Frío, siento frío.
La mañana se ha hecho eterna, sin ti.
La cama está vacía, extrañando tu presencia.
Detente, mírame y dime que me quieres.
Que todavía sueñas conmigo, que me extrañas,
y que te sientes solo sin mi.
No me dejes así,
extrañando el recuerdo, los momentos que vivimos.
Siéntate junto a mi, dime qué ronda en tu cabeza.
Discutamos esos fantasmas, que caminan dentro de ti.
Hablemos de los buenos tiempos.
Riámonos de los malos.
Pero no me dejes así,
en la espera de un beso,
que se tarda en llegar.
Porque me has dejado sola, hecha un mar.
Un mar de lágrimas, ahogándome en mis penas.
Suspiro, te veo como un espejismo.
Respiro, te siento tocar mi piel.
Besando cada espacio, tus labios saben a miel.
Recuerdo tus ojos, ese color café que me envolvía,
que me hacían sentir protegida.
Voltea, devuélvete, explícame qué pasó.
Sumida en cavilaciones y divagaciones.
Cuéntame tus miedos, no sigas huyendo.
Sonríe, porque tu arruga en la frente,
te hace parecer una persona vieja.
Toma mi mano, siéntete libre.
No temas de mi, porque solo tengo amor,
que puedo brindarte, amarte siempre.
Sin ningún prejuicio, sin ningún tabú.