La lluvia cayó repentinamente, me encontraba cerca de ese gran árbol y decidí refugiarme en él, al momento de querer hacerlo me percaté que alguien se encontraba ahí, pensé que esa persona también se estaba refugiando de la lluvia, pero me di cuenta que no era así cuando vi las lágrimas que brotaban de sus ojos, por lo tanto, opte por alejarme de ese lugar ya que no tenía ni la menor idea de que hacer en esas circunstancias, después de todo ¿porque tendría que hacer algo? ni siquiera la conocía, además nunca he tratado con ninguna chica, así que me aleje del lugar sin que ella se diera cuenta de mi presencia, por alguna razón voltee a ver ese escenario en donde se encontraba, prestando mucha atención a lo que visualizaba en ese instante, puede que esto suene extraño, pero ese escenario me pareció de lo más hermoso, y se quedó grabado en mi cabeza por varios días. Tome esa grandiosa imagen y la plasme en una pintura, mientras realizaba cada trazo, y combinaba esos hermosos colores por alguna razón en mi rostro aparecían pequeñas sonrisas, sintiendo así que estaba pintando la obra más hermoso del mundo, ya que al momento que pintaba sentía que estaba expresando todo acerca de lo que pasaba en ese lugar, y por alguna razón yo también sentía lo que esa persona estaba sintiendo en ese momento.
Debido a una exposición de pinturas que se acercaba, mis amigos y yo decidimos reunirnos en una cafetería para dar a conocer nuestras opiniones acerca de lo que íbamos a presentar, al momento de entrar a la cafetería una hermosa chica con una gran sonrisa en el rostro nos recibió amablemente, yo quedé sorprendido, ya que no podía creer que me encontré con ella de nuevo, y con una nueva expresión en su rostro, y por alguna razón yo devolví la sonrisa, mis amigos se quedaron sorprendidos por lo que hice, pero lo hice inconscientemente de alguna forma su sonrisa hizo que yo sonriera, a lo cual era la primera vez que ellos me veían haciendo eso con una chica, así que comenzaron a fastidiarme decidiendo de esa forma que oficialmente nuestras reuniones serian en ese lugar. Aunque no lo niego, la idea me pareció estupenda.
Desde ese día comencé a frecuentar ese lugar, siendo atendido por ella en la mayoría de las ocasiones, me comencé a interesar más y más por ella, sus gestos, su sonrisa, la forma en que atendía a las personas, todo eso me parecía hermoso. Por alguna razón que ni yo entendía eso hacía que pusiera una sonrisa boba en mi rostro, y del alguna u otra forma me hacía sentir algo que nunca había experimentado en mi vida. Mis pinturas con el tiempo solamente reflejaban los escenarios donde ella se encontraba, su sola presencia me inspiraba. No sabía lo que pasaba conmigo y tampoco sabía qué hacer, pero de algo estaba seguro, quería conocer más de ella, quería saber que la hacía feliz, que la haría enojar, si podía poner un rostro tierno, quería conocer todo.
Ethan, Jack y yo nos reunimos nuevamente en esa cafetería dando a conocer las pinturas que presentaríamos en la exposición, a lo cual ellos solo se enfocaron en criticar mi pintura, diciendo que no tenía vida, que no les reflejaba nada, que tenía una pintura mucho mejor para presentar, por lo tanto, me quede anonadado con sus críticas, preguntándome exactamente ¿qué problema tenían conmigo? ya que no recordaba haberles hecho algo malo. Ethan con una sonrisa sospechosa saco de su bolso una pintura, diciéndome que esa es la que debería de presentar en la exposición, de repente se escucharon cristales impactándose contra el suelo, lo cual nos sorprendió, pero la más sorprendida al parecer era ella, se dio cuenta del cuadro que Ethan tenía en sus manos a lo cual ellos se dieron cuenta que la persona que se encontraba en esa pintura era ella. Yo me quedé sin palabras, no sabía cómo excusarme o que decirle, así que solo escondí mi rostro avergonzado. A lo cual Jack fue quien se puso de pie y comenzó a ayudarla a levantar los pedazos de vidrio del suelo, pidiendo una disculpa, diciendo que yo había encontrado inspiración al momento de verla en ese lugar, y que querían que esa pintura fuera parte de la exposición, ya que esa era la mejor pintura que yo había hecho. Ella solo se nos quedó viendo con rostro desconcertado negándose a ello, y diciendo que nos deshiciéramos de esa pintura.
Después de ese incidente deje de ir a la cafetería, no sabía cómo enfrentarme a ella, además, nada de lo que paso allí fue mi culpa, la culpa de todo fue de esos dos idiotas. Ahora sentía que no tenía ninguna oportunidad de volver a verla y que ella me odiaba. Pero pensándolo bien, yo le debía una disculpa, después de todo, yo tuve la culpa por haber dejado la pintura a la vista de esos dos idiotas, también de haberla pintado y también de haber estado en el momento y lugar equivocado, pero ella también tuvo la culpa por haberse presentado ante mí de esa manera maravillosa, está bien, está bien, todo es mi culpa. Después de pensar en todo ello, decidí armarme de valor y me dirigí hacia ese lugar, con la intención de disculparme apropiadamente. Cuando llegue al lugar el valor que había reunido se desvaneció por completo, a pesar de que ella me recibió con una gran sonrisa como siempre, no sabía qué hacer, ni que decirle. El ambiente entre nosotros dos se sentía tan tenso que mejor decidí huir, tomé mis cosas de la mesa, o eso pensé que hice y salí de ese lugar de inmediato. Cuando salí de la cafetería a toda prisa, escuche una voz que llamaba mi nombre, ¿eh? Era la chica de la cafetería ¿Cómo sabia mi nombre? Sorprendido camine hacia donde se encontraba ella, me entrego mi billetera la cual había olvidado, así que antes que se diera la vuelta y se fuera decidí pedirle disculpas por lo que había pasado, que no era mi intención dar a conocer el cuadro en la exposición, y que el paisaje que había visto en esa ocasión me había parecido muy hermoso, que no pude borrarlo de mi cabeza así que sin darme cuenta lo pinte, pero mis amigos lo echaron todo a perder, pero que ya me iba a encargar de la pintura para que nadie más la viera. Para ser sincero ya ni sabía lo que estaba diciendo, ¡aah! es tan vergonzoso. Ella solo sonrió preguntándome: