Los Reyes de Hill Lane

Capitulo 35

Narrador omnisciente

Mientras en distintos lugares estaban ocurriendo hechos que definirán el destino de unos jóvenes, algunos segados por el odio, otros por la envidia y otros por la traición.

El juego ya había iniciado, solo quedaba poco tiempo para descubrir al ganador.

En un extremo se encontraba la familia Hamilton, los señores Hamilton Sarah y Elías escondidos de aquel con sed de venganza, de aquel que ya había puesto su fecha de muerte y como olvidar a los hermanos Hamilton que no sabían que hacer tras descubrirse lo que tanto habían ocultado a Elena.

 Arrepentidos de aquel error cometido aquella noche y lo sabían habían perdido a Elena, pero no estaban dispuesto a dejarla marcharse. Por qué no estaban dispuestos a dejar lo que les pertenecía ¿porque Elena era de ellos, o no?

Y en otro extremo se encuentra Elena Stone una joven que ha sufrido la muerte de seres amados y la traición de aquellos que decían quererla, destrozada y confundida por los nuevos sentimientos de odio. Y venganza que se albergan en su interior, maldiciendo al destino por jugar con ella y sus sentimientos.

Sin saber que ella sería parte de un juego macabro o quizás ya lo era.

Y ahí observando atreves de aquella ventana como el sol había sido ocultado por aquellas nubes negras que habían traído consigo una tormenta una que hacía que las hojas de los arboles danzaran con brusquedad a causa del fuerte viento acompañado de aquellas gotas de lluvia que golpeaban el vidrio, en un silencio estaba aquel creador del caos decidiendo su siguiente jugada.

—Ya está todo listo— mencionó uno de sus hombres rompiendo con el silencio

—Tenemos su ubicación exacta, cuando de la orden atacaremos—mencionó otro.

—Háganlo— ordenó y como si fuera ley así se hizo, una llamada se ejecutó y un muerto más se añadió a su lista.

3 sonidos se escucharon, 3 disparos se hicieron, 3 balas impactaron en el cuerpo de Marcos Jones, y 3 fueron las razones por las que el cuerpo de aquel hombre se encontraba tirado en la calle sin vida.

Y cada razón tenía un nombre.

—Está muerto–confirmaron–Marcos Jones está muerto— comunico uno de ellos observando como en aquel rostro se formaba una sonrisa, una que hacía que el miedo resurja desde los más profundo, y pensó en todo el poder que debía tener que con solo mover sus dedos ya había asesinado a uno de los hombres más importantes del país, y lo supo al final aquel rostro perfecto era solo una máscara del moustro que se escondía tras de él, un moustro que estaba rondando por las calles de Hill Lane y sin saber tú le regalabas una sonrisa.

—Perfecto, buen trabajo.

—¿Necesita algo más? — preguntó uno de los presentes.

—No, pueden retirarse—ordenó y el silencio reino uno que permitía crear su nueva jugada.

—Elena, Elena pronto nos volveremos a ver, ya es momento de que te unas al juego—y una sonrisa macabra se formó en su rostro.

 

 

 

 

 

 



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En el texto hay: amor amistad traicion secretos celos

Editado: 08.02.2022

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