Los pensamientos de una joven

Sal en la herida

Sólo sus palabras;

Su presencia es dolorosa e incómoda.

No quiero su cercanía.

Quiero la distancia entre las dos.

 

Porque la decepción

es peor que el dolor...

Lastima pero no

duele lo suficiente.

Sin embargo, carcome cada

pedazo de sentimiento

bueno que tengas.

 

Mis lágrimas son valiosas,

pero aquel día fueron

desperdiciadas en ti.

Aquel vacío ocasionado

por mi semejante,

por mi sangre. Corta

mis venas en un dolor

desgarrador, que pinta mi alma

de un color vino tinto.

 

¡Déjame en paz!

 

Porque entre

más pasos das,

más espantas mi ser.

Veneno que

oscurece mis días,

ya no eches más

sal en mi herida.

 




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