Los pensamientos de una joven

Fui, soy

Fui la sombra, soy el verdugo.

Quien deambulaba sorda, 

ciega, buscando en la niebla

 las letras de un libro.

Amé aquellas manos, odié 

el deseo. Detuve el calvario

 de los ojos cafés.

 

Las páginas amarillentas se 

dejaron ver, repletas en 

sueños que alguna vez borré.

En el agua bendita me volví

 impura, y en el fuego 

fui la rosa más pura.

Te narre bello, delicado,

 y esbelto. 

 

Figura de hombre, mente 

de ciervo. Por eso, fui luz, 

ahora soy inestabilidad.

Corrí en la línea del silencio. 

En las bocas hallé veneno, 

en las pupilas secretos. 

Fui culpable, engañé, hoy 

todos lo pueden ver. 

 

Dibujé la figura de venus 

en la silueta de mi cuerpo, 

caí de lleno en falsos cuentos.

 Fui el cráter en mi corazón, 

soy una lluvia con sol.

 

Lamentablemente perdí la vida, 

quedándome entre dos 

dimensiones solas, vacías.

Bajo mis párpados me vi

 liviana, pluma, blanca como

 la luna. Retorcidos mis dedos

 se clavaron en el cielo, 

por cubrirme con encajes 

viejos, con polvos de tiempos olvidados.

 

Fui la lámpara sobre la mesa

 de noche, soy el camino

 que tantos pisaron.

Por caer al agua primero, 

por adelantarme al tiempo.

Las sábanas colgadas en el 

tendero las sentí envolver mis lamentos.

El baile con abanicos, las 

noches en llanto... Fueron 

los diamantes arrojados 

por un millonario, son los 

años de juventud botados.

 

Fui la primera, soy la última.

Fui arriba, soy abajo.

Fui locura, soy cordura.

Fui mentirosa, fui sincera.

Fui tantas cosas, soy nada.

 

En la cuerda floja pasé, 

regresé, y volví a pasar.

En el bucle de subir, bajar. 

Por ser presa del alma, por 

dormir, por eso fui y ahora

 soy la vibrante energía 

que atravesó tu corazón.

 




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