Dicen que mis poemas
son de una chica enamorada,
algunos.
Pero no entienden que el sol,
la luna, la lluvia, las flores
y las montañas
son mi fuente de inspiración.
No necesito amar a una
persona para sentirlo, pero
sueño enamorarme de alguien
quien lo merezca.
De ese alguien a quien describo
en mi otro libro llamado:
«Mi maldito espejismo».
A veces sólo con observar
el amor de otros,
me inspiro de tal manera
que quien leyera mis poemas
se confundirían y pensarían:
«Esa chica está enamorada».
Más no es así.
Puedo soñar con un beso
y plasmar mis pensamientos
en una hoja repleta de poesía,
de rimas que van más allá
de mi existencia.
Respirar el aire puro
y amarlo con tal intensidad,
que verás pasión en mis escritos.
Amor,
amar,
amarnos,
querer,
querernos,
gustar,
gustarnos.
Así son las palabras,
así es la poesía,
así son las rimas,
así son los versos,
así son los poemas,
así son los sentimientos.
Y sólo quien lee,
y sólo quien escribe,
entenderá que el amor fluye
de tantas maneras,
de tantas formas
y muchas veces abunda
de donde menos lo piensan.