Al día siguiente me prepare para ir al colegio, apartando de mi mente aquella escena de Tomas, cuando llegué al colegio encontré a Tomas parado en la entrada, recargado en un pilar, me miró, pero yo seguí mi camino como si el no existiera, me tomó del brazo y me pregunto molesto:
- ¿Por qué ayer no llegaste? Te espere 2 horas
- ¡Suéltame!
Dije zafándome de su agarre y continúe
-Es una lástima que no planearas bien tus salidas, por lo menos te hubieras encontrado con ella después de salir conmigo, así no me daría cuenta.
Puso una cara que jamás había visto en el
- ¿Así que nos viste?
Dijo de forma arrogante
-Al fin te diste cuenta... viste la realidad, ¿realmente creíste que alguien como yo, se fijaría en ti, en una rara y solitaria? todo esto lo planeamos mis amigos y yo, eras una apuesta queríamos saber si caías en nuestro juego y así fue, si me hubieras rechazado habría perdido 100 dólares, y solo por aceptar que fueras los gane, aunque nunca llegaste, JA JA, No puedo creer que fueras tan ingenua.
Al escuchar esas palabras sentí una bola en el estómago, ¿100 dólares? ¿Eso era lo que valía? de mis ojos salían lágrimas de coraje
Estaba enojada conmigo misma por haber confiado en él, debí desde el principio hacer caso a mi instinto, era demasiado lógico, pero me dejé llevar.
Lo vi a los ojos y lo que hice fue darle un puñetazo en el lindo rostro que tenía, le di con todas mis fuerzas que cayó al suelo, desee haberle dejado una cicatriz, para que nunca se olvide de mí, Y que cada vez que viera esa cicatriz, se llenara de ira y se sintiera igual que como me hizo sentir en ese momento, se lo merecía el muy cabrón
Como pude regrese a casa y esa fue la última vez que vi a Tomas.
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Editado: 29.11.2021