Capitulo 1: "Despertando En Gaia"

Me llamo Emily McDowell y soy la típica nerd de preparatoria, de 17 años, amante de los libros y del estudio.

Toda mi vida fui la burla de mis compañeros por ser un poco fea, con mis dientes chuecos y unos anteojos con mucho aumento, haciéndome parecer una completa nerd.

Por el momento vivo en la casa de mis padres. Aún me quedan unas pocas materias para terminar los estudios y luego podré independizarme.

Durante la tarde, después del instituto, trabajo en una biblioteca ayudando a las encargadas a mantener el orden de los libros y a estar atenta a que cada ejemplar sea devuelto en tiempo y forma, para luego acomodarlo en su lugar.

A pesar de que siempre estoy rodeada de libros, que es lo que más me gusta, no logro encontrarle sentido a mi vida. Es una vida aburrida, casi sin amigos; por mis inseguridades me cuesta mucho entablar amistades y mucho menos conocer a un chico. A mi edad todavía no he tenido novio, ni siquiera me han dado mi primer beso, y me siento muy mal por eso, al ver que todas mis compañeras ya tienen novios e incluso estudian juntos.

Sin embargo, hace varias noches hay algo que está perturbando mi sueño. Aún no sé qué significa ni qué lugar es, porque enseguida abro los ojos. Pero lo que más llama mi atención es un hombre que me protege de un ataque, sacrificándose por mí.

En el sueño logro acercarme al cuerpo tendido en el suelo, pero no llego a ver su rostro porque me despierto sobresaltada. Ese sueño sucede todas las noches y me tiene muy preocupada, porque la verdad no logro entender nada.

Como todos los días, me levanto muy temprano, alrededor de las 6 de la mañana. Me visto con el uniforme del instituto y preparo el desayuno. Al ser hija única y tener unos padres que nunca están en casa por trabajo, me he vuelto una chica muy independiente, que jamás necesitó de alguien para hacer sus cosas.

Pero esta mañana me siento extraña. Un poco cansada. El sueño repetitivo no me deja dormir lo suficiente, y siento como si estuviera por enfermarme. Me acerco a la mesa para desayunar, pero tengo el estómago revuelto y no puedo probar bocado. Guardo la comida en el refrigerador, agarro mi mochila y salgo para el instituto.

El mundo de Gaia es un mundo mágico habitado por seres de apariencia humana llamados yakins, dueños de grandes poderes sobrenaturales.

Gaia está organizada en cinco reinos: el reino del fuego, donde los yakins pueden manipular el fuego a su antojo, gobernado por el yakins supremo Hefesto; el reino del agua, gobernado por el supremo Njord; el reino del aire, gobernado por el supremo Eolo; y el reino de la tierra, gobernado por la yakins suprema Tellius.

Durante muchos años, el mundo de Gaia vivió en completa paz.
Sus cuatro reinos estaban en armonía; ninguno tenía la intención de gobernar, hasta que de la parte más oscura de Gaia surgió un reino lleno de maldad y oscuridad: el Reino Oscuro, gobernado por el supremo yakins Erebo, quien reclutó a los yakins más malévolos de los cuatro reinos y los llevó al suyo, enseñándoles a manejar la oscuridad y a invocar demonios, con la intención de convertirse en el rey supremo de Gaia e invadir el mundo bajo una completa oscuridad.

Y así está Gaia, día a día, luchando para no caer en manos de Erebo y sus demonios. Pero cada vez la lucha se hace más difícil, ya que las fuerzas oscuras están ganando poder y los demás reinos están cayendo poco a poco.

Solo hay una posibilidad de salvación para Gaia.
El mundo entero sabe de la existencia de una leyenda.

Una leyenda que es solo eso: un relato de fantasía que nadie sabe con certeza si realmente ocurrió.

La historia cuenta que, años atrás, dejó de existir un sexto reino. Un reino que únicamente volvería a resurgir si Gaia se encontraba en peligro de desaparecer.

Un reino que sería el más poderoso de los seis; el que gobernaría y traería nuevamente la paz.

Un ser de otro mundo, con apariencia humana, llegaría a Gaia logrando despertar el gran Reino de la Luz, con la habilidad de manipular no solo la luz, sino también los demás elementos: fuego, aire, tierra y agua. Se convertiría en la reina suprema de Gaia, capaz de destruir las fuerzas oscuras.

Sin embargo, ningún yakins sabe de su existencia, ni siquiera los más ancianos. Quizás realmente solo es una leyenda, y deberán seguir luchando día a día para sobrevivir a las tinieblas.

Finalmente llego al colegio.

Realmente hoy me siento mal: sin fuerzas, muy cansada, como nunca en la vida. Pero aun así decido entrar a clases. Allí también, como todos los días, mis compañeros no dejan de hacerme bullying.

—Ahí viene Emily, la cuatro ojos —exclama uno de mis compañeros.

—Hola, Emily dientes chuecos —añade otro.

Sin decir palabra, camino hacia mi lugar y me quedo allí, perdida en la nada, acostumbrada a sus burlas. Hasta que entra una de las profesoras y los hace callar a todos.

—¿Hasta cuándo seguirán con sus burlas, chicos? Dejen en paz a Emily —dice mi profesora. Ella siempre me defiende, ya que sabe que soy un ser insignificante que jamás diría una palabra para defenderse.

Después de terminar con las burlas, la profesora comienza su clase de literatura mitológica, mi favorita. Pero en ese momento siento que todo a mi alrededor empieza a dar vueltas. Mi vista se nubla… y todo se vuelve completamente oscuro.

Poco a poco comienzo a abrir los ojos.
No sé dónde estoy; solo sé que estoy sobre una cama muy cómoda. Seguramente me han llevado a la enfermería del instituto para que me recupere.

Pero cuando abro por completo los ojos y mi mente se centra en el lugar, me doy cuenta de que sin dudas ese no es mi instituto.
¿Qué rayos pasa aquí?, me pregunto, asustada y confundida, levantándome de la cama para caminar hacia una ventana… y quedar completamente muda con lo que veo.

El paisaje del otro lado es increíble: lleno de montañas y pequeñas casas, como si fuera un pueblo o una aldea.
¿Una aldea?, vuelvo a preguntarme.
¿Dónde rayos estoy?