Aion asintió comprensivamente. Miró sus pertenencias por encima y notó unos cuantos juguetes estropeados de Nevan, un par de cuadros de pintura sin ningún valor, y utensilios de acero de la cocina.
⸺¿Y mis armas…? ⸺preguntó con una mirada inquisitiva.
⸺Tenías todo un arsenal allí ⸺mencionó Iván cruzado de brazos, e inspiró aire antes de continuar⸺: Están en el departamento de Científica, los federales piensan que el atentado a tu casa fue un ajuste de cuentas, y que hay un criminal extremadamente peligroso que huyó de la prisión de Chainsdale hace unos cuantos años, y que ahora anda suelto por ahí haciendo de las suyas…
⸺Qué absurdo…
⸺Muy absurdo. ⸺Iván lo miró a los ojos fríamente, como si conociera cada oscuro secreto de Aion, lo que, de hecho, sí era así. Él añadió⸺: Sospecho que es el mismo que robó incontable cantidad de autos, almacenes e identidades, mató a dos oficiales en Ravenville y a una pareja de hermanos… ⸺Arrugó la nariz.
Aion ladeó la cabeza.
⸺¿Y qué harás si lo encuentras? ⸺cuestionó, con una mueca petulante en su rostro.
⸺No lo sé… ⸺Iván Prado pareció sumido en pensamientos negros por unos instantes y continuó⸺: Como sea, allí también hay algunas cosas que quizá te interesaría ver.
Aion frunció el ceño y hurgó un poco más. En el fondo de la caja había algunos expedientes, fotografías forenses y una carpeta en particular que le trajo recuerdos y escalofríos al verla:
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Editado: 14.02.2025