Los Recuerdos Que Tengo De Ti

CAPÍTULO 28

Después de haber escuchado lo sucedido de Carter y Ren, me moleste, era muy tonto que Lili no les haya dicho nada acerca de nuestra boda, entendía el motivo de su molestia durante nuestra boda, incluso lo que Lili les había propuesto para que la perdonaran no era suficiente, bueno eso es lo que pienso, después de todo si Jack o Ethan no me dicen algo tan importante  no los perdonaría así de fácil, por esa razón entendía también la molestia de Matt, Lili me dijo lo de ir a dejarle la comida al lugar donde él trabaja, no tuve ninguna objeción acerca de ello, después de todo los celos que sentía antes ya no estaban, Lili y yo estábamos casados y confió en ella y ella en mí.

Después de nuestra primera noche juntos, Lili siguió con sus pijamas de animales, cada vez que la veía me parecía demasiado tierna que lo único que podía hacer era sonreír al verla, tenía muchas ganas de agarrarle los cachetes y apretujárselos, claro estaba que no lo hice, después de todo siempre se molestaba y terminaba quitándome la cobijas.

Cuando llevaba una pijama de lobo, no pude evitar reírme a carcajadas, le dije que al apagar las luces estaría en el escenario perfecto y que solo le faltaba aullar, ella solo sonrió y me dijo que ni en mis sueños lo haría. Habíamos decorado nuestro cuarto como el cielo, las paredes, el piso y el techo todo era color azul cielo y tenía nubes dibujadas, manejábamos el foco como el sol, ¡nos quedó fantástico! También colocamos varias estrellas fosforescentes en todo el cuarto, asimismo encontramos una luna de gran tamaño para que tuviera semejanza a la real, cuando apagábamos las luces la habitación se veía como un cielo estrellado iluminado por una gran luna, ambos disfrutábamos mucho de esa grandiosa vista, aunque nada comparara con el cielo nocturno real.

Cada noche, un animal diferente dormía conmigo, es broma, pero ya me estaba comenzando acostumbrar a ello, y no negare que me parecía fascinante ya que me emocionaba cada noche ya que era divertido tratar de adivinar que pijama se pondría cada noche.

Esa noche fue muy diferente a las demás, podía ver que la puerta estaba entreabierta y Lili no quería o no se animaba a entrar, no entendía la razón, pero decidí mejor no decir nada, ella no se había dado cuenta que yo ya había notado que estaba ahí. Cuando de repente entro con el rostro sonrojado, reflejaba el mismo color que lo que llevaba puesto, yo me quede en shock al verla así, y termine sonrojándome también, los nervios se comenzaron a apoderar de mí, no sabía qué hacer ni que decir, ella se fue acercando a mi poco a poco y también la note nerviosa, al acomodarse en la cama ella tomo mi mano derecha y la coloco en su pecho, sentía que la sangre me hervía cuando ella hizo eso, no estaba entendiendo del todo lo que sucedía, así que no pude evitar hacer una sonrisa tonta, ella me sonrió, acerco poco a poco sus labios a los míos y comenzó a besarme, después de eso no pude evitar comenzar a mover mi mano en sus pechos, tanto mi respiración como la de ella se comenzó a agitar y Lili se puso encima de mí, la podía ver tan hermosa, tan sexy y a la vez tan tierna, tan ella, que me sentía como el hombre más afortunado del universo. Después de ello levante la parte superior de mi cuerpo y Lili comenzó a quitarme la playera que tenía puesta, después de que ella hizo eso yo le quite el camisón que llevaba puesto y ambos nos comenzamos a besar, era una sensación tan indescriptible la que sentía al tener su cuerpo sobre el mío, todo comenzó a fluir de manera tan natural, le bese el cuello, los pechos, el abdomen y las piernas, quería que toda ella me perteneciera por completo. Sus manos comenzaron a acariciarme todo el cuerpo, no pude contenerme más y me puse encima de ella, comencé a acariciarla haciendo de esa manera que su respiración se agitara aún más, cada roce, cada beso se intensificaba cada vez más

-puedo llegar a la fase tres- le pregunte

Ella solo sonrió respondiendo

-hazlo despacio-

La escuche dar pequeños gemidos, a lo cual pregunte si quería que parara, ella respondió que se acostumbraría a ello. Seguí moviéndome despacio, acariciaba partes de su cuerpo y ella acariciaba el mío, en ese momento y en ese lugar éramos uno solo.

Ella se levantó y se volvió a poner sobre mí haciendo que yo me recostara en la cama, ahora era ella quien se movía lentamente haciendo que yo comenzara a dar pequeños gemidos, coloco mis manos en sus pechos las cuales comencé a mover. Ambos estábamos extasiados el uno del otro que perdimos la noción del tiempo, ella se dejó caer a mi pecho, a lo cual ambos dijimos al unísono –fue perfecto- solo nos sonreímos el uno al otro y nos quedamos así de esa manera hasta quedarnos dormidos.




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