Los pensamientos de una joven

Porque te entierras en mí como una daga

Cada historia que escribo

es una visión nueva,

un sueño, una realidad

alterna totalmente ajena a esta la

realidad...

 

Pero ahora, me

encuentro encerrada,

mi corazón hace que

mi pecho arda como si

se quemara en el fuego.

 

Maldito espejismo

que vienes a mí.

¡Estoy llorando

por tu culpa!

Porque te veo, te siento

tocando mi alma y

llevándola contigo.

 

Si te robas mi inspiración,

no puedo escribir, cantar,

no puedo dibujarte

en la blanca nieve.


 

Todos mis escritos

se han desvanecido

en la nada de mis laberintos;

¿Por qué?

 

Porque has venido

a visitar mi mente,

como con cada día,

como con cada noche.

Si tan sólo desaparecieras,

podría vivir en paz.

 

Más ardo tanto,

que esta llama

ni los siete mares

con sus profundas aguas

podrían apagar.

 

Devuelve la inspiración y

el aire, porque con cada pestañear

te vas apoderando,

robas lo que me pertenece.

Y es que las emociones

hacia a ti no paran,

me provocan taquicardia.

Estoy aquí enjaulada,

desahogando mis sentimientos

para volver a escribir las sinceras palabras

de mis ficticios personajes.

 

Maldito espejismo,

si la reencarnación

no existiera no tendría

que soportar esto,

Ni el tiempo que separó

dos almas esclavizadas

en un amor

que envenena la sangre,

que consume volviendo cenizas,

envolviendo como un vendaval

este lamentar

 

Que me deja días sin poder

hayar la inspiración,

sin poder encontrar las palabras

que por un corto período

alegran a mi corazón.


 




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