Los ratones de la cocina

Capítulo 19

De momento, lo único que se le ocurrió fue ir a por la ropa de ambas y esconderla fuera del palacio. Cuando lograra rescatar a Herta, no debían perder ni un segundo más dentro de aquellas paredes.

No sabía si llevarla al bosque. Sería, seguramente, el mejor lugar, la mejor ruta para salir luego de la ciudad. Pero la idea no le resultaba atractiva. De pequeña, alguna vez había acompañado a su madre a otro bosque a por hierbas, y la experiencia no había sido muy agradable. Los bosques, de noche, eran lugares llenos de sombras amenazadoras y sonidos inquietantes

Pero, claro, si una mujer era vista recogiendo hierbas, su destino estaba poco menos que sentenciado; por eso la oscuridad era, en el fondo, una aliada en estos casos, a pesar de los otros peligros que conllevaba.

Si tan sólo su madre se hubiera limitado a emplear su talento y sus conocimientos para curar las enfermedades de ella misma y de sus dos hijos, y no para alcanzar la posición más alta posible en la sociedad… ¿Había cambiado a lo largo del tiempo que la conocía ─a lo largo de la vida de Flora─, o había sido siempre así? No estaba segura. Y lo peor era que tampoco sabía muy bien en qué tipo de persona se estaba convirtiendo ella misma… o se convertiría. ¿Y si, con el tiempo, todo aquello que ahora le resultaba tan censurable en su madre terminaba por ser su filosofía de vida? ¿Y si el intentar ayudar y no perjudicar a los demás ─a costa incluso de sacrificios propios─ le acababa pareciendo ─se demostraba que era─ tan sólo la inevitable fase idealista de la juventud; la estupidez que termina curándose a base de golpes y decepciones?

-¿Por qué sacudes la cabeza?

Se sintió como si la hubiesen sacado bruscamente de un trance.

-Me has asustado.

-Lo siento, Flora.

-¿Ya me llamas por mi nombre?

Él se quedó un poco reparado, no sabiendo cómo tomarse la pregunta; aunque enseguida entendió que no era un reproche. Así, al menos, lo deseó y decidió interpretarlo.

-¿Me lo permites?

Ella sonrió un poco; más contenta de lo que, en ese momento, podía expresar, y de lo que, en otro momento, el rencor la habría dejado sentirse.

-Sí, desde luego -dijo despacio-. ¿Dónde estabas?

-Por los alrededores. Sabía que, antes o después, alguno de los tres, o los tres, saldríais.

-Sí, bueno. Los planes se han “ralentizado”, cuanto menos. Aunque, tu desaparición me había hecho pensar… casi… que ya no podíamos contar contigo.

-¿Casi?

Ella sonrió otra vez, sin mirarlo.

-Cuando se armó el revuelo por la muerte del Rey -continuó él-, creí que sería más seguro para todos que uno de nosotros estuviera fuera. Todos los ratones dentro de la ratonera no parecía una gran estrategia.

Habían alcanzado los primeros árboles del bosque, caminando a toda velocidad mientras hablaban, sin que ninguno de los dos se diera mucha cuenta. Flora arrojó la ropa detrás de unas piedras e impulsivamente se volvió y agarró las muñecas de Detlef, que caminaba justo detrás de ella.

-Dime la verdad: ¿Vas a quedarte a nuestro lado? ¿Vas a huir con Herta y conmigo?

-¿Adalberht ya no viene?

-¡Respóndeme! ¿No ves que lo necesito? No sé qué me está pasando, pero no puedo controlarme como antes. Y necesito… necesito ir al grano. Necesito…

Estaba agotada. Se sentó en el suelo, con la tierra ensuciándole el vestido y las manos sujetándole la frente, que parecía pesarle como una losa.

Él se sentó a su lado. A pesar de su colapso emocional, el instinto de Flora la había llevado a buscar un sitio lo suficientemente resguardado de los posibles transeúntes del camino.

-Flora, sólo te haré una pregunta, que me permitirá comportarme de forma útil. Aunque parezca que ahora no viene a cuento… ¿de veras no me ves como a un criado?

Era ésta una pregunta que Detlef debía haber formulado hacía varios meses. Pero, entonces, para él sólo había cabido una respuesta posible. Ahora, a Flora la pilló totalmente por sorpresa. ¿Acaso en su momento no la había rechazado por ella misma, sino por su posición?

-¿Es que fue esto… lo que se te pasó por la cabeza aquel día?

-Absolutamente.

Una lágrima asomó a cada uno de sus ojos.



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En el texto hay: magia, misterio, amor

Editado: 26.08.2019

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