Los portales cósmicos

El científico

Los magos continuaron leyendo más y más e los escritos de Gilgamesh y, mientras más lo hacían, más se daban cuenta de que por cada cosa que entendían, más misterios había por resolver.

―En la versión que los Uruk tienen de los poemas de Gilgamesh, también mencionaban que Ziusudra conoce los secretos de la vida eterna―comentó Durs―. Yo pensé que sólo era una especie de exageración de los humanos a esta larga longevidad que poseemos los magos, pero en esta tablilla, Gilgamesh asegura que Ziusudra podría estar con vida, así hayan pasado millones de años.

―Sigue con vida, se los puedo apostar. ―Baba Yagá hizo una pausa para tragar la comida―. Gracias a la necromancia, yo encontré muchos de esos escritos antes que ustedes y en ellos encontré que nos confunden para que no nos demos cuenta de su inmortalidad. Pareciera que habla de magos diferentes, pero vean, tan solo en el escrito del diluvio, lo llama Ziusudra, pero en una línea lo llamó Atrahasis.

―Atrahasis y Ziusudra son la misma persona ―comentó Soledad―, sólo que es el nombre que le daban en diferentes culturas.

―No, querida mía. Atrahasis fue un mago que, aparentemente, precedió a Ziusudra. Creo que este amigo es muy astuto, nos ha hecho creer que es un mago distinto cada vez, pero es el mismo, y sigue entre nosotros, no lo duden.

―Antes de obtener estas nuevas tablillas ―explicó Kayah―, el mago más antiguo del que teníamos conocimiento era justamente Ziusudra. Tenemos que aceptar que es muy extraño que nadie, ni siquiera Gilgamesh, nos mencionara a nadie antes de él, siendo que él registró tantas historias de sus predecesores.

―Y que mantuvieron las tablillas ocultas ―intervino Agastya―. Baba Yagá tiene razón, Gilgamesh nos ocultó muchos hechos que él mismo dejó plasmados en sus escritos, pero ¿por qué?

―Ok, supongamos que todos aquellos magos que se mencionan en esos escritos sean una misma persona y armemos una línea del tiempo ―dijo Atish―. Según los escritos de la pirámide de Kuiret, Kushim, el primer mago nació hace alrededor de cuatrocientos mil años. Menciona haber recibido los secretos de la magia de un ser de nombre Marduk, al que conoció en un planeta llamado Nibiru.

―Nibiru no se menciona en ningún escrito de nuestros antiguos magos ―continuó Durs―, pero se habla de él en la mitología de la antigua Babilonia. Ellos creían que Nibiru era una especie de planeta que llegó de paso a la tierra.

―Aparentemente ―intervino Baba Yaga―, Kushim regresó a la tierra sin saber que su longevidad había cambiado, y dio a sus hijos el don de la reencarnación para no perderlos. Pero sus hijos se corrompieron y comenzaron a causar estragos en el mundo. Fue entonces que se encontró con aquel ángel que le habló por primera vez del utzikab.

―Según lo que hallamos en aquel cenote ―comentó Kayah―, él creó a los primeros magos unas cinco o seis tétradas después de que Marduk le dio sus poderes de mago.

―Mucho antes de crear a la segunda generación de magos, él ya estaba abriendo portales, en busca del secreto de la magia ―siguió Timtaya―. En su búsqueda, encontró una gran cantidad de deis y subdeis y con eso permitió que una gran cantidad de criaturas cruzaran a la tierra.

―En algún momento, el portal lo llevó al fin a un planeta lejano, en donde recibió el conocimiento de la lectura y escritura, un conocimiento que, de nuevo, guardó para sí por muchos siglos.

―Poco antes del diluvio ―dijo Atish―, halló las otras seis dimensiones de la tierra.

―Y mientras curioseaba en las otras dimensiones dejó cruzar criaturas que provocaron el diluvio ―habló Kayah―. Quiso salvar a su pueblo, pero fue muy tarde. Le costó milenios acabar con todos estos seres… ¿cómo los llama? Nigards, ¿cierto?

―Por alguna extraña razón, al único que envió a Tanil para que aprendiera a leer y escribir fue a Gilgamesh ―dijo Timtaya, viendo una tabla sumeria―, y por milenios, él fue el único escriba de la tierra, el único al que confiaba sus secretos e historias de los magos más antiguos.

―Gilgamesh lo dice en sus escritos ―Baba Yagá habló luego de engullir un trozo de pan―, fue a partir de ahí que las cosas comenzaron a ponerse realmente feas. La tierra se convirtió en un imán de criaturas malignas.

―También, por alguna razón que aún desconocemos, él creó el único dei artificial: Kuiret ―dijo Kayah leyendo otra tablilla―. Dejó que a ese lugar pasaran criaturas benignas. En este otro escrito Giglamesh menciona que el utzikab debía ser una energía contraria a la maldad. Hizo que millones de criaturas benignas de los deis fueran a vivir a Kuiret. No sé si tenía la esperanza de crear ahí el utzikab, pero si fue así, nunca lo logró.

―En escritos más recientes, se revela que al fin aceptó que necesitaba ayuda y, poco antes de la supuesta muerte de Ziusudra, reveló los secretos de los portales a Shilbung, quien le ayudó a construir el sello de la verdad…

Un teléfono celular timbró, interrumpiendo a Timtaya. Atish lo encendió y Dharma apareció en la pantalla, con un gesto de tristeza.

―Las cosas empeoran en Horlwn ―dijo con voz descompuesta―. El alcalde del poblado de río Blanco pidió a los campesinos de su comunidad sus cosechas enteras y, para evitar pagarles, los asesinó a todos.

―¡Kayah! ¡Agastya! ―desde el pasillo se escuchaban los gritos de Pema, así como sus pasos. Entró corriendo―. ¡Se ha creado una nueva rama en el túnel! Se conectó con la tierra, en nuestra dimensión.

Rulfo y los otros iban llegando al castillo en ese momento y Viviana les mencionó sobre mostrarles algo. Lo que fuera que Viviana les quería mostrar, debía esperar. Fueron llamados a la sala de monitoreo, de inmediato.

Desde una pantalla, se veía una enorme rama que, en efecto, había llegado hasta la tierra.

―¿Dónde están Shouta y Citlalli? ―preguntó Kayah―. Necesitamos saber si la idea de Neruana es viable.

―¿Qué idea tuvo Neruana? ―preguntó Viviana.

―Quiere saber si algo a lo que llaman antimateria nos puede ayudar a destruir el túnel ―respondió Neruana―, pero no tenemos idea de qué implicaría, así que Shouta nos recomendó consultarlo con un doctor en astrofísica, un tal Filippenko. Pero es un científico, si le hablamos de magia, seguro nos mandará por un tubo.




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