Sedúceme

La poesía es seducción.

La poesía es hacer el

amor sobre sábanas rojas,

el color de la pasión.

Envolver pieles ardiendo en llamas

y plasmarlo sobre páginas blancas.

Besar con las palabras

y susurrar a sus oídos

el deseo que sientes.

Rozar pero no tocar,

haciendo que tu víctima

muera de placer con sólo pensarte.

Si me sedujeras

de hace manera,

caería ante tus palabras

cubiertas por las rimas.

Te besaría con la mirada,

y rogaría por escuchar

tus apasionadas poesías.

Dejaría que tus manos

fugaces resbalaran por mi piel,

dejaría que la lluvia me

empapara con sus escalofríos.

Dejaría que incendiarias

mis pensamientos.

Dejaría que tus brazos

rodearan mi cintura y

me levantara hacia el cielo.

Sedúceme, hazme sentir

que me falta el aliento.

Que necesito de tu tacto

para seguir viviendo.

Transformate en mi necesidad.

Roba mi corazón, que todos

sepan que eres el ladrón de mi amor.

Mi amante en las

noches más oscuras.

Mi agonizante misterio

de ojos negros.

Mi vino favorito, mi exquisitez.

Sé mi guía de lo prohibido,

sobre pasa los limites conmigo.

Sedúceme tú, mi maldito

y amado espejismo.

—Para mi maldito espejismo.