Los pensamientos de una joven

Tristezas encontradas

Mi pecho se quema.

La sangre se evapora,

dejando inerte

mis sentimientos.

 

Amargura quien corta

mis adentros, tú.

Látigos de mis recuerdos

ausentes, tú.

Amores imaginarios

y dañinos, tú.

 

Tú, quien rompió

la vasija de cristal,

y quien cortó sus dedos

intentando reparar algo

que no tiene arreglo.

 

Tú, verdugo de los miedos,

y amante de los deseos.

Tú, el principio

de una conciencia

y el final de ésta.

 

Tú, abrigo del alma,

e invierno de mi soledad.

Tú, quien prendió

fuego a mi pecho,

y se llevó mi sangre

como humo al cielo.

 

Tú, quien me amo mil veces

y me dejó en la distancia.

Tú, a quien besé en sueños,

y me abrazó en la oscuridad.

 

Tú, invasor de lo prohibido,

y demonio de mis pensamientos.

Tú. mi tierra, agua, aire y fuego.

Tú, amor de una noche.

Tú, caricias de un barco naufragado.

 

Tú, virtudes de mi espíritu.

Tú, mi saludo y adiós.

Tú, mi muerte, agonía,

y esperanzas inalcanzables.

 

Tú, mis tristezas

encontradas, y mi mar salado.

Tú, tú... Mi maldito

y amado espejismo.

 

—Para mi maldito espejismo.

 




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